Esta nueva obra de Two Door Cinema Club se plantea como «la hermana alegre» del anterior álbum, pues donde ‘Gameshow’ se pronunciaba en contra de la obsesión por la tecnología y por las redes sociales, ‘False Alarm’ plantea: «si no puedes ganar al enemigo, satirízalo». Según la completa nota de prensa que desgrana la totalidad del largo, ya no odian el mundo tanto como deciden tomárselo a broma. Y si bien las letras son lo suficientemente opacas o ambiguas como para que alguien se pierda por el camino, el grupo sí ha sido capaz de hacer un disco que, frente a ese enemigo común, no sé si suena «satírico» o «divertido», pero desde luego no resulta nada oscuro ni trágico.
Detengámonos por ejemplo en la pista primera del álbum. Se trata de ‘Once’, una canción épica, como de final más bien, en la que encontramos a Trimble cantando algo así como «pronto vas a ser una estrella / y eso es suficiente para saber seguro quién eres». Habrá algún despistado que se lo creerá, pero tras atender a la explicación de la canción, que versa en realidad sobre cómo nos definimos en función de nuestro número de «likes» y de nuestra popularidad online, y de cómo se ha perdido el sentido de la frase «una vez en la vida» cuando todo está capturado por fotos y todo puede ser recreado a través de mil pantallas, la sensación de ironía es evidente. Y aunque lo entiendas como lo entiendas, lo seguro es que lo que te quedará es el poso optimista de la melodía, subrayando que el grupo ya no se toma estos males del primer mundo tan en serio.
Otra de las canciones destacadas es ‘Satisfaction Guaranteed’, una crítica a la sociedad de consumo y de las apps que solo saben vendernos felicidad, en la que han sampleado a una banda de Zimbabue llamada Mokoomba, con la que también han colaborado en el estudio; y que, tras comenzar en plan Cut Copy, presenta tantas aristas como los Talking Heads de finales de los 70 y el David Bowie de 1980. También es eficiente el paso de Open Mike Eagle por una ‘Nice to See You’ llena de cencerros e inspiración funk, que habla sobre cómo nuestros amigos viven su vida como una fantasía glamourosa de Instagram, pero luego son incapaces de expresarte sus miedos o problemas en persona.
‘Think’, cerrando la cara A, parece anticipar una cara B complicada, pero en verdad nada más lejos de la realidad. Aunque uno se queda con ganas de que la balada a lo Paul McCartney ‘Break’ dure el doble (fue insistencia del productor Jacknife Lee recortarla para evitar que el grupo la llevara por caminos ya transitados), lo que diferencia este disco de Two Door Cinema Club del anterior, es que este se va creciendo a medida que avanza la secuencia, en sintonía con el color que vende su portada. Antes de cerrarse con la muy Tame Impala ‘Already Gone’, de final abrupto haciendo honor a su nombre; ‘Dirty Air’ hace lo propio añadiendo al disco una animada dosis de rock y «suciedad» muy bien integrada en los parámetros estéticos del álbum. E inmediatamente después aparece ‘Satellite‘, que tras su disfraz de Kraftwerk o Human League, esconde uno de los mejores estribillos de Two Door Cinema Club, lo cual, a estas alturas, es bastante decir. ¿Superarán estas canciones el impacto de su debut? Eso casi nunca sucede con un cuarto álbum. Pero desde luego no se puede decir que no estén enriqueciendo su discurso.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Satellite’, ‘Dirty Air’, ‘Once’, ‘Satisfaction Guaranteed’
Te gustará si te gustan: el Bowie de los 80, Talking Heads, Cut Copy, Human League
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