‘Loving’ es un prodigio de delicadeza y coherencia, una película cuya narración –sutil, discreta- está totalmente en consonancia con los hechos que cuenta: la humilde historia de amor entre un hombre blanco y una mujer negra, y su paciente y callada lucha contra las leyes segregacionistas que condenaban su unión.
‘Figuras ocultas’ es un prodigio de tosquedad, una película que, con más subrayados que los apuntes de Sheldon Cooper, narra la historia de tres matemáticas afroamericanas que trabajaron en la NASA en los años 60 sobreponiéndose a las limitaciones que las leyes segregacionistas les imponían. Frases como “todos meamos de un mismo color” nos dan una idea de los territorios dramáticos por donde orbita la película.
‘Loving’ está basada en una historia peligrosamente inflamable, un suceso real que en manos de otro director (por ejemplo, Theodore Melfi, el director de ‘Figuras ocultas’) hubiera explotado en la pantalla a base de excesos melodramáticos y retórica solemne. Jeff Nichols, al contrario, cierra el plano sobre la pareja protagonista y extrae toda la fuerza dramática del contexto a través de su intimidad. El director nos hace vivir su historia como si estuviéramos a su lado, no mirándola desde arriba.
‘Figuras ocultas’ sigue punto por punto las leyes de la película oscarizable: biopic complaciente con fuerte trasfondo histórico servido con una calculadísima y muy eficaz (todo hay que decirlo) mezcla de drama, comedia, épica y discurso social. O, lo que es lo mismo, una visión entretenida pero muy simplona sobre un hecho histórico presentado como si fuera una importante lección de historia. El resultado está a la vista: nominada al Oscar a la mejor película del año (‘Loving’ no).
‘Loving’ es un drama contado en voz baja que no duele por el impacto de unos pocos golpes, sino por la presión constante sobre la herida. Nichols no nos dice dónde tenemos que conmovernos. La película fluye como la tranquila vida de los protagonistas (impresionantes Joel Edgerton y la nominada al Oscar Ruth Negga) hasta que un detalle de la puesta en escena, un gesto de los actores o una frase («Dígale al juez que quiero a mi mujer»), te encoge el corazón. 8,5.