En el programa, además de la involuntariamente polémica Malú, que repitió docenas de veces el nombre de su nuevo disco ‘Oxígeno’, también actuó una de las finalistas de la pasada edición y la que mejor rédito comercial está sacando hasta ahora a su popularidad. Me refiero, obviamente a Aitana Ocaña, Aitana, que subió al escenario del plató para interpretar en directo su hit ‘Teléfono’. Sin embargo, lejos de mostrarse confiada y segura, Aitana descontroló su voz notablemente, con una mezcla de nervios y emoción, a veces tratando de darle fuerza con gestos escénicos. Tras su actuación, charló brevemente con el presentador Roberto Leal, explicando que está trabajando mucho en su álbum debut, que antes de navidades presentará “algo” (¿un single?) y confesando, también, que le cuesta asumir la fama que el programa, ’Lo malo’, con Ana Guerra, y su interpretado primer single en solitario le están brindando.
Horas después, en un tierno mensaje, Aitana acudía a Twitter para decir a sus seguidores que sentía “no haber podido controlar” su “emoción”. “Os quiero mucho y espero conseguir ser más fuerte poco a poco y poder superarlo… todo”, quizá dejando ver que lo está pasando mal por su no confirmada ruptura sentimental con Cepeda, su compañero de edición. Más tarde, publicaba en la misma red social una extensa y tierna carta en la que confiesa que “es transparente como el agua” y que en su actuación no pudo ocultar sus sentimientos, pese a que su profesión requiere un “saber estar”. También pide que se respete que haya decidido no contar públicamente detalles sobre su vida privada, porque “no me he acostumbrado todavía a la idea de estar tan expuesta”. “Desde que salí de Operación Triunfo he cometido varios errores… de los que he ido aprendiendo”, continúa, “pero ¿sabéis qué? voy (sic) a cometer muchísimos más porque esto es un camino, y no quiero llegar a ninguna meta… simplemente disfrutar del camino”. “Yo no soy perfecta, pero es que NUNCA lo seré y NUNCA he querido serlo”, dice después.