Manolo García ha publicado una carta pública en su página web dirigida a Amaia Montero, quien ha sido víctima de duras críticas y descalificaciones en los últimos días después de protagonizar un desastroso concierto en Cantabria, según ella, debido a la falta de ensayos, según sus detractores, debido a unas copas de más.
García ha querido defender a Montero ante los “perfectos de este mundo”, y haciendo una extraña, y diríamos que algo desafortunada comparación con el movimiento #MeToo, el cantante enumera una serie de situaciones vergonzosas en las que #éltambién se ha encontrado, como haber subido al escenario “con alguna copa de más”, “haber patinado con un playback” o salir mal vestido a cantar. García indica que la imperfección le ha hecho humano, que es de hecho “nuestra condición” y asegura a Montero que las veces que ha hecho feliz a su público encima del escenario sobrepasan a las malas.
Este es el texto íntegro:
“Te conozco desde hace bastantes años, Amaia. Nos hemos encontrado en muchas fiestas de radio, entregas de premios… y siempre nos hemos saludado, siempre has tenido una palabra cariñosa para mí. Sabemos que la vida es una montaña rusa y hoy quiero enviarte un abrazo sincero, leal a esa amistad en la distancia pero profunda que siento por ti. Un abrazo cósmico.
Ahora que está tan de moda el Me Too, a mí me ha pasado de todo. He subido con alguna copa de más a un escenario, he patinado con un playback que no entraba en pleno directo de televisión, me he olvidado la letra de una canción bastantes veces, en multitud de ocasiones he salido a escena con ropas tan desacertadas como para morirse de risa y hasta me he colado en un agujero escenario abajo. ¿Qué sucede? ¿Que una pifia, un error, una metedura de pata pesan más que tantas y tantas noches de entrega, de buenos conciertos? Pues claro que no. Y como dice la Biblia, el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra.
Como tú, como todos los que a veces nos pueden criticar, soy humano. Pero sabes, precisamente por eso hay que perdonarse. Si te soy sincero, tampoco me he sentido mal porque sé que todos y cada uno de los que están frente a nosotros en cualquier evento, de vez en cuando también fallan. Es nuestra condición. Y poco más. Ayer hablé contigo y al colgar el teléfono pensé en los años que llevas en el oficio de la música y en la cantidad de veces que habrás subido a un escenario y habrás dado felicidad al público junto a tus compañeros músicos. Eso, tu entrega de tantas noches a tanta gente es tu salvoconducto para ser respetada, como debería serlo todo el mundo.
Un montón de besos y un ramo de flores, Amaia.”