Según narró su siempre sobreexpuesta madre en sus stories de Instagram, Travis y Kylie pensaron en algún momento que era una buena idea recrear «Stormiworld», estableciendo un paralelismo con ‘Astroworld‘, el parque de atracciones derruido de Houston que inspiró el fantástico último álbum del rapero –que esta noche opta al Grammy a disco de rap del año– ¿Recordáis aquel busto dorado y enorme que reproducía la cabeza de Travis en su portada? Pues la entrada a «Stormiworld» fue exactamente así, pero con la cara de la pequeña construido como un gigantesco globo. Tremebundo.
Pero este delirante horror continuaba en su interior, donde unas sillas voladoras, el tiovivo más cursi que hayas visto jamás, un señor llevando pretzels colgados de un paraguas, vasos con el nombre del «parque temático», galletas con la jeta de la niña, un muro de osos de peluche gigantes y, lo que es peor, una actuación del «Baby Shark» de marras esperaban a los invitados (aunque confieso que ver a Travis bailar la infracanción me ha arreglado la tarde) al introducirse por la boca de Stormi. Entre los invitados el evento no estaban los tíos de la homenajeada, Kanye West y Kim Kardashian, que estaban con mucho lío. Pero sí fue el tito DJ Khaled, que entendió que el mejor regalo para una niña de 1 año es un bolso de Chanel. «Stormiworld» será recordada como la fiesta de cumpleaños que acabó como un túnel del terror.