Esa es, supongo, la gracia del asunto, y la verdad es que encontrarte el escenario de, en este caso, la Sala El Sol, cubierto con unas telas que ni permiten ver el montaje de la banda que va a actuar, es bastante intrigante: nadie se va a pedir una cerveza para no perderse el momento mágico de la salida del grupo. Cuando la cortina cae sin saber quién está aún detrás sólo puedes entregarte a la sensación de excitación colectiva. «¿Sorpresa bien o sorpresa mal?», preguntaba Santi Balmes después de las tres primeras canciones de Love of Lesbian. Sería sólo el primero de los comentarios reseñables de la velada.
Love of Lesbian tienen 3 discos de oro en España y ya son más de actuar en un WiZink Center para un público de miles y miles de personas, que de pasarse por la Sala El Sol, con capacidad para 400. Balmes no fue ajeno a esta circunstancia y no tardó en recordar los tiempos en que actuaban en este mismo pequeño recinto aunque no acudía «ni el Tato» a verlos. «Es un placer y una dulce venganza», bromeó poco antes de decir lo que disfrutaba viendo al público tan cerca.
Su grupo, acostumbrado a los grandes escenarios sobre todo en festivales, no ganó especialmente en las distancias cortas: siempre han estado correctos. Una mesa de sonido extra se improvisó en un rincón de la sala donde yo antes no la había visto (pese a la fama de buena sonorización de El Sol), pero en verdad, la energía rebosaba de gran parte de su cancionero, como exigiendo su salida de un escenario pequeño. El concierto había empezado, susurrante, con ‘1999’, pero los momentos más recordables los dejaron la explosiva ‘Algunas plantas’, el fiestón de ‘Manifiesto delirista’, ‘I.M.T.’ y su dedicación al deseo, el pachanguero popurrí de «Toros en la wii’ (Fantástico)» con ‘Amante bandido’ y ‘Lobo hombre en París’, hacia el final ‘Club de fans de John Boy’ o ‘Allí donde solíamos gritar’ ya entre los bises.
Y luego estuvo lo de los discursos de Balmes. Tuvo palabras de cariño para lo que significó ‘1999’ para ellos, en concreto sobre «la carga emocional tan fuerte» que implican temas como ‘Segundo asalto’, definió la escena musical desde entonces como «un enfermo con buena salud», refiriéndose a grupos que han podido pasar a vivir de su música como Vetusta Morla y Sidonie («antes también Planetas», se corrigió a sí mismo); y se explayó hablando de política.
Santi Balmes bromeó sobre la exhumación de Franco del Valle de los Caídos proclamando irónicamente «¡stop desahucios!»; criticó a VOX sin mencionarlos al referirse a los «lobos con piel de cordero» que van a caer bien «al programa de Pablo Motos» y pidió a la gente que fuera a «votar en consecuencia» el 10-N, sobre todo «a vosotras porque según qué elemento no puede aumentar su presencia en el Congreso de los Diputados». Tampoco evitó la cuestión catalana. El cantante indicó que Barcelona «no es Sarajevo» en contra de lo que están haciendo creer algunos medios de comunicación pidiendo al público simplemente que, cuando lean una noticia, se plantee «qué interés hay detrás de ella». Asimismo, recordó que la mayoría de manifestaciones habían sido «pacíficas». «Entre las cuales, me incluyo», reconoció, recibiendo un aplauso pese a que, cabizbajo, parecía temer cualquier tipo de reacción de ese público random que no había ido específicamente a ver a Love of Lesbian. Santi abogó por una «solución dialogada» porque ellos en España solo se han cruzado con «gente maravillosa. Y en Cataluña también».
Fue, entre hits y «speeches», un concierto entretenido que se extendió más allá de la hora y media de duración, pese a que había habido bromas tipo «esta es la última» más o menos desde la quinta canción; y con el que además Love of Lesbian se despidieron de Madrid hasta 2021, pues el año que viene lo dedicarán a grabar la continuación de ‘El poeta Halley‘. El bromista Balmes, que había dado un pico a Víctor, su guitarrista sustituto (Juli está de baja), había prometido no hacer mucho el tonto porque luego sus hijas «le ven en Youtube», pero se despidió definitivamente bailando ‘Vivir así es morir de amor’ de Camilo Sesto con las luces dadas. Y así todo el rato. 7.