Así, tras desplegar ese diverso abanico de influencias que van de Maluma a Nancy Sinatra pasando por Arcade Fire o Neutral Milk Hotel en emplazamientos tan chocantes como el Primavera Sound de Barcelona o el Teatro Real de Madrid, hace poco la veíamos inaugurando un certamen de flamenco de su ciudad, Pamplona, desde el balcón del Ayuntamiento donde se da el chupinazo de San Fermín.
Y ahora la encontramos haciendo una nueva versión de ‘Soy rebelde’, el tema de Manuel Alejandro que popularizó Jeanette en 1971, cambiando los magníficos arreglos de Trabuchelli por un toque “cañí” –con wah-wah y guitarra y palmas casi rumberas, luego entenderéis por qué– y con una dicción que, en lugar de la entonación original algo mecánica de la cantante hispano-británica, apuesta por aproximarse a la fragilidad de la versión de Albert Pla
. Hasta que explota como sólo ella puede, eso sí, en la parte final del tema. Incluso ella acaba en lágrimas.Casi más sorprendente que la ejecución de la versión es el contexto: se trata de un corto promocional para el festival Temporada Alta 2018, un certamen de música y teatro celebrado en Girona y Salt que incluye, entre otros, actuaciones de Sílvia Pérez Cruz y Niño de Elche. Pese a la modestia del presupuesto, es evidente que la filmación de Salvador Sunyer tiene tintes ácidos en cuanto que parece imitar a un programa de variedades o un talent-show televisivo, llamado “La voz de España”. A nadie se le escapará que hasta hace poco Amaia Romero era “Amaia de España”, ¿verdad? Una rebeldía que viene más a cuento que nunca, cuando RTVE se dispone a enterrar su exitosa edición dando paso precipitadamente a otra nueva.