Para más inri, este disco de debut en solitario para Amber Coffman que se publica esta semana, ‘City of no Reply’, era producido por el mismo Dave. Eso sí, se grabó mucho antes del desencuentro final y se ha ido gestando durante los últimos 6 años. Amber insiste en que no es un disco post-ruptura y lo cierto es que en absoluto lo es. Aquí hay lugar para las declaraciones de amor y para los desencuentros y los problemas de comunicación… pero como en casi todos los discos de música pop. Por el contrario, son muchas las ocasiones que este álbum suena incluso optimista, luminoso y risueño: esto no tiene nada que ver con ‘Vulnicura’ de Björk.
Lo que sí es ‘City of No Reply’ es una celebración de la soledad. La canción principal, el primer single y la que abre el disco lo dice bien claro desde su mismo título, ‘All to Myself‘. La letra habla de ser engullida «por un océano de amor», pero no ha de ser necesariamente el que se siente por otra persona, sino el que hemos de tener por nosotros mismos: «Tengo que cantarlo, cantarlo para mí misma / No hay nadie hacia quien correr / Hay una voz dentro de mí / y es el momento de atenderla». Todo contribuye a dar forma a la que es una de las mejores canciones de amor que se han oído recientemente: pervive en ella el espíritu -la letra o la melodía- de grandes composiciones históricas como ‘All By Myself’, ‘A Whiter Shade of Pale’ o ‘When a Man Loves a Woman’ pero además la distorsión de las voces y la instrumentación tan siglo XXI le dan una personalidad propia. ¿Y no tiene bastante gracia que una de las canciones de amor más hermosas que se han hecho últimamente sea de alguien para sí mismo?
Esa independencia de la que habla Coffman ha producido que pase más tiempo consigo misma y, en ese sentido, ‘Under the Sun’ es una recreación de esos momentos en los que estás a solas con tu música favorita. Se trata además de una pista popera, un tanto girl group, en la que los 60 parecen una influencia decisiva, como en ‘All to Myself’ lo habían sido los 70. Amber dice haber escuchado mucho a Dolly Parton y Minnie Riperton, y esto último es bastante perceptible en el poso soul de ‘No Coffee’, que también suena a clásico (incluso en el tipo de letra «And I’m at the mountain and I’m strong enough») y en la que cuenta cómo echa de menos a su amado. Lo mismo que encontramos, evidentemente, en ‘Miss You’.
Puede que sobre las canciones sobrevuele el fantasma de «la verdad amarga» que se menciona en la central ‘Do You Believe’, una nana jazzy por la que podría asomarse hasta Sade, pero también lo es que hay canciones que encierran un claro optimismo, como es el caso de ‘If You Want My Heart’ («sé que el amor no dura, pero empezaré otra vez de cero»), la final y contemplativa ‘Kindness’ o ‘Dark Night’, que a pesar de su nombre cuenta con una melodía pop y graciosa además de con un estribillo tipo «llámame y yo estaré ahí» que no puede sonar más positivo. ‘City of No Reply’ tiene momentos áridos y más inaccesibles, como ‘Brand New’, pero también otros completamente coloridos y casi bailables (el africanista tema titular admite mash-up nada menos que con ‘Hips Don’t Lie’) que, ante todo, presentan a una artista con un discurso propio y con muchas cosas que decir, y no todas sobre Dave. Lo expresa muy claro la letra de ‘Nobody Knows’ («nadie sabe cómo me siento»), en la que Coffman se «despide del día de hoy» pero por melodía solo puede ser porque el mañana sea mejor. Adiós, Dirty Projectors. Hola, futuro.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘All to Myself’, ‘No Coffee’, ‘Dark Night’, ‘Under the Sun’
Te gustará si te gusta: el clasicismo melódico de una Amy Winehouse o una Carole King pasado por el prisma de Dirty Projectors
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