El pasado año cerraba la trilogía llamada A Tell Tale Heart con ‘Redemption’ (o ‘Redemptionheart’) abriendo una nueva etapa que ella llama The Red Era (no “red” de “rojo”, sino de “redención”): “The Red Era es para todo el mundo. Cada gay, cada fluido, cada negro, cada blanco… Porque mi base de fans ha pasado por mucha mierda”, decía a Vogue
. En el fondo, parece que ella misma necesita esa redención: desplazada de su hogar en Nueva Orleans a Baltimore a causa del Huracán Katrina, su carrera, pese a sus logros, parece carecer de la suerte que la ponga en verdadero valor. Pese a haberse codeado con artistas de renombre y gozar de cierto reconocimiento, este disco –publicado en las últimas semanas de 2016–, solo encontró cobijo en el modesto sello independiente británico Local Action Records.Este la describe como un encuentro entre Björk y Aaliyah, y lo cierto es que esa semejanza da una idea bastante aproximada del tipo de artista que es Richard: una mujer que hace aflorar sus negras raíces musicales pero sin miedo a rebelarse contra las convenciones. Esto la sitúa cerca de artistas tan iconoclastas como Erykah Badu o Childish Gambino, que como ella, integran rock, psicodelia o jazz en sus propuestas. Sin embargo, no deja de asombrar que, en algunos momentos de ‘Redemption’, nos parezca estar ante un disco de R&B alternativo que podría firmar Rihanna (eso que teóricamente era ‘Anti’).
Sucede, sobre todo, cuando suenan sus coqueteos con el trance, el footwork y la EDM: hablo de la invitación a la euforia de ‘Love Under Lights’ –y su evocación de una escena sexual imaginaria entre dos personas que se acaban de conocer en la pista de baile–, ‘Black Crimes’ y ‘Voices’. Un apabullante arranque que luego solo encuentra ecos similares en ‘Renegades’. Y es que ‘Redemption’ es un disco de altibajos, quizá demasiado disperso en la variedad de recursos que maneja. Porque los ecos del Kanye West productor que emergen en ‘Lazarus’ y ‘Tyrants’, la sintonía con los trabajos de Thundercat para Kendrick Lamar en ‘LA’ y ‘Sands’ o Miguel en la fantástica ‘Hey Nikki’, brillan mucho más cuando se escuchan de manera aislada que en un conjunto que tiende a hacerse espeso, con interludios que, pese a ser bonitos, a veces parecen oportunidades desaprovechadas de hacer grandes singles (tal es el caso de ‘Lillies’). Son, quizá, cuestiones menores que hacen que ‘Redemption’ no funcione del todo como obra íntegra, pero que no permiten poner en duda la certeza de que Dawn es una artista de enorme talento. La pregunta es ¿logrará concretarlo alguna vez en una obra irrefutable que, además, logre un respaldo más amplio del público?
Dawn Richard, D∆WN, actúa hoy jueves, 15 de junio, en Sónar Festival.
Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘Love Under Lights’, ‘LA’, ‘Voices’, ‘Lazarus’, ‘Renagades’
Te gustará si te gustan: Erykah Badu, Childish Gambino, la Rihanna más… «experimental».
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