Música

Las razones del fracaso de ‘Perfect Illusion’ y su pequeña victoria

Aunque comercialmente lleva muerta un par de semanas y ya todas las miradas están puestas en las múltiples posibilidades de su siguiente single, la balada ‘Million Reasons’, ‘Perfect Illusion’ sobrevive en el corazón de muchos de nuestros lectores. La canción es hasta hoy número 1 de nuestra lista semanal, que ha liderado durante seis semanas no consecutivas. Es el cuarto top 1 para Lady Gaga en el humilde top que realizamos cada semana desde hace 10 años, sucediendo a ‘Poker Face’, ‘Bad Romance’ y ‘Applause‘.

El paso de ‘Perfect Illusion’ por las listas de éxitos ha sido fugaz. La canción llegaba al top 12 en Reino Unido y al top 15 en Estados Unidos, pero no duraba en estos tops 40 más que una sola semana, algo inaudito en la artista. Solo hace 3 años ‘Applause’ no llegaba al top 1 del Billboard Hot 100, pero presumía de ser el tema suyo que más había durado dentro del top 10 estadounidense. ¿Qué ha pasado esta vez? Intentamos averiguarlo.

La primera escucha es un susto

Los éxitos se construyen a partir de la opinión del público generalista y ‘Perfect Illusion’ no es una canción pensada para gustar a la primera al público generalista de 2016. Si hoy en día las playlists de Spotify están inundadas de tropical house, ritmos jamaicanos, puentes o estribillos instrumentales y voces distorsionadas, esta canción es la antítesis de todo eso. No es que no haya puente o estribillo instrumental, es que no hay apenas más que un par de segundos sin letra, con algunos momentos con Gaga recitando incluso dos letras a la vez. Es lógico que no pegue en radios o en las playlists de hits de Spotify: es estridente, chillona y cuenta con una subida de medio tono. ¿Y cuándo es la última vez que has oído una subida de medio tono en la radio? Prácticamente es más eurovisiva que otra cosa, pues además dura 3 minutos casi exactos.

Había un exceso de expectativas

Lady Gaga ha llevado la grabación de este disco con bastante discreción. Hace muy poco, ni siquiera se sabía si su nuevo álbum saldría este año o en 2017. Pero el single sí se anunció, se presentó en una radio estadounidense y se dijo que era uno de sus mejores hits dance. Además, Mark Ronson y Lady Gaga hablaban de las sesiones con entusiasmo, mencionando que se acostaban tarde y madrugaban para seguir grabando de la ilusión que tenían por lo bueno que era lo que se traían entre manos. Al margen de la valoración que haga cada cual de ‘Perfect Illusion’ y ‘Joanne‘, está claro que de nuevo las expectativas parecen haber hecho flaco favor a Lady Gaga. He quemado ‘Perfect Illusion’ y la canción me levanta de la silla dos meses después, pero desde luego no es una canción dance, y aún es difícil dilucidar qué ha aportado el productor de ‘Back to Black’ con tantísima ilusión en ella. Más que nada porque su formación es clásica, sesentera y setentera (Amy Winehouse, Bruno Mars) y esta canción no tiene nada de eso.

Es demasiado Gaga para bien y para mal

En relación a los dos puntos anteriores, que Lady Gaga haya vuelto pasando de toda moda solo puede ser positivo, y que tenga una personalidad capaz de devorar a productores millonarios, también. Pero después de ‘Born This Way’ y ‘ARTPOP’, muchos esperaban canciones universales como ‘Poker Face’, ‘Just Dance’, ‘Bad Romance’ o ‘Telephone’. Hitazos al margen de quién estuviera detrás de ellos. En cambio, esta canción pone a Gaga por delante de todo y está mucho más en sintonía con sus canciones polémicas: ‘Judas’, su primera decepción comercial; ‘Aura’ o ‘Applause’. Una canción que se pega más por irritante que por la genialidad de su melodía.

El mercado ha cambiado en estos 3 años

Lady Gaga publicaba su último disco de estudio en 2013. Ahora mismo cuenta mucho más Spotify que iTunes, Youtube juega un papel mucho más importante -que no ha aprovechado con su videoclip-, la radio cuenta pero desde luego no tanto como en los días de ‘Born This Way’… ahora mismo conseguir un top 1 en una lista de éxitos es una carambola al alcance de muy pocos. Además, la cantante ha jugado en estos años con diversas facetas que no tienen casi nada que ver con ‘Joanne’. Ni ‘American Horror Story’, ni su disco de jazz con Tony Bennett, ni su versión disco con Nile Rodgers, ni el popurrí de ‘Sonrisas y lágrimas’, ni su balada anti-abusos han tenido continuidad en estos single y álbum. Teniendo en cuenta que la gente ya no es fiel a nada, es normal que parte del público la haya abandonado en este juego de despistes.

La guerra con Madonna está por acabar con ambas

La guerra entre los Beatles y los Rolling, Oasis y Blur o Pearl Jam y Nirvana benefició la popularidad de todos ellos. En un principio parecía claro que la mediática batalla entre Madonna y Gaga iba a beneficiar a ambas, pero no podíamos estar más equivocados. Ya está claro que ha perjudicado severamente a las dos y no se puede pasar por alto el baño de odio y malas vibraciones que reciben ambas en la red en todas las lenguas del mundo cada vez que la una se hace un selfie con el peor filtro que tenía a mano, o la otra presenta un paso de baile que no ha ensayado. A falta de ver qué pasa con ‘Million Reasons’, la Super Bowl, etcétera, de momento lo que ha pasado es que desde el episodio ‘Born This Way’ / ‘Express Yourself’, cada una ha dividido entre 2 o entre 3 a su público a cada disco que ha editado. Seguro que un disco con unánime reconocimiento crítico las habría ayudado, pero quizá haya puesto un granito de arena que estemos ante el caso más irreconciliable de todos los mencionados: ni siquiera son coetáneas y sus carreras artísticas cada vez son más dispares. Igual por eso es imposible encontrar zonas comunes. Los fans de Gaga siempre sabrán que su ídolo tiene mejor voz, es más independiente como autora, rockera, espontánea y fiel a su firma; los fans de Madonna siempre buscarán una producción más pulcra, avanzada, diferente al disco anterior y un show medido al milímetro. Al final, por a o por b, el espectáculo dado al respecto por prensa, «little monsters» y «madonniers» ha sido tan dantesco que no me extraña que el público generalista no se acerque a ninguna de las dos ni con un palo. Con lo fácil que es ser fan de Ed Sheeran, Drake o de un grupo jevi, ¿para qué complicarse la vida en ese cansino berenjenal que nunca terminará cuando ninguna es ahora mismo la que tiene mejores críticas ni más vende? «Muerte a ambas y pronto», parece pensar el público medio, mientras se pone en bucle una canción de The Chainsmokers solo para el año que viene haber pasado a otra cosa.

La pequeña victoria

Aunque sus fans vivan con angustia la caída en las listas de ‘Joanne’, sobre todo en Europa; y aunque algunos echemos de menos en ‘Joanne’ el factor kitsch que sí tiene este ‘Perfect Illusion’ (o tenía ‘Venus’); hay que elogiar la decisión de Lady Gaga de ir a su rollo totalmente, a pesar de las presiones del mercado por el éxito que sintió cuando las cosas con ‘ARTPOP’ no funcionaron. ‘Joanne’ puede ser muchas cosas pero nunca es un disco desesperado por el éxito. ‘Perfect Illusion’ puede ser estrambótica, pero su punto de locura va totalmente en sintonía con la historia sobre la inexistencia del amor que plantea la letra. Además, consolida a Gaga como excelente autora de ganchos puntuales e inesperados (esos «mistaken for love» del puente) y está siendo bastante pinchada en algunos clubs, lo que demuestra que, aunque no haya logrado cifras brillantes, sí ha terminado reconquistando, haciendo gracia o como mínimo llamando la atención sobre Gaga a una parte del público. La lista de artistas que no han conseguido sorprender hace rato o en su quinto disco (de Dido a Alanis pasando por Usher) es considerable.

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Publicado por
Sebas E. Alonso