Pero lo que ya está siendo calificado como “Drakegate” parece que le saldrá caro a Spotify. Primero, porque las repetidas quejas de los usuarios Premium, que entienden que, abonando una cuota de servicio, deberían ser libres de esta promoción salvaje del artista, pues pagan religiosamente para, entre otras cosas, no padecer la publicidad. Un punto que está siendo paliado por la plataforma a base de talonario, según algunos usuarios en Reddit, reembolsando a los usuarios que lo reclamen una cuota mensual completa.
Pero lo segundo, y más difícil de salvar, es el deterioro de la imagen de la multinacional sueca, al someterse a la fuerza de una compañía discográfica de esa manera y trasladarla a unos usuarios a los que, en teoría, se les debería recomendar música de verdad afín a sus gustos. Esto puede hacer daño a la compañía de manera especial puesto que, desde el pasado mes de abril, Spotify cotiza en bolsa y, si su ética y prestigio se vieran resentidos, podría hacerle mucho daño en lo económico, especialmente cuando la competencia en el sector crece cada vez más, con la irrupción y potenciación de los servicios de streaming de Amazon
y Youtube.El lunes Pitchfork publicaba un afilado análisis de Damon Krukowski, que además de ser miembro fundador del grupo Galaxie 500 y persistir en su carrera musical en el dúo Damon & Naomi, es un estudioso analista de los hábitos de consumo de música en la sociedad contemporánea. En él, Krukowski compara el “Drakegate” con el patinazo que dio iTunes al insertar en nuestras bibliotecas, lo quisiéramos o no, aquel ‘Songs of Innocence’ de U2 en 2014, y compara esa violación de nuestros dispositivos físicos por parte de Apple con la que Spotify hace ahora de los big data de sus usuarios por medio de sus algoritmos.
“¿Y si Spotify está usando la “recomendación” como un imperativo y no como una opción, como en un “te recomiendo que te detengas con la luz roja?”, dice Damon, y prosigue: “el “Recomendado para ti” de Spotify ya no podrá ser entendido nunca más como una invitación individualizada, sino como un simple formalismo. Y como ha revelado el uso que le ha dado en este fin de semana a Drake, la segunda persona de esa frase ni siquiera es singular, sino plural”. Krukowski también insinúa, como decíamos antes, que del mismo modo que aquel incidente con U2 pudo ser el principio del fin para iTunes –algunas voces dicen que en un par de años desaparecerá la tienda digital, en beneficio del servicio de streaming de Apple–, el “Drakegate” también podría dañar seriamente la hegemonía de Spotify en el sector.