4 razones para caer en el hechizo de ‘Doctor Strange’ y una para romperlo

Los Vengadores meten mucho ruido, pero a la chita callando los personajes menos conocidos de la Marvel están últimamente protagonizando las películas más sorprendentes e ingeniosas del estudio: ‘Guardianes de la galaxia‘, ‘Ant-Man‘ y, ahora, ‘Doctor Strange’. Te damos cuatro razones para que caigas rendido a su embrujo y una para romperlo haciendo circulitos en el aire.

1. Los efectos visuales. Espectaculares y llenos de inventiva. El universo del Doctor Extraño, plagado de poderosos magos aficionados a hacer juegos de manos con las leyes de la física, pedía a gritos una representación visual acorde con su delirante planteamiento gráfico y argumental. Y así es. El director Scott Derrickson (‘El exorcismo de Emily Rose’, ‘Sinister’) se pone la capa de mago (o el traje de Escher) y nos ofrece un festín de abracadabrantes trucos visuales (muy recomendable verla en 3D) capaces de dejarnos con la boca más abierta que la niña de ‘Ouija: El origen del mal‘.

2. Benedict Cumberbarch. Perfecto como Stephen Strange. Elegante, carismático y divertido. El actor inglés demuestra su talento para dotar de personalidad a su personaje (aquí también es recomendable verla en su versión original) como antes hizo Robert Downey Jr. con Tony Stark. Y si además le acompaña Tilda Swinton como la Anciana, no se necesita ningún complicado conjuro para que, a nivel interpretativo, la película funcione de maravilla.

3. Su espíritu juguetón. En Estados Unidos la han calificado como un cruce entre ‘Origen‘ y ‘Matrix’. Algo de eso hay. Pero la diferencia es que ‘Doctor Strange’ no se toma en serio nada de esa cháchara mística y trascendentalista. Stephen Strange no deja de ser un brujo pirujo y la película es un divertimento donde la física cuántica, el multiverso o las reflexiones sobre la inmortalidad están vestidos con extravagantes trajes de grandes solapas y capas encarnadas.

4. Su sentido del humor. Entroncando con lo anterior, ‘Doctor Strange’ es una película donde los chistes verbales y las situaciones cómicas tienen una notable presencia. Solo así es posible entrar en la puerta dimensional de este universo superheroico que, creado en 1963, se ha quedado algo obsoleto.

5. Los villanos. Empieza a ser preocupante la falta de malos carismáticos y realmente amenazadores en el cine de superhéroes. No es un problema de intérpretes -Mads Mikkelsen (‘La caza’, ‘Hannibal’) tiene poco que demostrar en ese sentido- sino de personajes con insuficiente entidad dramática. El brujo Kaecilius de ‘Doctor Strange’ es menos peligroso que el malo de ‘X-Men: Apocalipsis‘. Y ya es decir… 8.

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Publicado por
Joric