Música

Jess Glynne / Always In Between

Jess Glynne no es solo lo que suena de fondo mientras una masa ingobernable de niños aparece corriendo ligeramente sobreexcitada en TVE para promocionar los campamentos de Masterchef. Esta temporada la cantante se ha convertido en la solista femenina británica con más singles número 1 de la historia. Ahí es nada. Lo ha conseguido gracias a tres temas extraídos de sus propios discos y a cuatro colaboraciones, pero también a un desparpajo muy perceptible en directo -su paso por el FIB fue de lo mejor de su edición- y a lo necesarias que son sus canciones ultra optimistas y vigorosas para salir adelante en los tiempos que corren. ¿Que Trump gana las elecciones? You can hold my hand. ¿Que tienes problemas de amor? I’ll be there for you.

De hecho, esta última ha sido co-escrita en una especie de retiro junto a sus co-autores de confianza después de que una de ellos, Camille Purcell, le dijera: “me has ayudado en mis peores momentos a través de tu música. No me di cuenta de lo profundas que son tus letras hasta que te he escuchado como fan”. Convertida, pues, en una eminencia en su tierra, tanto para sus propios amigos como para los desconocidos, la cantante se ha confiado demasiado en su segundo disco, ‘Always In Between’, ofreciendo ninguna novedad en absoluto.

El disco se compone de medios tiempos edificantes y baladas, a menudo con un fondo góspel o soul (‘123’, la ‘Intro’) sin que ninguna llegue a destacar de manera decidida. El continuismo llega al punto que una de las frases de ’Thursday’ es “I wanna laugh, I wanna cry” cuando el disco anterior se llamaba ‘I Cry When I Laugh’, y lo peor es que en la ‘Intro’ de este segundo disco, Glynne aseguraba estar escribiendo una “página diferente” de su vida… cuando en realidad está escribiendo la misma.

Las canciones se llaman cosas como ‘Hate/Love’ o ‘Broken’ como muestra de su escasa imaginación e incluso a veces recuerdan demasiado a otras, como es el caso de ‘No One’, que arranca como una ‘Rolling In the Deep’ acelerada para luego, disimuladamente, pasar a otra cosa. En cuanto a letras, no termina de brillar esa “profundidad” a que aludía su colega Camille. Entre las pocas canciones que no dan vueltas alrededor del amor y el desamor, una ‘Thursday’ en la que Jess Glynne se antepone a sí misma, negándose a “maquillarse o disfrazarse”, en busca de autoafirmación y seguridad. Por desgracia, queda demasiado visible qué hace Glynne el resto de días de la semana.

Destacan apenas una ‘Won’t Say No’ solo un pelín bailable y noventera y un par de los bonus tracks que han quedado extrañamente relegados a la edición deluxe cuando el disco no iba precisamente sobrado de hits. ‘Million Reasons’ no habría hecho ningún daño hacia la mitad del álbum y ‘These Days’, con Macklemore, sigue siendo una canción relajada, nostálgica, hermosísima, sobre recordar sin ningún tipo de rencor una relación que se ha terminado. Para quien esto firma, una de las canciones del año, y que por estilo, a diferencia de ‘So Real’, sí pegaba en la secuencia.

Calificación: 4/10
Lo mejor: ‘These Days’, ’I’ll Be There’, ‘Won’t Say No’.
Te gustará si te gusta: mucho el anterior
Spotify: Spotify

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: Jess Glynne