A lo largo de estas 12 canciones, BØRNS, acompañado de nuevo por su productor de confianza Tommy English, reúne el sonido de los artistas de varias décadas. ‘Faded Heart’ presenta un sonido glam en la estela del David Bowie de los primeros 70, ‘Sweet Dreams’ mantiene el gusto por el sonido de Tame Impala que ya vimos en su disco anterior, la rockera ‘We Don’t Care’ remite tanto a Primal Scream como a White Stripes, ‘Man’ presenta una electrónica no tan distante de Goldfrapp junto a un piano un tanto George Michael circa ‘Freedom’ y ‘Second Night of Summer’ podría ser fácilmente una canción de Passion Pit.
El triunfo de BØRNS es haber logrado un disco que suena coherente a pesar de toda esa amalgama, pero lo cierto es que cuando suenas constantemente a otras cosas has de contar con unas canciones, una voz o unas letras realmente sublimes, y no es el caso de Garrett y su paseo por la psicodelia, el disco (‘Tension (Interlude)’, el pop onírico o la banda sonora. Sirva como ejemplo ‘God Save Our Young Blood’. Dice su sello que este corte «mezcla sensualmente las fanfarrias distantes del EDM», pero tenemos un problema si esto es lo mejor que se puede decir de un dúo con la cotizada Lana del Rey. Su leitmotiv se olvida con el paso de los días en lugar de todo lo contrario, su letra es repetitiva, y su análisis del paso del tiempo, frugal. ‘Supernatural’ es una producción estupenda, en la que brilla el theremin de Armen Ra, pero incluso aquí es obligatorio hablar de Tame Impala, Broadcast y United States of America, con unas cuerdecitas tomadas prestadas de The Style Council. Para cuando llega ‘Bye-Bye Darling’ uno ya no sabe si está escuchando un disco de Elton John, Harry Styles… o una vieja balada de Mark Owen.
Calificación: 5,9/10
Lo mejor: ‘Supernatural’, ‘I Don’t Want U Back’, ‘Faded Heart’
Te gustará si te gustan: muchísimo Tame Impala, Empire of the Sun, las migajas de Lana del Rey
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