Música

Self Esteem / Compliments Please

Rebecca Lucy Taylor lo confiesa ahora: su última etapa en Slow Club no fue lo que esperaba de ella. Tras, cuenta hoy, aceptar una serie de reglas no escritas inherentes al indie pop rock británico con los dos primeros álbumes del dúo, la ambición hacia espacios comerciales más amplios de ‘Complete Surrender’ –con el esmero por la imagen que mostraban en aquella época– se acercaba más a su idea del pop. Lamentablemente, para ella ‘One Day All Of This Won’t Matter Anymore’ fue un paso atrás en ese sentido, y terminó de convencerla de que debía emprender su camino en solitario para defender la música, ética y estética que realmente quería. “Así cuando sea una señora de 80 años podré decir que lo intenté”, dice.

Y lo que intenta Rebecca con Self Esteem es acercarse al gran pop, el que realmente le gusta, el de divas como Rihanna, Katy Perry, Destiny’s Child o Kanye West, cuyo ‘My Beautiful Dark Twisted Fantasy’ es una influencia crucial y confesa para ‘Compliments Please’, su debut. Lo es de forma particular en cortes como ‘In Time’ o ‘(Hobbies)’, o en ese uso de coros que ejercen de gancho en muchas de sus canciones (el poso de blues, R&B y soul que casi siempre estuvo en las canciones de Slow Club no se ha esfumado en absoluto). Pero también en términos globales, por esa manera de intentar sonar “grande” y, a la vez, emocional y no demasiado obvio. Los altibajos de los medios tiempos ‘I’m Shy’ o ‘Peach I Had To Pick’ son un buen ejemplo de ello, aunque no brillen demasiado en un núcleo del disco algo deslucido con temas más bien prescindibles como (pese a su mono aire doo-wop) ’Monster’ y ‘Actors’. No es una cuestión de ritmo (por ejemplo, el espíritu de Prince que sobrevuela en la balada ‘She Reigns’ es maravilloso) sino de tino y valentía a la hora de secuenciar y recortar minutaje.

Self Esteem dice mucho con su nombre, que Taylor asegura tener en mente desde hace unos 10 años, cuando aún no se hablaba tanto de empoderamiento, pero ella sentía que la confianza en sí misma era un bien que debía cultivar. Esa idea está íntimamente relacionada también con la concepción estética del proyecto que la británica cultiva en los clips e imágenes promocionales: en ellos se muestra tal y como es y siente, con la ambigüedad sexual como bandera y el orgullo de su cuerpo y su manera de moverse y bailar sin artificios ni rubores, por fuera de los cánones que puedan resultar para el mundo del pop. Esa es su verdadera huella: una estrella del pop que no tiene miedo de mostrarse como es en realidad. Una suerte de Lily Allen surgida del underground que, eso sí, tiene en su fabuloso, seductor y reconocible chorro de voz su mejor arma.

La intérprete de ‘Sheezus’ parece una inspiración sobre todo en el plano lírico, donde Rebecca destapa sus relaciones frustradas sin el más mínimo reparo en temas como ‘Steady I Stand’ o ‘Wrestling’, reconociendo abiertamente haberse aprovechado de su pareja como venganza, saliendo reforzada de los baches, pero reconociendo que, en los malos días, no descarta un polvo post-relación (“si tú dices mi nombre, yo ya lo habré dicho antes”, canta en ‘Peach You Had To Pick’). Sus letras son distintivas y personales para ser un proyecto pop, pero evidentemente tal cosa no puede ir muy lejos sin buenas canciones, y ‘Compliments Please’ va servido de ellas… aunque, como decía un par de párrafos arriba, tienen que competir con unas cuantas que no dicen ni fu ni fa.

16 cortes se antojan demasiados, incluso contando que un par de ellos son breves interludios coyunturales. La escucha completa se hace farragosa, especialmente en su irregular tramo central, pero está perfectamente enmarcado en el inicio y el final por fantásticas canciones que, con la hábil producción de Johan Hugo (The Very Best), merecen muchísimo la pena. Si los primeros singles ‘Wrestling’ y ‘Rollout’, que contribuyen a levantar el vuelo antes de la despedida con la mona ‘On The Edge of Another One’ (con la voz distorsionada hasta darle un cariz masculino), parecían atractivos, la verdadera crema está en un arranque inapelable, con la increíble ‘The Best’ anticipando el blues hip-pop de ‘Steady I Stand’, una ‘Girl Crush’ que, con esas cuerdas que remiten a Arthur Russell, es el el gran pelotazo bailable de ‘Compliments Please’ o el magnífico efectismo de los coros gospel vs cuerdas que deriva en explosivo final de ‘Favourite Problem’.

Da la sensación de que el deseo de abarcar una etapa vital tan amplia (el proyecto Self Esteem nació en ¡2015! como algo más relacionado con el arte visual) ha jugado una mala pasada a la experiencia del álbum, demasiado extenso y disperso. Pero no cabe duda de que este también es un tiempo propicio para estrellas del pop que quieran serlo con una perspectiva singular, y Self Esteem es una de ellas. Que dure.

Calificación: 7,4/10
Te gustará si te gusta: Lily Allen, el Kanye West de ‘My Beautiful Dark Twisted Fantasy’, los Slow Club de ‘Complete Surrender’
Lo mejor: ‘The Best’, ‘Girl Crush’,‘Rollout’, ‘She Reigns’, ‘Steady I Stand’
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén