Y es que esta recuperación del todo el simbolismo de su apellido en el plano musical simboliza también una inusual proyección hacia el exterior –se dice que Charlotte es extremadamente tímida– de sus más traumáticos sentimientos de dolor y pena hacia su familia. ‘Kate’ es un reproche explícitamente dedicado a su hermana materna Kate Barry, que al parecer se suicidó en 2013 tras diversos problemas de adicción con el alcohol y medicamentos; mientras que ‘Lying with You’ parece una colección de recuerdos desordenados de las horas posteriores a la pérdida de su ilustre progenitor (“¿Dónde se ha ido mi beso cuando el ataud se ha cerrado?”), sugiriendo que, años después, la importancia de su figura hacen imposible el olvido y el descanso (“¿Soñaremos felices para siempre? Fingiremos que lo hacemos”). Sombras que se ciernen, además, en forma de miedos e incertidumbres hacia el momento en que sus hijos pequeños vuelen por sí mismos, verbalizados en ‘Dans Vos Airs’ (“Siente cómo mi corazón teme que llegue ese momento, el de vuestros abismos”).
Aún así en el resto del álbum, aunque los conceptos del dolor y la rabia por una pérdida sobrevuelan muchas de las canciones, sus textos son suficientemente abiertos como para leerlos en distintos planos (un desamor, el miedo ante una relación) y empatizar con ellos: en ‘Deadly Valentine’, por ejemplo, se limita a recitar los clásicos votos de una boda católica, poniendo de relieve el profundo nivel de sumisión que albergan para la mujer; o la metáfora de ‘Songbird in a Cage’, la canción que le cedió Paul McCartney en 2011, puede aludir a alguien enclaustrado espiritualmente por la pena, el dolor… o por otro ser vivo –que no humano–. Pero lo mejor de ‘Rest’, claramente, es que es perfectamente disfrutable incluso si se quiere permanecer ajeno a ese plano lírico.
Porque las aportaciones del ex-Beatle, Connan Mockasin (‘Dans Vos Airs’, ‘Les Crocodiles’) o la mitad de Daft Punk están envueltas en una cohesión magnífica, fruto de un gran trabajo conjunto con Sebastian Akchoté. Su capacidad para hacer sonar estas canciones modernas y nostálgicas, íntimas y expansivas a la vez es gloriosa, y en todo momento se esmera por destacar la particular personalidad –esa fragilidad rotunda, esa rabia dulce– de Charlotte como intérprete. Con o sin los arreglos orquestales de Owen Pallett (que, como es habitual, son como para ponerle un piso), suenan tan a la altura de lo mejor de Air, Justice o Sebastien Téllier como de Mr. Gainsbourg, Benjamin Biolay o Nino Ferrer. ‘Rest’ es un disco diverso y rico en recursos pero coherente, y repleto, sobre todo, de canciones memorables. Canciones que tan pronto nos sirven una punzada en el corazón (‘Ring-a-Ring O’ Roses’, ‘Rest’ –quizá el momento más icónico del álbum, a todos los niveles–, ‘Lying with You’) como nos invitan a bailar esperanzados (‘Deadly Valentine’, ‘Songbird in a Cage’, ’Les Oxalis’ –con esa tierna sorpresa que esconde su final–, ’Sylvia Says’, el momento más hedonista del disco que ya destacamos como Canción del Día
), cuando no ambas cosas a un tiempo (’Kate’, ‘I’m a Lie’). No duelen prendas en decir que ‘Rest’ es el disco más personal, en todos los sentidos, en la carrera de Charlotte Gainsbourg. Y también el mejor.Calificación: 8,3/10
Lo mejor: ‘Rest’, ‘Sylvia Says’, ‘Deadly Valentine’, ‘Ring-a-Ring O’ Roses’, ‘Lying with You’, ‘Dans Vos Airs’
Te gustará si te gustan: Air, Benjamin Biolay, Keren Ann
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