Si nos atenemos al trabajo de producción del artista catalán en ’10’, podríamos afirmar que claramente es fan del Álvarez de sus dos primeros discos, eminentemente acústicos y clásicos. Como nos adelantó el autor en una extensa entrevista, en estas 10 canciones predomina un carácter ascético en la instrumentación y los arreglos, pop acústico ejecutado con el escueto voz y guitarra (Javier, claro, con añadidos de Ramón), bajo (nada menos que Ricky Falkner) y batería (Lluís Cots, colaborador habitual de New Raemon), con medidos –aunque cruciales– arreglos adicionales.
Por tanto, si queda algún nostálgico en la “sala” que prefiera al JÁ de los 90 por encima del imaginativo e inesperado de los 00, ’10’ puede ser su disco de reconciliación con él. Y canciones como la preciosa ‘El mar’, con su inesperado crescendo final sostenido, una ‘Sonata de otoño’ que por momentos evoca a los R.E.M. de ‘Automatic for the People’, la inmaculada ‘No fue’, la superpopera ‘Detr/s’ o la ortodoxa ‘Mi querida señorita’ podrían suponer nuevos referentes para aquellos. Hasta termina, a modo de guiño, con una bonita pero algo ajena a la globalidad del álbum versión de un clásico country (en este caso ‘If I Needed You’ de Townes Van Zandt, interpretada junto al cantautor irlandés afincado en Barcelona Matthew McDaid).
Cierto es que ’10’ es un disco más bien clásico que antepone el poder de las canciones, las melodías, a todo lo de más. Y en él no caben muchas sorpresas. Pero, ojo, tampoco hablamos de un disco canónico y hay sazón al más puro estilo Javier. No siempre tan evidentes como la de ‘Tuno’, magnífico número rock que, tras esos versos casi rapeados, esconden un auténtico tesoro con la melodía de su estribillo. Están también en esos arreglos vocales añadiendo profundidad y juego al ascético punto de partida instrumental de ‘En la cuarta’ (referencia a la planta del psiquiátrico
en la que estuvo ingresado para tratar su adicción a la cocaína), un recurso que se repite con el ritmo sincopado de ‘Presente’ (con el cómico gritito emulando a su ídolo, Michael Jackson). O el singular tratamiento, dándole protagonismo a la batería y los coros-fantasma, en la maravillosa ‘Dicen’, con un estribillo de esos que te rompen y dan congoja sin que sepas muy bien de dónde ha venido ese montón de tristeza.Pero sin duda lo que más difiere del Javier Álvarez de hace más de 20 años es que su madurez y su riqueza como artista se trasluce en unas letras inteligentes y juguetonas, que huyen de lo evidente. Valiéndose de ripios y juegos fonéticos que aportan un tono de humor y, por tanto, cercanía –con frecuencia se adentra en lo excesivamente naif, pero sin que eso incomode– en realidad el artista nos habla de sexismo, identidad de género, salud mental y muerte –un tema recurrente, a veces de manera velada, y otras explícita–. Graves conflictos humanos a veces demasiado escondidos –quizá se refería a esto cuando nos decía que ’10’ era un disco «denso»– en metáforas tan abstractas que no son muy evocativas ni, por tanto, hacen pupa. Sea esa o no su intención, la de relativizar el drama con una sonrisa, lo cierto es que ’10’ es un nuevo disco precioso que rehabilita el grandísimo talento de un autor personal como pocos, capaz de sobreponerse a todo.
Javier Álvarez presenta ’10’ con su nueva banda el día 19 de noviembre en el Teatro Lara de Madrid.
Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘Dicen’, ‘Tuno’, ‘El mar’, ‘Detr/s’, ‘No fue’
Te gustará si te gustan: Antonio Vega y The New Raemon.
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