Desde que el grupo se formó en 2006 al calor de Myspace, Setién y la cantante y bajista Gloria Para han permanecido como miembros de Tom Boyle –durante un tiempo, allá por 2013, incluso se erigieron en dúo–, partiendo de aquel candor noise pop de sus inicios, que ponía en común el Getxo Sound con el punto cándido de grupos como La Buena Vida o Nosoträsh, y derivando luego a un sonido más maduro, más cercano a Teenage Fanclub, por ejemplo.
Tras un par de iniciáticos EPs, Tom Boyle publicaban su álbum debut ‘Maniobra de aproximación’ en 2008 vía Starsky Records, con canciones icónicas como ‘Desdobladas’, al que siguió en 2011 el EP ‘Biografía de mi espejo‘. Pero luego les llevó 4 años más dar señales de vida, con un EP –’Agur’– editado por Discos de Kirlian que supuestamente anticipaba un segundo álbum… que no llegó a ver la luz. Aquello no sucedió hasta tres años después, en 2018, cuando por fin vio la luz un notable ‘Vuelve a empezar
‘, disco autoeditado encabezado con una canción majestuosa como ‘Hojas amarillas‘.Ese nuevo ímpetu se vio apagado por la indiferencia de la mayor parte de público, prensa y promotores, que nunca han acompañado demasiado a la banda vizcaína, con poca justicia. Pese al desánimo que mostraban en redes sociales viendo ningún promotor o festival contaba con ellos, aún reunían energía para lanzar hace unos meses y solo vía Bandcamp el primero de una trilogía de EPs conceptuales, ‘Mar de fondo‘. Parece que ese será su epílogo, y no está claro si verán la luz los otros dos EPs. En cualquier caso, pueden presumir de una colección de canciones intensas y poderosas, bien escritas y grabadas, en las que la integridad son su mayor valor. Fans de la escena como Waldorf Histeria o David Rodríguez (Beef, La Estrella de David) también lamentan su desaparición.