En un disco llamado ‘reputation’ en el que Swift dedica varias canciones a hablar sobre su “mala reputación” y en el que declara, en ‘End Game’, que a ella “no le gusta el drama”, sino que “el drama le ama a ella”, llama mucho la atención la posición defensiva en la que encontramos a Taylor en algunas canciones del disco. Algunas frases son: “Has oído hablar de mí, tengo un montón de enemigos”, “por cada mentira que les cuento, me cuentan tres”, “te di una segunda oportunidad, y me clavaste un puñal en la espalda”, “otro día, otro drama, pero lo único en que pienso es el karma”, “he hecho algo malo, ¿pero porque me siento tan bien?”, “traje un cuchillo a un tiroteo, todos los mentirosos me dicen que lo soy” o, desde ‘Delicate’, “mi reputación nunca ha sido peor, así que tengo que gustarte tal y como soy”. La autocrítica y el sentido del humor brillan por su ausencia en un ‘reputation’ en el que Swift se muestra muy cómoda dividiendo el mundo en “ella” y “los malos”, sin reflexionar en ningún momento sobre las malas decisiones que ella pueda haber tomado… Pero lo peor es que estos dramas ni siquiera son interesantes. ¡Son de parvulario! ¿De verdad alguien recordaba el “beef” de Taylor con Kanye y Kim cuando salió ‘Look What You Made Me Do’? Taylor, desde luego, sí. Y eso que no le gusta el drama…
Swift nunca ha merecido las acusaciones de “traición” que recibió en 2016 cuando Kim Kardashian reveló su conversación telefónica con Kanye West en la que supuestamente aprobaba ‘Famous’, ya que en el audio de esa conversación jamás se demostraba que Swift diera el visto bueno a que West la llamara “zorra” en la canción, que es exactamente lo que Swift denunció en su discurso en los Grammy. Mucha gente decidió omitir este detalle para justificar su odio hacia Swift, pero eso no significa que la cantante no haya hecho cosas cuestionables en su carrera. Muy discutido ha sido su feminismo, su silencio político, la representación cultural de algunos de sus vídeos, la suprema puerilidad de sus letras, su supuesta traición a Katy Perry o la vez en que denunció a un fan por vender muñecas de ella hechas a mano en Etsy (sí, esto pasó). Swift no está obligada a responder a todas las críticas que recibe, pero al contrario que su enemiga Katy Perry
, tampoco parece dispuesta a comprenderlas. Y eso se nota en un ‘reputation’ en el que, cuando Swift se enfrenta a estas críticas, sus letras resultan totalmente superficiales y egocéntricas, dando lugar a un álbum que es el equivalente musical a la expresión de ahogarse en un vaso de agua. Swift tiene derecho a sentirse humillada por Kanye West, pero ‘reputation’ trata pasar por venganza heroica un “te chinchas” continuo, por lo que es muy difícil tomarse su agresividad en serio.Por eso, la presencia de Joseph Khan en esta era está siendo muy útil. El final del vídeo de ‘Look What You Made Me Do’ ya se cuenta entre los momentos míticos de la historia del pop: Swift nunca se había reído tanto de ella misma como en esa escena absolutamente delirante en la que vemos a la de Nashville ridiculizando las críticas que recibe de manera magistral. Y esto es algo que ha faltado en la era ‘reputation’: más humor. Los vídeos de ‘…Ready for It?’ y ‘End Game’ han sido oscuros, pero los de ‘Look What You Made Me Do’ y ‘Delicate’ también, y sin embargo, han mostrado a una artista dispuesta a reírse de sí misma y relativizando las críticas con inteligencia. ‘reputation’ es agotador precisamente porque en él apenas hay espacio para esa relatividad. El disco te agobia con sus problemas y no te deja empatizar. Por eso el vídeo de ‘Delicate’ es acertado. Aunque vaya de algo más profundo (la fama, el deseo de ser invisible en un mundo que te observa), Swift le ha añadido ahora una dimensión humorística, creando un balance entre seriedad y broma que se echa mucho de menos en las letras de ‘reputation’.