Mirwais ya era conocido en tierras francesas a principios de los ochenta gracias a su banda Taxi Girl, con la que aunó el sonido de The Stooges con el de Kraftwerk y que acabó siendo a posteriori, incluso, una influencia para artistas como Daft Punk o Air. A finales de aquella misma década y principios de los noventa, además, formó junto a su pareja de entonces, Juliette Desurmont, Juliette et les Indépendants, un grupo que mamaba de la chanson y el pop más lánguido que no dejó de ser algo anecdótico en su historial, como aquel álbum homónimo con el que debutó en solitario en 1990. Por entonces no contaba con un sonido del todo definido y se dejaba querer por el punk, el krautrock y la new wave a lo Captured Tracks. No obstante, todo cambió en abril del año 2000 cuando editó ‘Production’ y cuatro meses más tarde cuando el mundo pudo escuchar por vez primera aquella marcianada adelantada a su tiempo que fue el single de ‘Music’.
Sin apenas darnos cuenta Mirwais se alzó como uno de los productores electrónicos más visionarios de su generación gracias al buen hacer de singles como ‘Disco Science’, que oficialmente se editó en 1999 pero cuajó realmente entre las masas un año después tras formar parte de la banda sonora de ‘Snatch’ (el segundo largometraje de Guy Ritchie; por entonces el marido de la Ciccone) y numerosas campañas publicitarias. Con ‘Production’ nuestro protagonista se adelantó por escasos meses al fenómeno del electroclash dejando claro que los viejos rockeros también podían hacer bailar de lo lindo al público. Las guitarras tratadísimas de ‘Don’t Tell Me’ o que sobrevuelan a lo largo de ‘American Life’ no existirían si previamente el productor no hubiera experimentado con ese recurso en su siempre a reivindicar ‘Naïve Song’.
Sin embargo, lo curioso del asunto vendría después. Tras trabajar con Madonna en 2003 en el ya citado ‘American Life’ la productividad del productor se redujo drásticamente. Tal es así que desde entonces nunca más se ha vuelto a saber de un sucesor de ‘Production’ y Mirwais en los años siguientes sólo aparecería en los títulos de crédito del segundo largo de Fischerspooner (co-produciendo ‘Never Win’ y ‘Cloud’ de aquel ‘Odissey’ de 2005) y en la puesta de largo de Uffie (encargándose de la producción de cuatro de los temas de aquel ‘Sex Dreams and Denim Jeans’ de 2010 por el que se paseaba lo más granado de Ed Banger como SebastiAn, Mr. Oizo o Feadz).
Redujo su productividad, sí, pero eso no quiere decir que desapareciera completamente del mapa. Justo antes de trabajar con Uffie, en 2009, lideró junto a la cantante libanesa Yasmine Hamdan (quien fuera la mitad de Soapkills) Y.A.S., un dúo de electropop que editó ese mismo año un curiosísimo álbum titulado ‘Arabology’ que pasó injustamente desapercibido en Francia. Y ya no digamos en el resto del mundo. Que la mayoría de los temas fueran cantados en árabe no era excusa, ya que las melodías de Mirwais hablaban por sí solas y reescuchando temas como ‘Get It Right’, ‘Azza’ o ‘Yaspop’ ahora mismo resulta imposible mantener los pies quietos.
Entendiendo Y.A.S. como un paréntesis temporal en su carrera, lo poco que se ha sabido de Mirwais antes y después de ese proyecto es a través de los contados remixes que ha firmado. Se encargó de mutar el ‘Can’t Stop Moving’ de Sonny J en 2008, un año más tarde remezcló el ‘We Are Golden’ de Mika y durante los cuatro años siguientes se le perdió por completo la pista. En 2014 volvería para co-producir y escribir el tema ‘Dancing with the Shadows’ de las francesas Plastiscines, mientras que en 2015 firmó un remix del ‘Hope for the Future’ de Paul McCartney y al año siguiente otro del ‘Hold On’ de Richard Ashcroft. Y ya, poco más se puede rastrear de lo que ha hecho en los últimos tiempos.
Llegados a este punto será curioso saber en qué han estado trabajando Mirwais y Madonna de cara al próximo álbum de la diva. Por mucho que ella recientemente haya dicho a las páginas del Vogue italiano que las futuras canciones estarán influidas por los fados y la música kuduro, conociendo el historial de Mirwais a nadie le debería extrañar que lo que esté por venir sea un disco de world music con guirnaldas electrónicas. Sea como fuere, más allá de cualquier pronóstico, esperamos que Mirwais dentro de unos meses gracias a esto vuelva a la primera página de la actualidad musical. Se le echa de menos.