Tras una notable jornada de jueves, con Florence + The Machine y Childish Gambino a la cabeza, el viernes en Bilbao BBK Live se anticipaba igual de suculento con la presencia de The xx, The Chemical Brothers, My Bloody Valentione, David Byrne… La lluvia, muy persistente a ciertas horas, dificultó en parte el disfrute de la jornada. Pero la música, en este caso, logró minimizar lños efectos de la meteorología.
King Gizzard & the Lizard Wizard, de gira por sus últimos cinco discos (!) que sacaron el año pasado, se encargaron de crear una atmósfera psicodélica y envolvente justo mientras atardecía. ‘Murder of the Universe’ y ‘Polygondwanaland’ fueron los dos álbumes que más se escucharon, especialmente el primero. Su directo es impecable gracias a los cuidadísimos instrumentales (algunos guitarreos realmente mágicos) y a la sugerente voz de Stu Mackenzie. Sonaron todo el tiempo con una fuerza contagiosa. Uno de los mejores momentos fue ‘Rattlesnake’, de las más cantadas y vividas por el público, en torno al final del concierto. Fernando García.
El muro de ruido y distorsión de My Bloody Valentine me sirvió de arranque para un viernes que se avecinaba complicado debido a la lluvia y el grupo de Kevin Shields se beneficio de tocar pronto, pues el mal tiempo no llegaría hasta pasado el concierto de The xx. El grupo armó un concierto de shoegaze tan hipnótico como las visuales psicodélicas que lo acompañaban, aunque yo esperaba dos cosas: que las guitarras fueran más apabullantes, más brutales, y también que las canciones se reconocieran un poco mejor. Sobre todo al principio, los temas se diluían en una masa de guitarras distorsionadas que cuesta imaginar fascinando a alguien que se topa por primera vez con el grupo. ¿Quizás la esencia del arte de My Bloody Valentine se encuentre sobre todo en los discos? ¿Quizás el escenario exterior del BBK no les hizo demasiada justicia? En cualquier caso, fue un placer ver en directo –en mi caso por primera vez– a estos tótems del indie cuya influencia se sigue alargando hasta nuestros días. Jordi Bardají.
El de David Byrne fue uno de los conciertos más sorprendentes del festival. No había demasiada gente en el escenario Heineken, lo más probable es que fuese debido a la lluvia que no dejaba de caer constantemente, pero aún así, quienes quedaban estaban entregados por completo a su show. La escenografía era de lo más sencilla, pero también una apuesta bastante radical: simplemente había una suerte de cortina gris que cubría el fondo y los laterales del escenario, encerrando así a Byrne y su banda (orquesta, bailarines, coristas) -todos trajeados- en un espacio casi lynchiano. El setlist incluyó una perfecta mezcla entre canciones de Talking Heads (‘Blind’, ‘I, Zimbra’, ‘Slippery People, etc) y las suyas en solitario, prestando especial atención a su último disco ‘American Utopia‘, del que sonaron temas como ‘I Dance Like This’ o ‘Everybody’s Coming to My House’. Además hubo covers como la reivindicativa ‘Hell You Talmbout’ de Janelle Monáe y, se acordó de rescatar ‘I Should Watch TV’, de su disco junto a St. Vincent. El concierto fue divertidísimo. A sus 66 años, Byrne transmite una energía brutal. Estuvo todo el tiempo sin parar de bailar, y eso que tenía una coreografía específica para cada canción. Además, instrumentalmente también sonó perfecto, puro buen rollo. Fernando García
¿Abucheos en un concierto de The xx? ¿Me he equivocado de concierto? Pero pasó. Debido a unos problemas técnicos relacionados con la iluminación y pantallas del escenario, The xx salieron media hora más tarde de lo previsto. No fue culpa suya, pero la espera mató un poco el “mood” inicial, que por suerte se restauró en cuanto Jamie, Romy y Oliver -quien tuvo el detalle de disculparse por la demora- salieron al escenario para presentar ‘I See You‘ y el resto de grandes temas de su repertorio. Curiosamente ‘Intro’ sirvió de cierre, una decisión casi tan absurda como que esta sea prácticamente su canción más famosa, sobre todo porque ‘On Hold’ sonó inmediatamente antes y hubiera sido una mejor clausura. En cualquier caso, clásicos como ‘Crystallize’, ‘Islands’ y ‘Say Something Loving’ emocionaron como siempre, y el grupo alternó momentos intimistas (esa ‘Performance’ interpretada únicamente por Romy) con el baile desbocado de Jamie xx, que convirtió el concierto del grupo en un vibrante DJ set. Hubo canción dedicada a la comunidad LGTBI+ –’Fiction’–, debido a que Oliver contó haberse perdido el Pride, uno de sus días favoritos, en Bilbao, y sobre todo una gran comunión con el publico. The xx se mostró agradecido por la semana que ha pasado en la ciudad y, pese a algún contratiempo –los problemas técnicos, la lluvia–, quedó claro que el público compartía ese agradecimiento. Jordi Bardají.
The Chemical Brothers, volvieron a ofrecer un espectáculo audiovisual de primera categoría, como siempre nos tienen acostumbrados. Afortunadamente, no fue exactamente el mismo que el de la gira de ‘Born in the Echoes’, hace ya dos años. Los visuales en su mayoría cambiaron aunque hubo ideas e imágenes recicladas. Muy oscuros en la primera parte del concierto, donde se podía ver a personas dentro de una bañera, intentando liberarse mientras sonaba ‘Free Yourself’, o un fotograma de la cara de un payaso diabólico colándose entre la representación de siluetas anónimas con luces. El setlist incluyó los grandes temas de los Chemical como ‘Hey Boy, Hey Girl’, ‘Do It Again’, ‘Galvanize’ y se puede meter ya en esta categoría, ‘Go’. Y cerraron con su habitual mix de ‘C-H-E-M-I-C-A-L’ y ‘Block Rockin’ Beats’. Sin duda, un show digno de ver y escuchar, donde cualquiera que les vea por primera vez va a quedarse impresionado, y quienes ya les hayan visto más veces, encontrarán nuevos motivos para querer repetir otra vez. Fernando García
Foto de David Byrne, Tom Hagen; foto de The xx, Jordi Vidal; ambas cedidas por Bilbao BBK Live; foto de The Chemical Brothers, tomada del perfil de Bilbao BBK Live en Facebook, sin acreditar