Música

Phoenix no decepcionan en la notable primera jornada de Vida Festival

Con la jornada del jueves instaurada como mucho más que una fiesta para calentar motores, ayer comenzaba Vida Festival 2017, de nuevo en el bonito y agradable recinto de la Masia d’en Cabanyes, que presentó algunos cambios dispares: este año el presupuesto de decoración y elementos de ambiente se ha –o eso parece– se ha reducido, y a cambio es muy de agradecer una mayor oferta de servicios y productos (especialmente bienvenidos son la oferta de vinos y la nueva zona de comidas frente al escenario principal). La subida del precio de la cerveza, sin embargo, duele.

El final de la actuación de Alien Tango fue suficiente para certificar por qué no cejan de sumar fans y su proyección es imparable. Tienen carisma, presencia escénica, se toman en serio a sí mismos lo justo y, además, cuentan con canciones tan raras pero fascinantes como ‘Honey’, ‘Sexy Time’ y ‘Dancing In The Void’ (también algunas aún inéditas) que ejecutan con desparpajo, versatilidad y solvencia de unos veteranos. Apuntan muy alto.

No errábamos al decir que el de Parcels era un concierto para no perderse y que, posiblemente, cuando vuelvan por aquí será con otro estatus. El grupo australiano no desaprovechó la oportunidad que tuvieron ayer ante un muy nutrido público que, esperando a Phoenix, se dio de bruces con una banda que hizo mucho más que calentar el ambiente (de hecho, son sus teloneros en la actual gira europea de los franceses). Y es que la propuesta de Parcels, manteniendo cierta sintonía estética con ellos, les puso el listón muy alto. Porque consiguieron, siendo prácticamente desconocidos, despertar momentos de euforia en el escenario Estrella Damm, aunque fuera de manera intermitente –en ocasiones, tomaban una deriva prog-rock que dejaba caer el entusiasmo–. Canciones como ‘Older’, ‘Gamesofluck’, ‘Hideout’ y su reciente single con Daft Punk ‘Overnight’ amplifican su potencial en directo, dada la impresionante pericia instrumental y el entusiasmo que imprimen en su ejecución. Estupendos.

Lejos de Parcels, en el Escenario La Cova, Rusos Blancos lograban congregar, aunque paulatinamente, a una notable cantidad de público que ni ellos mismos, o así lo dijeron, esperaban. Cuesta creer que el grupo madrileño se planteara incluso disolverse meses atrás: con Manu como bailongo aunque aún algo tímido frontman –poniendo el acento en uno de sus fuertes, sus letras–, la banda suena muy engrasada, con Laura y Betacam brillando. Y, sobre todo, cuentan, como hemos repetido muchas veces, con un repertorio envidiable –centrado lógicamente en ‘Museo del romanticismo’ y recordando viejos hitos como ‘Tus padres, tu novio, tú y yo’, ‘Baile letal 3’ u ‘Orfidal y caballero’– en el que soul, synthpop y grandes ganchos se funden para hacer bailar tema tras tema. Al discotequero final con ‘Camas y trincheras’ y ‘A otra con esas’ le hubieran ido de perlas unos fuegos artificiales, un confetti o algo.

Parecía raro ver programado a un grupo del estatus de Guadalupe Plata en el pequeño escenario La Cabaña Jägermusic. De hecho, al inicio de la actuación casi asustaba ver la enorme cantidad de gente que congregaron por todo el bosque alrededor. Sin embargo, pronto entendimos que aquella arboleda era el entorno perfecto para su blues primitivo y su honky tonk herrumbroso pero vibrante. La intensa luz roja que les bañó durante todo el show era una perfecta metáfora del intenso calor que desprendían. No eran llamas, sino unas ascuas que Carlos Jimena y Paco Martes mantenían calientes y se encendían cuando Pedro de Dios bufaba con su guitarra y su micro, incitando al baile y hasta al stage-diving. Reservaron la infantil y perversa ‘En la calle 24’, ya con mucho menos público, para un final catártico.

La última ocasión en que pude ver a Phoenix fue en la edición 2013 de Primavera Sound y no guardaba un recuerdo especialmente bueno. Así que había miedo anoche, en la presentación de un disco como ‘Ti amo’, que alterna momentos deslumbrantes con lugares comunes, no tan excitantes. Pero Thomas Mars y los suyos no se la jugaron y acometieron el asunto como el público medio de un festival espera: tocando sus mejores canciones. Seleccionando mayormente la crema de su nuevo lanzamiento (‘Ti amo’, que abrió el set, ‘J-Boy’, una refrescante ‘Fior di Latte’ y ‘Role Model’, que supone un inesperado subidón en el set), el resto del show se nutrió de temas tan rotundos como ‘Lasso’, ‘Entertainment’, ‘Lisztomania’, ‘1901’ (glorioso cierre, antes de que Mars echara a correr hacia el centro de la masa de gente para ser elevado en pie mientras sonaba un reprise de ‘Ti amo’) o ‘If I Ever Feel Better’. Incluso aunque se permitieron el lujo de ignorar totalmente ‘Alphabetical’ y casi casi ‘It’s Never Been Like That’ (de manera insólita, apenas cayó ‘Long Distance Call’) y que no contaron con uno de sus trucos escenográficos (el enorme espejo que reflejaba los alucinantes efectos de su suelo luminoso –lo rompió una tormenta días atrás–), el grupo triunfó gracias a un sonido contundente y refinado a la vez, con Thomas magnético y en buena forma vocal. Ni su insistencia por incluir el bajonero interludio ‘Love Like a Sunset’ a mitad del set logró amainar la revolución anímica que provocaron en el público. Fantásticos.

Tras deleitarnos (es un decir) con ‘Ano’, Las Bistecs dieron las gracias a sus teloneros, Phoenix, por haberles hecho el warm-up, y remangaron sus saltos de cama lenceros para enarbolar la bandera del electrodisgusting bien alta en el Vida. A lo Mario Vaquerizo, las barcelonesas no necesitan tocar ni un instrumento (aunque ellas al menos pidieron perdón a los músicos) para poner patas arribas a un público que aún hoy alucina con sus letras y no puede resistir su electropop punchy-punchy. Aunque es posible que comenzar con lo que uno supone la traca final –‘HDA’, ‘Señoras bien’, ‘Cosas negras’, ‘Señoras bien’ e ‘Universio’, casi del tirón– hiciera decaer su show para el público casual, los convencidos entrecots disfrutamos hasta la interpretación, guitarra hinchable en mano, de ‘Galicia’ o la retahíla de paradas de Metro barcelonés. Asín semos. ¯\_(ツ)_/¯

Fotos de Alien Tango y Parcels, obra de Rafa Rubiales. Foto de Phoenix, de Mika Kirsi. Cedidas a Jenesaispop por Vida Festival.

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Publicado por
Raúl Guillén