MØ podría haber incluido todos estos mini éxitos en un segundo disco-batiburrillo para inflar la media de hits de ‘Forever Neverland’, a la manera de Shakira. Sin embargo, la danesa ha optado por la vía difícil, presentar una obra compuesta totalmente por temas nuevos y con concepto, en este caso centrado en la nostalgia, que también se traslada al evocador sonido de (casi) todas las canciones del disco. ‘Forever Neverland’ es una obra cohesiva cuya secuencia incluso parece tener un sentido: la “intro” utiliza un fragmento de la última canción, cerrando el círculo, y el disco contiene dos mitades bastante bien diferenciadas en “mood” -una más divertida, la otra más melancólica, a la manera gradual de una puesta de sol- y separadas por un curioso interludio en el que MØ anuncia: “sé que debería quedarme, y si fuera más valiente lo haría, pero ahora mismo solo quiero llamar a mi madre y pirarme de West Hollywood”.
Lo que ocurre antes y después de esta balada de 1 minuto y 8 segundos es un suculento festín de buen pop que lograremos disfrutar más si aceptamos tres cosas: las letras de MØ, que hablan de la juventud, fiestas y amoríos pasados, son completamente intercambiables y genéricas a más no poder, ella es una intérprete plana e incapaz de emocionar (aunque lo intente, como en el incómodo final de ‘Purple Like the Summer Rain’), y el disco se habría beneficiado claramente de haber salido un par de años antes. Superado esto, ‘Forever Neverland’ mola. ‘Way Down’, el hit claro de todas estas canciones nuevas, aúna flautas indias y coros tribales con un ritmillo que parece inspirado en el ‘Work’ de Rihanna y Drake, ‘Sun in Our Eyes
’ con Diplo funciona con su espíritu despreocupado y veraniego (ojo a sus cerca de 24 millones de streaming en Spotify), ‘Beautiful Wreck’ es más sensible que la típica balada caribeña con xilófonos e ‘Imaginary Friend’ -mi favorita- demuestra que la moda dancehall en el pop todavía es capaz de producir canciones realmente evocadoras.Aunque cabe lamentar que estas canciones no hayan caído en manos de una cantante con más carácter, por lo menos sí cuentan con buenos ganchos y producciones más interesantes y sofisticadas que la media, aunque en algunos casos se pasen con la influencia caribeña, como sucede en las forzadas ‘Nostalgia’ y ‘Red Wine’ con Empress Of, o caigan en la balada superflua de rigor, como ‘Mercy’. Sin embargo, el álbum sí logra sorprender en al menos dos ocasiones. En primer lugar, ‘Blur’ es una buena canción surgida de una idea en apariencia imposible como fusionar guitarras brit-pop con un pegadizo estribillo de “pito”, añadiendo a la poción el efecto “prismizer” de moda en la voz de MØ; y en segundo lugar destaca ‘If It’s Over’, que con su punto feísta y caótico (sorpresa, es una colaboración con Charli XCX) es claramente la canción más divertida de todo este nuevo conjunto de temas.
Así las cosas, ‘Forever Neverland’ quizá no dure “para siempre” en nuestros reproductores, pero como documento de un episodio concreto en la historia del pop comercial es digno como mínimo. Desde luego, más merecedor de nuestra atención de lo que sugieren esas miserables 2 estrellas que le ha puesto The Guardian…
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Way Down’, ‘Blur’, ‘Sun in Our Eyes, ‘If It’s Over’, ‘Imaginary Friend’
Te gustará si te gusta: Tove Lo, Charli XCX, Tove Styrke, Carly Rae Jepsen
Spotify: Spotify