La nueva música de Mikel Aguirre, que se ha gestado en secreto y con calma, solo ha podido estar marcada por la muerte del bajista y co-autor Pedro San Martín, que fallecía en accidente de tráfico en un mes de mayo como este hace 6 años. Se le menciona explícitamente en el single ‘El Golpe’, ‘Fueron «buenos» tiempos’ habla como es obvio de lo que fue el grupo («Fueron tiempos de conciertos y giras y algunas mentiras y yo aún sigo aquí») y ‘Atardecer #74’ contiene toda la nostalgia posible («Daría todo lo que tengo por revivir algún momento de aquel atardecer») y, en contraste, la necesidad de encontrar la forma de salir adelante aunque no haya fuerzas («Comprendí un atardecer que vale la pena no quedarse en casa sin más / puede que haya algo por lo que luchar, algo que valga la pena sin más»).
Las canciones de Aguirre para La Buena Vida se movían entre el costumbrismo y el optimismo, y su mano sigue aquí siendo muy evidente en el tipo de melodías, de mensajes y también de producción: ese piano de ‘El golpe’, el de ‘En aquel entonces’ sonando a ‘Soidemersol’, el tipo de cuerdas… Pero también hay novedades. ‘El golpe’ presenta unos sintetizadores que poco tienen que ver con los de ‘Panorama’ (son más 70’s que 90’s); ‘Atardecer #74’, que en principio puede resultar algo parecido a ‘Los planetas’ o ‘Duelos y quebrantos’, después es una cosa bastante diferente, gracias a ese curioso punteo un poquito Johnny Marr; y ‘Fueron buenos tiempos’, contra todo pronóstico, incluye una eléctrica poco asociable a lo que eran habitualmente los discos de estudio de La Buena Vida.
Estoy seguro de que el objetivo de Amateur solo era la necesidad de crear nueva música como terapia y de recordar que el grupo jamás podrá olvidar ni superar la traumática pérdida de Pedro San Martín, que tanto afectó a la industria, desde a los propios Planetas a la organización de Primavera Sound, pasando por todos los músicos y personas relacionadas que le conocieron o le admiraban de manera anónima. Pero es inevitable preguntarse si las canciones son sólo un merecidísimo, necesario homenaje, o alcanzan esa universalidad que caracterizaba las composiciones del grupo original. Y por suerte, aunque ninguna canción parece tan buena como ‘Vapor de carga’, es más bien lo segundo. El puente -cuasi estribillo- instrumental de ‘El golpe’ es sublime, convirtiendo la canción en un gran «grower»; el romanticismo clásico de ‘En aquel entonces’ nunca pasará de moda, elevándose sobre todo tras el cambio de acordes en «y tú, a saber dónde estarás y qué será de ti, me pregunto sin cesar / si a pesar de todo aún lo recuerdas como yo… me acuerdo», mientras que ‘Atardecer #74’ es una favorita inmediata gracias a esa paz que transmite, en sintonía con grandes canciones reconfortantes de la historia (se parece un poquito, seguro que involuntariamente –o no-, a ‘Voy a perder el miedo’ de Fangoria).
‘Fueron buenos tiempos’ podría tener algo más de sabor a cara B, pero lo cierto es que lo es. Únicamente ‘El golpe’ será incluida en el álbum que aguarda en septiembre, por lo que, en verdad, solo podemos catalogar ‘En aquel entonces’ y ‘Atardecer #74’ como grandes «caras B» o descartes de altura, como ‘La calle del Carmen’ o ‘Mirando atrás’. «Vuelta a empezar», postula el single del disco. Bienvenidos de vuelta, al fin, Mikel, Iñaki, Cheli.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘El golpe’, ‘Atardecer#74’, ‘En aquel entonces’
Te gustará si te gustan: ¡¡La Buena Vida!! Y no es holgazanería: el grupo estaba influido por los Beatles, Love, la Velvet, Moustaki o Vainica Doble, pero lograron su propio sonido y no hay mayor necesidad de huir de él.
Escúchalo: Spotify, su web