Música

La canción del día: ‘Venice Bitch’ de Lana Del Rey es una de sus canciones perfectas

Lana Del Rey ha publicado el pasado martes el segundo adelanto de ‘Norman Fucking Rockwell’, su nuevo álbum producido junto a Jack Antonoff, tras ‘Mariners Apartment Complex’. ‘Venice Bitch’ en realidad es el primer single oficial del disco, que llega supuestamente a principios de 2019, dos años después de ‘Lust for Life‘.

En muchos casos, ‘Venice Bitch’ es una composición clásica de Lana Del Rey. Empezando por el título, siguiendo por su sonido nostálgico de veranos pasados y continuando por la retahíla de lanaísmos que deja su letra, desde ese “fresh out of fucks forever” con el que arranca el tema hasta la rima “ice cream, ice queen”, hasta la frase “nothing gold can stay”, que ya salía en ‘Music to Watch Boys To’ y pertenece a un poema de Robert Frost, ‘Venice Bitch’ es Lana a más no poder. Sin olvidar ese “bang bang, kiss kiss” con ecos a ‘National Anthem’, quizás el mayor lanaísmo de ‘Venice Bitch’ sea el que anuncia “you’re beautiful, and I’m insane / We’re American made’.

Sin embargo, ‘Venice Bitch’ es novedosa en el repertorio de Del Rey por su duración. 9 minutos y 36 segundos constituyen la canción más larga jamás publicada por la artista, hasta el punto que dio algún que otro dolor de cabeza a su equipo cuando esta se la enseñó, como ha contado la propia cantante en una entrevista. “Se llama ‘Venice Bitch’ y dura 10 minutos. ¿Por qué nos haces esto? ¿No puedes hacer una canción pop normal de 3 minutos?”, le dijeron sus mánagers a Lana, a lo que ella contestó: “bueno, es el final del verano y algunas personas simplemente quieren conducir durante 10 minutos y perderse en guitarras eléctricas”.

‘Venice Bitch’ es una canción para conducir (no hay más que ver su vídeo) como lo son las de The War on Drugs o Kurt Vile, y de hecho podría decirse que, como canción, toca cumbre al minuto cinco. Lo que sigue después es un dinámico desfile de guitarras eléctricas, cuerdas y un sintetizador analógico de carácter cósmico, en el que Lana va “perdiéndose” y con ella nosotros. Especialmente bonito es el momento en que, tras construir el tema una montaña de distorsión, Lana emerge con su preciosa melodía “we’re getting high now, because we’re older”, cual oasis en el desierto.

Lo que hace que esta sea una de las mejores canciones de Del Rey -y una de las varias composiciones perfectas que pueblan su repertorio- es el contraste de todos sus elementos -las guitarras distorsionadas, el burbujeante sintetizador analógico, la sublime belleza de las melodías- y el modo en que ella y Jack Antonoff crean con ellos una instrumentación atractiva de principio a fin. Sin olvidar una letra que es de las más poéticas y bonitas que ha escrito Lana, tanto que merecía estar en el poemario que piensa publicar próximamente. Para una artista que prácticamente ha basado su carrera en su obsesión con la juventud, una frase tan sencilla como “everything, whatever” puede representar ni más ni menos que una cumbre artística. Y sin duda lo es, como toda esta maravillosa canción.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: lana del rey