En ningún caso se han empeorado los datos del disco anterior. Hay un desgaste en número de copias debido al declive del mercado y al mes de edición de aquel ’Sonic Highways’ (noviembre, el segundo más suculento del año), pero se han mejorado las posiciones en Francia y España, que era de las pocas por mejorar. Y aún más: tras vender casi 300.000 copias en todo el mundo en los primeros siete días, la segunda semana ha dejado buenos resultados para el grupo. Sólo han bajado al puesto 2 en Reino Unido, y aunque el engañoso Billboard 200 les muestra en el puesto 17, en verdad en ventas continúan en el nº4.
No será este el álbum más vendido, ni querido, ni famoso de Foo Fighters, pues la banda difícilmente superará la popularidad lograda a finales de los 90 y principios de los 2000, cuando ’The Colour and the Shape’ fue doble platino en EE UU y ‘One by One’ doble platino -casi triple- en Reino Unido. Sin embargo, hay que elogiar la fidelidad de los fans del grupo, que les auparán una vez más a lo más vendido de todo el año.
Pero al margen de eso hay un clarísimo desapego por Katy Perry, precisamente cuando los 3 singles de su disco no han funcionado tan espantosamente mal. Es cierto que ninguno ha sido número 1 en ningún lado, pero también lo es que los 3 suman más de 100 millones de streamings en Spotify cada uno (‘Chained to the Rhythm’ se acerca a los 300) y 200 o 300 millones en Youtube. No hace falta irse a otras divas del pop: Foo Fighters matarían por estas cifras de streaming, no con 3 de sus nuevos singles, sino con uno solo de ellos. Y sin embargo, en toda Europa el disco está completamente muerto a 3 meses de su salida, pues ha desaparecido del top 100 británico o del español, uno de los escasísimos territorios en que el disco fue número 1. A falta de comprobar cuánto se puede extender el “ticket bundle”, parece muy complicado que ‘Witness’ pueda llegar al millón de copias. Ni quienes defendemos lo interesante que es el disco podemos creer que ‘Roulette’ (próxima «canción del día» en nuestro site) vaya a conseguir lo que no ha conseguido ‘Swish Swish’, que al fin ha llegado al top 20 británico… después de 19 semanas de escalada… sin que el disco suba ni un triste puesto.
Las teorías son varias: el apoyo de Katy Perry a Hillary Clinton cuando su imagen de chica americana era casi más republicana que demócrata, la indecisión entre el disco político y el que no, el larguísimo lapso entre primer single -de considerable éxito, visto lo visto- y disco, el extraño nuevo look andrógino de la artista en contraste con su look de princesa pop, la aparente focalización en un nuevo target más dance y/o gay y decididamente menos familiar, la escasa fidelidad en el pop, los cuatro años entre disco y disco y mil teorías más. Pero lo seguro es que la cantante ha de mirar bien por dónde pisa si quiere seguir llenando estadios. De momento en esta era no ha dado con su ‘Rude Boy’ o su ‘Love on Top’. Y no, no pintaría nada desde el punto de vista artístico, una reedición con su reciente hit junto a Calvin Harris, ‘Feels’.