Música

¿Hasta cuándo subestimaremos a Amaral?

“No estás hecha para el agua si no te quieres mojar”: con ‘Unas veces se gana y otras se pierde’ abrían anoche Amaral su concierto en Sevilla. Hacía 5 años desde la última vez que los zaragozanos estuvieron en la capital andaluza, y lo cierto es que por esa fecha acababan de mojarse a lo grande para poder navegar en aguas desconocidas y dirigirse, como el disco que presentaban por entonces, hacia lo salvaje. Nos referimos, claro, al nacimiento de su propio sello: Antártida. Tras tan larga ausencia, Eva y Juan, en una rueda de prensa ofrecida en julio en un hotel sevillano, anunciaban varias sorpresas para ese concierto de regreso, y ese mismo día ofrecieron también a algunos de sus seguidores y a la prensa un pequeño acústico con la Catedral de fondo, donde llegaron a pasearse entre el público o a sentarse a su lado para cantar con ellos. Ese esperado reencuentro con muchos de sus fans andaluces se ha producido finalmente dentro de un ciclo de conciertos en el CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo), donde estos días de septiembre se verá también a gente como Rosalía, Kase.O, Robe Iniesta o Fuel Fandango. Foto: Rafa Marchena.

¿Ha valido la pena la espera? Las declaraciones de Eva y Juan en julio hacían presagiar que no iba a ser un concierto más… y no lo fue, por diversas razones. Una de esas razones fue un entregadísimo público que animaba al grupo y coreaba no solo “las de siempre”, sino incluso los no-singles de su último trabajo: esto también se debe a la forma en que Eva se ganó a los asistentes, interactuando con ellos, explicando las historias detrás de muchas canciones y haciendo que éstas les llegasen más. Otra de las razones es la que ya ellos adelantaron: sorpresas y novedades en la presentación de algunas canciones. ‘Kamikaze’ (cuyo estribillo intentaron cantar todos los presentes bajo el Monasterio de la Cartuja sin marcarse el gallo del siglo, siendo Eva la única en conseguirlo) y ‘Revolución’ dieron paso a otros grandes éxitos del grupo como ‘Salir corriendo’, ‘Días de verano’, ‘El universo sobre mí’, ‘Sin ti no soy nada’, ‘Cómo hablar’, ‘Hacia lo salvaje’, ‘Cuando suba la marea’ y la sorpresa-rescate de su debut ‘No sé qué hacer con mi vida’… pero gran parte de ellas con nuevos arreglos, con más guitarreo eléctrico y percusión, que les contagiaron del espíritu enérgico de su último álbum y que rápidamente hicieron olvidar a los asistentes del retraso en cuanto a la hora de comienzo.

‘Nocturnal’ se confirma como la fan-favourite del disco, siendo uno de los momentos álgidos del concierto junto a ‘Lo que nos mantiene unidos’, ‘Hoy es el principio del final’, la interpretación casi a cappella de ‘En el tiempo equivocado’ (gana enteros en vivo) y, sobre todo, los arreglos nuevos para ‘Chatarra’. Este tema ha pasado por su versión normal, su versión acústica (que elogiábamos como lo mejor de ‘Solar Sessions

‘) y ahora se nos presenta con unos toques electro que recuerdan a Dorian o incluso por momentos al ‘Witching Hour’ de Ladytron y que, la verdad, sientan a la canción como un guante – lo cual nos hace reafirmarnos en que efectivamente ‘Chatarra’ era una joya escondida que suena bien de distintas formas.

La energía que desprenden los dos en el escenario es, por tanto, otra de esas razones, pero también su sincero compromiso sociopolítico en ‘Revolución’ (esas imágenes), ‘Llévame muy lejos’ o ‘La ciudad maldita’: es sorprendente que, al salir ‘Ratonera’, muchos dijesen que los de Zaragoza se habían “subido al carro” de esa temática. Cabe preguntarse si habrían escuchado ‘No soy como tú’, ‘Rosa de la Paz’, ‘Las Puertas del Infierno’, ‘Van como locos’, ‘Como el martillo en la pared’, la propia ‘Revolución’, etc; es curioso que quienes siempre les han visto como un grupo de radiofórmula sin interés conozcan de ellos poco más que los temas que han sonado en la radio. Eso nos lleva a la última de las razones, y una de las más interesantes: entre el público podías oír gritar a ultrafans entregadísimos, pero también podías oír cómo gente que acudió “obligada” para acompañar salía diciendo “ha sido flipante, les tenía subestimados”. Amaral tienen un directo brutal, y ayer dieron una prueba más de eso, ayudados en el aspecto técnico, por un cuidado sonido, y metiéndose en el bolsillo a un heterogéneo público en el que los fans de sus inicios que ahora tienen 35-40 o hasta 50 años cantaban a pleno pulmón junto a sus fans millenials de veintitantos (incluso adolescentes). Dos generaciones que parecen estar siempre enfrentadas, unidas por las letras, melodías y, sobre todo, la energía de los zaragozanos. Entre las preferencias personales que echar en falta en el setlist (en mi caso, especialmente ‘Siento que te extraño’ y ‘Alerta’), hubiese sido desde luego un puntazo ver a este choque generacional cantando al unísono ‘El blues de la generación perdida’… Eva y Juan tienen, pues, una sugerencia ahí para el concierto de final de gira en el 28 de octubre en Madrid, que, como dijimos, se grabará para un futuro álbum en vivo.

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Publicado por
Pablo Tocino
Tags: amaral