Por fortuna para nosotros, ese quiebre anímico la llevó a abandonar toda actividad… salvo la música, y así nació ’Music For People In Trouble’. Un disco que no es exactamente un álbum confesional ni explícito con sus problemas personales. Más bien al contrario, es un disco que parte de sus experiencias y de un viaje que emprendió por lugares absolutamente distintos de todo el mundo –Corea del Norte, Brasil, Nepal, Islandia…– para curarse. En esos parajes recónditos encontró una espiritualidad que la ayudó a sobreponerse –‘Music For People In Trouble’, la canción, es un discurso de un amigo suyo que posibilita experiencias extremas en la Naturaleza a modo de terapia; Susanne vivió su propia catarsis pasando 24 horas sola en los Pirineos– y que se plasma en estas diez nuevas canciones en las que ella dice que hay más luz que oscuridad.
A pesar de ‘Mantra’, un falso ejercicio de autoafirmación que se ensombrece en el último instante (“estoy tan vacía como la Tierra, un nacimiento insignificante, polvo de estrella en un universo, eso es todo lo que valgo”, termina); a pesar del corazón roto que se trasluce en ‘Reincarnation’, aunque valiera la pena (“soy una chica mala porque convertí un mundo feo en una perla de cristal y nos quedamos sin amor, fue pura felicidad”); a pesar de cómo expone los presagios del fracaso de su relación en ‘Bedtime Story’ (“Porque decía la verdad cuando dije que saldría mal, porque siempre pensé que mi vida sería una canción triste”); a pesar de que su visión sobre el amor ha quedado dañada para siempre (“No confíes en los que te aman, porque si les devuelves ese amor te decepcionarán, es un hecho”, comienza ‘Undercover’); a pesar de todo eso, ‘Music For People In Trouble’ es una promesa de que nada es tan importante, de que todo pasará y la luz volverá a nosotros (como fantasea en una ‘No One Believes In Love Anymore’ que en cierto modo remite a los Radiohead más conmovedores).
Ese fondo espiritual se traduce en unas canciones demoledoramente bellas, capaces de clavarte al asiento –si estás sentado, lo cual es recomendable porque la alternativa es caerse de culo– la primera vez que las escuchas con atención. ‘Music For People In Trouble’ es un torrente musical en el que folk leonardcohenesco
, jazz, clásica –Sundfør culminó estudios superiores de piano–, pop y hasta new age (no hay mejor manera para definir la coda final de ‘The Sound of War’) van de la mano como una sola entidad. Una entidad repleta de pequeños detalles y giros en la producción (el “corte” súbito que padece ‘Good Luck Bad Luck’ antes de introducirnos en la coda jazzy; los ruidos domésticos y fantasmales que pueblan ‘Bedtime Story’) –esta vez la noruega ha delegado parte del trabajo en Jorgen Traeen, colaborador de Sondre Lerche, entre otros–. Una entidad que se pone a disposición de una voz casi sobrenatural: Sundfør se sitúa con estas expresivas y cálidas interpretaciones a un nivel sublime, no solo al de contemporáneas como Feist o Basia Bulat, sino al de leyendas como Linda Perhacs o Margo Guryan.Como buena gran obra de calado espiritual y emocional, los 44 minutos de ‘Music For People In Trouble’ no son una balsa de aceite. Tienen sus valles, ejemplificados sobre todo en el corte que da nombre al disco y ejerce de experimental intermezzo –precedido de la citada coda ambient-noise de ‘The Sound of War’– o también en las disonancias un poco ‘Twin Peaks’ de ‘The Golden Age’ o la solemne intro de ‘Mountaineers’, con la resonante voz de John Grant. Pero se asimilan como peajes, momentos para detenerse, respirar y continuar en el viaje interior que ofrece el disco. Un viaje en el que sobre todo brillan melodías de una belleza que abruma y corta el aliento, tanto si es grandilocuente, como toda ‘Undercover’ o el crescendo final de ‘Mountaineers’, o íntima, como la de la desarmante ‘No One Believes In Love Anymore’, la acústica ‘Reincarnation’, la juguetona y pianística ‘Good Luck Bad Luck’ o la expresividad jazzy de ‘Bedtime Story’. Cuando muchos pensaban que Susanne Sundfør había alcanzado su cumbre en el hedonista y celebratorio ‘Ten Love Songs’, la noruega ha mostrado un nuevo perfil creativo que puede perpetuarla como una artista de enorme recorrido creativo e influencia, la Kate Bush de las nuevas generaciones.
Calificación: 8,6/10
Lo mejor: ‘Undercover’, ‘No One Believes In Love Anymore’, ‘Reincarnation’, ‘Bedtime Story’, ‘Mountaineers’, ‘Good Luck Bad Luck’
Te gustará si te gustan: First Aid Kit, Feist, Leonard Cohen, Kate Bush, Joanna Newsom
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