Tres años después de debutar con ‘Centro dramático nacional’, el cuarteto madrileño Biznaga ha reaparecido con ‘Sentido del espectáculo‘, la confirmación con su rock de ascendencia punk de que hay maneras y estilos que no caducan si se les sabe imprimir la frescura y las ideas necesarias. Tras una gira latinoamericana que también ha tenido una decepcionante parada en el cacareado South By Southwest de Austin, ahora afrontan los conciertos en nuestro país para presentar sus nuevos himnos. Hablamos con Jorge Navarro, bajista del grupo, días antes de que se presenten en la 3ª edición del festival Fuzzville!!! (el próximo viernes 14 de abril, en Benidorm) y un mes antes de su puesta de largo en la sala El Sol de Madrid, el 12 de mayo. Fotografía de Maria Díaz-Castanys.
Acabáis de llegar, hace unos días, de la gira que habéis hecho por Latinoamérica y el SXSW. ¿Cómo ha ido?
Estupendamente. Puerto Rico y México lo mejor, el SXSW estuvo bien, pero nada más. Es un evento con una fama y prestigio desproporcionado. No es más que una feria de muestras.
Supongo que habréis traído montones de anécdotas. ¿Cuáles son vuestras favoritas, las que contáis todo el rato?
Ver amanecer en el cementerio de San Juan de Puerto Rico o la bronca que se armó mientras tocábamos en un garaje de Puebla (México).
«En México se vive la música de manera más pasional, por decirlo de alguna forma, con menos remilgos. Cuando algo les gusta, van a muerte y no tienen reparos en demostrártelo»
¿Y cuál ha sido vuestra impresión sobre el circuito musical de allí? Como decíais en Facebook, “ahora toca lo que toca”. ¿Estamos tan mal como creemos?
En México se vive la música de manera más pasional, por decirlo de alguna forma, con menos remilgos. Cuando algo les gusta, van a muerte y no tienen reparos en demostrártelo. Te agasajan, te hablan emocionados sobre las letras de las canciones, alguno incluso llevaba una camiseta con una foto nuestra. Un disparate precioso. Pero oye, lo de “ahora toca lo que toca” era con tono de determinación y ganas. Valencia y Castellón, las fechas que tocaban en ese momento, son dos plazas muy fuertes para nosotros, donde siempre se peta el asunto y lo pasamos muy bien, y de hecho así ha sido también esta última vez.
Respecto a ‘Sentido del espectáculo’, ¿cuál está siendo vuestra percepción en cuanto a la recepción del disco, las nuevas canciones…? ¿Estáis satisfechos?
Más que satisfechos. La acogida está siendo inmejorable. Poco a poco nos hemos ido creando un repertorio, en mi opinión, bastante sólido y varias de las canciones de ‘Sentido del Espectáculo’, pese a ser muy nuevas, ocupan ya un lugar destacado en el clímax de los conciertos. Lo sabes cuando ves a la gente levantando el puño al primer acorde y cantándoselas a grito pelado.
En mi opinión, uno de los grandes saltos que habéis dado respecto a ‘Centro Dramático Nacional’ es el sonido del álbum, más afilado. ¿Por qué pensasteis en Kaki Arkarazo para registrarlo? ¿Su papel has sido más técnico u os ha aportado otro tipo de visión?
Pensamos en Kaki por la experiencia que le avala y la versatilidad que le da haber trabajado con grupos de estilos diferentes y siempre con resultados satisfactorios. Nosotros, dentro de las razonables dudas que surgen cuando te enfrentas a la grabación de un disco nuevo, teníamos más o menos claro cómo debía sonar. Kaki hizo varios aportes que mejoraron la idea inicial, pero en líneas generales, su papel fue más técnico que creativo.
«[Nuestras letras las inspiran] las mismas emociones y sentimientos típicos: el miedo, el aburrimiento, la incomunicación…»
Decía en la crítica del disco que las imágenes que me vienen a la cabeza al escucharlo, son las calles oscuras y sucias de las grandes capitales, a menudo justo a la vuelta de los grandes ejes comerciales. ¿Qué os inspira para escribir vuestros textos?
Supongo que las mismas emociones y sentimientos típicos: el miedo, el aburrimiento, la incomunicación… y luego cosas más concretas como las nuevas tecnologías o la ciudad.
Son unas letras que, además, se alejan bastante del prototipo de rock urbano, con referencias literarias elevadas y un léxico rico. ¿Hay poesía en lo mugriento y lo violento?
