Un corte que, aunque parte de un espíritu de disco music a la antigua usanza, consigue sonar palpitante y vivo, rememorando la alianza de Röyksopp con Robyn o incluso a los primeros Chvrches. Resulta apasionante desde el principio, gracias a un riff de teclado que se convierte en el gran gancho de la canción, repitiéndose de fondo en el estribillo, mientras que su voz repite con cadencia robótica ese «estaba pensando en trabajar la pista de baile». Pero en el crescendo de la producción –firmada por Georgia junto a Mark Ralph (Years & Years, Clean Bandit)– van surgiendo nuevos matices que la van haciendo crecer con nuevas líneas melódicas que se entrelazan con los preciosos versos, hasta terminar bien arriba.
Cabe destacar, además, su chulo vídeo, que curiosamente ha sido dirigido en Madrid por el equipo de NYSU (New Order, Miss Caffeina, Love of Lesbian): la combinación de la música con las imágenes de una Georgia que habita una especie de casa de muñecas a la que le sucede de todo es tan magnética como la canción.
Georgia Barnes –su padre es nada menos que Neil Barnes, de Leftfield– parece encaminarse así hacia la continuación de un debut que no fue todo lo certero que hubiera sido deseable. Desde su publicación ha ido mostrando su evolución en singles como ‘Feel It‘, la dura ‘Mellow’ o la atractiva ‘Started Out‘, apuntando buenas maneras de cara a ese segundo álbum que ahora, tras ‘About Work The Dancefloor’, esperamos con ganas.