Este pretexto sirve a Hval para abordar temas como la naturaleza, la muerte, el lenguaje o el arte en un álbum inspirado musicalmente en la música trance y trip-hop de los años 90, incluso cuando la noruega apunta que ella no vivió el auge de este estilo en su momento porque aún era una niña, y en cualquier caso jamás le interesó la cultura más allá de su componente musical. Sin embargo, en manos de Hval, el trance no suena especialmente eufórico o cargado de energía, sino que más bien hace de fondo musical (tan cuidado como siempre) para el mayor protagonismo de las letras y por supuesto de la voz de Hval, ahora acompañada por tres colaboradoras. Hablamos de la artista de Singapur Vivian Wang, la músico de Nueva Zelanda Félicia Atkinson y la compositora francesa Laura Jean, que aparecen en 6 de las 8 pistas del disco repartiéndose tareas de narración, o solapándose como en el caso de ‘Accident’.
‘Ashes to Ashes‘, la gran canción del álbum, es muy trance pero también muy pop, y es por tanto una de las canciones más accesibles jamás publicadas por Hval, incluso existiendo una ‘High Alice’ inspirada en ‘Confide in Me’ de Kylie Minogue y parcialmente en el cuento de ‘Alicia en el país de las maravillas’. Ambas son espléndidas en cualquier caso. La primera cuenta la historia de una chica que sueña con una «triste canción» sobre enterrar las cenizas de alguien «y después fumarse un cigarro», pero lo que la termina convirtiendo en una canción 100% Jenny Hval es su final, con la noruega (o el personaje de la canción que describe) metiendo sus dedos tanto «en la tierra, en dos melocotones podridos, o en un tarro de miel» como o en «revistas porno húmedas». La hipnótica ‘High Alice
‘ sitúa a Alicia perdida en un bosque y perseguida por animales salvajes, pero también sirve a Hval para reflexionar sobre el tiempo y el papel que el arte ha ejercido en el desarrollo del ser humano «durante siglos y siglos».La mayor parte de ‘The Practice of Love’ es algo más abstracta que estos dos singles, pero estos están muy bien integrados dentro del conjunto gracias a las cuidadas atmósferas electrónicas y a las voces de todas las implicadas. La canción titular arranca con un «spoken word» sobre la palabra «amor» en noruego (esta «contiene la palabra «honestidad» en su interior») y se pierde en una monserga filosófica precisamente sobre el amor, la muerte y el lenguaje que logra fascinar incluso rozando el ridículo («Remember when I started saying «of corpse» every time I wanted to agree on something?»); por su parte, la hipnótica ‘Lions’ nos invita a «estudiar las gotas en las hojas» y en definitiva a fijarnos en la naturaleza que existe en nuestro alrededor, para terminar preguntándose si realmente «existe un Dios».
El álbum deja una pequeña sorpresa hacia el final con ‘Six Red Cannas’, que además de incluir referencias a la pintora Georgia O’Keefe, al ‘Amelia’ de Joni Mitchell o a la historia de Nuevo México para construir una pequeña reflexión sobre el tiempo; contiene unos ritmos trance muy propios de la Björk de ‘Post’. Nada de esto es tan sesudo como parece, y aunque algunos temas parecen tomarse demasiado en serio a sí mismos (la letra de ‘The Practice of Love’), y se hubiera agradecido la inclusión en el tracklist de la sobresaliente ‘Spells’; Hval se asegura de que el álbum sea lo suficientemente dinámico como para pasarse en un suspiro. Ahí está la musiquilla de feria del final de ‘Thumbsucker’; los diversos arreglos de vientos metal dispersos a lo largo del álbum, o la misma ‘Lions’, que entre menciones a “escrituras sagradas” y a un “salmo pagano”, incluso coquetea ligeramente con el acid en sus últimos segundos.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Ashes to Ashes’, ‘High Alice’, ‘The Practice of Love’
Te gustará si te gusta: La Björk de los 90, ‘Naturally’ de Magga Stína, Fever Ray, Arca…
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