Ya os hemos contado que ‘Quit’ representa una especie de vuelta de tuerca de la moda tropical house: en realidad parece una raga pop. ‘Quit’ es una balada cautivadora en la que Grande nos canta sobre un amor tóxico («sé que me voy a arrepentir», lamenta), co-escrita, por cierto, por Sia, siempre ahí con el lápiz afilado, en la que Høiberg asume con convicción un extraño papel de encantador de serpientes. Podría haberse ahorrado el final de piano eterno, pero ‘Quit’ es una de las canciones pop más especiales -en el mejor de los sentidos- que se han hecho últimamente.
El resto del disco especial es un rato, aunque no siempre en el buen sentido. ‘9’ es claramente experimental: la canción más «radio-friendly» del álbum, ‘Love Incredible’ con Camila Cabello, es una rareza, pero incluso esta contiene un momento puramente experimental como es su coda con Prismizer. La presencia de este instrumento en ‘9’ es generosa, pero evoca a Bon Iver más que presenta variaciones interesantes de su sonido. ‘Wild Love’ con The Weeknd y Frances and the Light (inventor del Prismizer) es un suculento despliegue de producción vocal, pero como canción deja mucho que desear.
Escuchado el repertorio de Cashmere Cat para otros, no queda muy claro qué sonido atribuir al noruego exactamente: ‘Just Luv Me’ parecía en realidad de Jamie xx y no tiene nada que ver con ‘Be My Baby’, como tampoco tiene nada que ver con estas canciones -o con ninguna en particular- ‘9 (After Coachella)’ con MØ y SOPHIE, que es el anti-hit absoluto
, una producción de EDM-trap deconstruido en su máxima expresión que cuela xilófonos, cazuelas esquizofrénicas y ladridos con naturalidad. Y encima tiene un fondo emotivo que atrapa.Irónicamente, la mejor producción del disco es instrumental. ‘Victoria’s Veil’ no contiene ninguna colaboración y su plasticidad recuerda al último trabajo de Oneohtrix Point Never, pero su ritmo presenta cierta querencia jamaicana que podría conquistar a Rihanna o Drake si estos quisieran. Por su parte, ‘Trust Nobody’ con Selena Gomez es la concesión tropical house más obvia del disco, pero por suerte no suena obvia ni desesperada, más bien elegante y dotada de una sofisticación que podría hacer muy bien a la radio actual.
El asombroso trabajo de excavación musical que es ‘Infinite Stripes’ con Ty Dolla $ign, que emplea un sample de Dexter Wansel y Terri Wells nos recuerda que ya se hacían cosas raras en los 70. ‘9’ pinta a que va a ser una rareza fascinante en el futuro como lo es hoy ‘Life on Mars’ y ojo, de aquí pueden salir muchos de los sonidos que vayamos a escuchar en los singles futuros de nuestros artistas favoritos, pero esta «piscina europea» contiene demasiadas ideas sin desarrollar como para construir un fondo sólido. Eso sí, los temazos no se los «quita» nadie.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘Quit’, ‘Trust Nobody’, ‘9 (After Coachella)’, ‘Victoria’s Veil’
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