Depende de la sensibilidad de la persona, de si tiene la capacidad y le interesa interpretar la vida, por mugrienta y violenta que sea, de forma poética. Quiero decir que no existe lo poético, sino la idea de lo poético. Algo solo es poético si lo queremos o podemos ver así.
Precisamente, mi impresión es que por ese gusto por las palabras parecéis más retratistas del descontento que agitadores de revueltas o contestatarios, como algunos de vuestros referentes más inmediatos ¿no? ¿Pasáis de enarbolar ninguna bandera?
Nuestra intención es hacer foco en determinados comportamientos y actitudes del tiempo y espacio que nos ha tocado vivir. Supongo que eso puede tener una dimensión política, pero no es premeditada. Son textos de corte más sociológico que otra cosa.
¿Quiénes son los “héroes secretos del no”?
No puedo decírtelo, de lo contrario ya no sería un secreto. Lo que sí puedo decirte es que son una mezcla entre el Bartleby de Melville y ‘Los Invisibles’ de Morrison, y que están aquí, y allí…
Leyendo vuestras letras, parece que el “no future” acuñado en 1977 está más vivo que nunca, ¿verdad? ¿Os queda alguna esperanza en el plano político o social?
A nivel cotidiano, de manera puntual y minoritaria, puede ser que sí. A nivel general me parece que no.
En vuestro debut los matices de folclore eran más palpables, pero aquí vuelven a emerger puntualmente. ¿De dónde os vienen esos arranques? ¿Cómo decidís si una canción pide palmas, castañuelas o un quejío flamenco?
Algunas canciones tienen ese aire porque buena parte de los palos del flamenco tienen un componente de emoción muy oscura que encaja a la perfección con el tipo de música que nos gusta, así que sucede de manera natural. Salen unos acordes de raigambre más o menos “folclórica” y, a veces, los mantenemos velados dentro de la velocidad y el ruido o, en casos concretos y si hay partes donde encajen, los potenciamos con esos otros elementos que mencionas.
Vuestra misma nota de prensa habla de no-referentes como Ilegales, Parálisis Permanente, Eskorbuto… ¿De dónde os llega esta no-influencia de un estilo que floreció sobre todo en los 80? Sorprende un poco, viniendo de unos chicos tan jóvenes…
Muchas gracias por lo de jóvenes, pero exceptuando a Milky, el resto hemos entrado ya en la treintena. De todas formas no se trata de lo lejanos, cronológicamente hablando, que estén esos referentes, sino de si existe una conexión estética, en el amplio sentido de la palabra, con la forma de hacer música que practicaban algunos grupos de los 80.
«La música que de verdad te mola no la eliges tú, sino que es ella la que te elige a ti. Ya sé que suena asquerosamente jipi, pero es un poco así»
En cualquier caso, aunque lo sencillo sea identificar vuestra música con el punk, en realidad parece que el punk para los más jóvenes es, en realidad, la estética y las actitudes del trap y los géneros urbanos. ¿El punk se ha convertido en un género ilustrado?
Puede que sea lo más sencillo, aunque no lo más acertado si tienes en cuenta que, de nuestras influencias, hay muchas que no son estrictamente punk o, directamente, nada punk. Nosotros hemos dicho siempre que hacemos pop siendo conscientes de la idea preconcebida que tiene mucha gente sobre ese género, y del consiguiente despiste que van a sufrir al escucharnos. Dicho esto, detesto esa costumbre de definir algo como «el nuevo algo». Los jueves no son los nuevos viernes y el trap no es el nuevo punk. Me parece que jóvenes, como ancianos, los hay de muchos tipos y con gustos musicales muy diversos. No me gustaría pensar que solo escuchan trap porque se supone que es lo que tienen que oír con esa edad.
Al menos a mí eso no me ocurrió. Cuando empecé a interesarme por la música “rara” me importaba una mierda lo que se suponía que tenía que oír, mis gustos no tenían por qué coincidir necesariamente con la tendencia. De esa manera pude forjarme un criterio propio. La música que de verdad te mola no la eliges tú, sino que es ella la que te elige a ti. Ya sé que suena asquerosamente jipi, pero es un poco así. A mí la patada en el pecho me la pegó el ‘Inflamable Material’ de Stiff Little Fingers, y no lo que fuera que estuviera de moda hace 15 años. Sirva como ejemplo actual los Bazofia, unos punkis canarios con los que tocamos hace un par de semanas. Algunos de ellos no eran siquiera mayores de edad ¡¡¡Un saludo para ellos!!!