Música

Ricardo Vicente / A lo mejor yo te gusto

A la chita callando, primero de grupo en grupo (Pulmón, Tachenko, La Costa Brava), luego de proyecto en proyecto (de primeras, con Francisco Nixon; más tarde, ambos con The New Raemon) y finalmente en solitario, Ricardo Vicente se ha consolidado como uno de las voces pop más personales de su generación. Discos como ‘¿Qué haces tan lejos de casa?’ y ‘Hotel Florida’, totalmente ajenos a las tendencias del momento y con la principal premisa de escribir las mejores canciones posibles para unas letras que plasman el desconcierto de la pura realidad (o la normalidad de lo surreal, según se mire), le han llevado ahí. A construir una carrera… ¿o no?

Precisamente sobre eso versa ‘A lo mejor yo te gusto’, un tercer disco en solitario (que no en soledad) que llega, tras su fichaje por Intromúsica (Dorian, Chucho, Rusos Blancos, Tórtel), con una cuidada edición de vinilo (ojo, no CD) y una portada exquisita. “El tema principal es sencillo”, dice la nota de prensa firmada por Oona Sapochnik: “si te dejas llevar por el anhelo de una carrera brillante, antes o después, serás un mediocre. Las canciones del disco ansían una respuesta a la pregunta ¿cómo no ser un individuo insignificante? Y la respuesta es: lo único que importa en la vida es tener una biografía digna”. Un punto de partida realmente interesante: a menudo prensa, público, sellos y los propios artistas se obsesionan con lo que señalaba en el primer párrafo. Ser alguien en la escena. Ser alguien para el público. Pero, ¿qué hay de ser alguien sin más? ¿De tener una vida REAL realmente interesante? “‘A lo mejor yo te gusto’ es un disco que acusa un error humano: la forma más sencilla de ser mala persona es querer ser mejor que otra persona. La forma más digna de ser buena persona es querer ser el artista de tu vida” remacha el texto.

‘A lo mejor yo te gusto’ versa sobre esa idea, y Richi, con modestia, entiende que, si su vida no es lo bastante interesante como para transformarla en arte, hay otras vidas que sí lo son. Por eso, rizando aún más el rizo lírico, a priori opta por centrar cada canción en una vida ajena, cada una de las cuales está además situada o inspirada en algún país, la mayor parte del continente americano haciendo alguna salvedad europea. Así, se parte de la visión de esclavos a bordo de un barco danés desde algún puerto de Sudamérica (‘Nosotros los ahogados

’), se evoca la historia de fraternidad/amor de ‘Papillon’ en su prisión de la Guayana Francesa (con Marc Ros de Sidonie como su partenaire), se homenajea a la famosa perrita Frida que ayudó a rescatar cuerpos tras el desastroso terremoto de Puebla en 2017 o se equipara la arquitectura de fantasía del boliviano Freddy Mamani con la imaginación de Hayao Miyazaki. No es la norma, en todo caso, y también hay espacio para lo anónimo o lo personal, como la historia que se intuye detrás de ‘La República de Siria’ (una calle de Buenos Aires, en realidad). Y todo ello, claro está, viene aderezado con la habitual visión peculiar de Vicente, que nos introduce en esas historias a través de una mirada íntima y un lenguaje cercano (‘Nosotros los ahogados’, por ejemplo, termina siendo un ajuste de cuentas con una ex, mientras que ‘Uno de los cuatro muleros’, inspirada en la popular canción inmortalizada por Lorca, tiene una lectura totalmente contemporánea) que nos permite identificarnos con ellas.

Esa fascinación por la idiosincrasia latinoamericana se encaja también en lo musical… al menos en teoría. Porque, aunque así se indique en los textos promocionales y el disco se abra y se cierre con un bolero compuesto junto al argentino Axel Krygier (que de facto tiene casi más de pasodoble), la realidad es que ‘A lo mejor yo te gusto’ es una nueva colección de pop rock clásico, atemporal. Un pop rock que se nutre sobre todo de ecos 50s y 60s gracias a los estupendos y medidos arreglos de su colaborador frecuente (también de Francisco Nixon) Nahúm García, y la co-producción del sevillano Raúl Pérez. Incluso el momento álgido del disco (no en vano su título se extrae de esta letra) ‘No me vayas a engañar‘, una espectacular versión del bolero de Osvaldo Farrés que popularizó Antonio Machín y en la que se hace acompañar por una de las nuevas figuras femeninas más imponentes de nuestro país, María José Llergo, se ejecuta con una perspectiva que podría compararse con la de M. Ward para She & Him, por ejemplo.

Así las cosas, toda esta lluvia de aspiraciones líricas y musicales terminan por constituir un considerable batiburrillo que, aunque bienintencionado, termina por resultar demasiado confuso e inconcreto. Pero algo sobresale sobre todo ello y, a la postre, sostiene el tercer largo de Ricardo Vicente: las canciones. Porque, aunque los medios boleros con Krygier (y, de nuevo, coros de Llergo) que abren y cierran el disco sean más anecdóticos que otra cosa y ‘La perrita rescatista’ (cuyo acordeón sí alude a la tradición folk mexicana) no esté entre sus composiciones más memorables, el tono compositivo de ‘A lo mejor yo te gusto’ va de lo muy bueno (‘Cuando Louis conoció a Papillon’, ‘Uno de los cuatro muleros’) a lo notable (‘Nosotros los ahogados’, ‘Llamemos a un guardia’, ‘Freddy Mamani y los Castillos Ambulantes’, ‘La República de Siria’), llevando de la mano melodías fabulosas e imaginativas letras con su sello indeleble. Lo que cabe siempre esperar de Ricardo Vicente, vaya. Ricardo Vicente presenta ‘A lo mejor yo te gusto’ en Madrid el próximo día 7 de junio, en el Café Berlín.

Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘No me vayas a engañar’, ‘Nosotros los ahogados’, ‘Llamemos a un guardia’, ‘Freddy Mamani y los Castillos Ambulantes’, ‘La República de Siria’
Te gustará si te gusta: Francisco Nixon, La Costa Brava, Tachenko.
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén