«Irónico el título de ‘Nada sale mal’ de Aitana, porque la canción no le ha «salido» muy bien… Más que un single en condiciones, con ese arranque flamenco-pero-no y ese estribillo con énfasis de vals, ‘Nada sale mal’ parece la sintonía de una hipotética comedia de Telecinco. Como ‘Teléfono’, es pegadiza pero también olvidable, lo cual no deja de tener cierto mérito. Si ‘Nada sale mal’ tiene algo bueno es que, en su sutil mezcla de pop con toques reggae y trap, en realidad termina sonando como una reivindicación del pop-R&B que se practicaba en los 2000, como lo fuera ‘No’ de Meghan Trainor hace unos años. En este sentido, lamentablemente ‘Nada sale mal’ me hace echar de menos a Natalia más que otra cosa». Jordi Bardají
«Tras esa chuminada junto a Morat llamada ‘Presiento’ –eso sí que es olvidable, Jordi–, había que temer un poco ‘Nada sale mal’. Empieza y… ¿se habrá hecho un pseudo-bolero como C. Tangana en ‘Un veneno’? Nada que ver. Aunque sí tiene algo de folclórico, ‘Nada sale mal’ en realidad tiene más de Jamaica que otra cosa, con una base de tintes dancehall en la que prima la sutileza sobre lo explosivo y lo burdo. Hasta ese giro reggaetonero en el ritmo durante el segundo verso está hecho con elegancia. Pero, por supuesto, se trata de pop y por eso no se descuida la melodía, indeleble. Además, los gorgoritos y ad-libs no engañan y, si hubo dudas sobre cómo ubicarla en el mercado
, ya hay alguien en Universal que ha atinado a vislumbrar el papel de Aitana: será nuestra Ariana Grande. O se intentará, al menos». Raúl Guillén.«El inicio en plan bolero es lo mejor del nuevo single de Aitana. El resto, salvo un requiebro en esa línea y un simpático guiño melódico a ‘Lo malo’, no puede caer más en lo genérico. ‘Nada sale mal’, por mucho que no esté alcanzando los números de aquella ‘Teléfono’ que repetía más que el ajo, es un avance en calidad para Ocaña. Sin embargo, no termina de estar producida ni desarrollada con la ambición de las canciones de Rosalía, C. Tangana o… Lola Indigo. Donde esta está consiguiendo la transversalidad, atrayendo a otros públicos como el gay o algo más adulto, Aitana permanece concentrada en su público infantil y adolescente como muestra el tipo de humor de su vídeo». Sebas E. Alonso.