‘Jesus Is King’ es el álbum en el que Kanye West rechaza las redes sociales, especialmente Instagram -como si no pudiera soportar que él no sea el único en quererse demasiado a sí mismo-, y abraza definitivamente a Dios. Pese a lo peligroso que resulta asociar sus creencias religiosas con sus problemas mentales, que le llevaron no hace tanto a ser ingresado y cancelar una gira (ya se oyen decir cosas tan inadecuadas como que por hacer un disco religioso se le ha ido la olla ya totalmente), lo seguro es que no es un álbum a la altura de su fe. Falto de cuerpo y claramente inacabado, adolece de los mismos problemas ya vistos en ‘ye‘ el año pasado, solo que en aquel álbum encontrábamos salvavidas tan destacables como ‘Yikes’ y ‘Ghost Town’, y aquí no.
Lo cual no quiere decir que el disco no sea disfrutable en muchos de sus puntos. Compuesto de canciones de 2 o 3 minutos, ‘Jesus Is King’ incluye pequeñas piezas más o menos reivindicables como ‘Selah’, una tenebrosa, estridente y magnífica producción con varias referencias bíblicas; una ‘Follow God’ que ya ha triunfado en las plataformas de streaming, pues podría haber sido incluida en cualquiera de sus dos primeros discos; una ‘On God’ que podría haber sido producida por Daft Punk; o ‘God Is’, que brilla con el sample de un tema de James Cleveland de 1979 y podría ser un bonito tema de R&B de Lauryn Hill.
El problema es precisamente ese. En esa pequeña lista de elogios son varias las referencias al pasado, cuando estamos hablando de un hombre que más bien, incluso tirando de samples, nos había hecho siempre mirar al futuro. ‘Everything We Need’ contiene la frase «soy tan radical», pero es claro que Kanye no lo está siendo en este caso en absoluto. Está bien que ‘Jesus Is King’ no sea el disco de góspel clásico que habría cabido esperar de alguien como Chance the Rapper o Whitney Houston, pero tampoco es que pueda ser una obra demasiado singular cuando en sus momentos más clásicos nos hace pensar en ‘Late Registration’, en sus momentos más locos nos hace pensar en ‘Yeezus’, y en sus momentos más electrónicos nos hace pensar en ‘Graduation’. ¿Por qué no ha desarrollado más el precioso contraste entre folk y electrónica de ‘Closed on Sunday’, que parece una canción de 1968 maravillosamente traída a nuestro tiempo, gracias a sus coros tratados y a ese hipnótico teclado?
Ni Ant Clemons en ‘Water’ (en la que por lo menos alguien le ha dicho que quite la tontería de que «somos 90% agua» oída en directo, pues no es cierto); ni el saxo de Kenny G en ‘Use the Gospel’, ni Ty Dolla $ign en la entretenida ‘Everything We Need’, ni las otras decenas y decenas de colaboradores que se han pasado por ‘Jesus Is King’ consiguen que esto sea algo más que simplemente el disco religioso de Kanye West, pues para los estándares del artista es hasta modesto. Y en verdad, ni siquiera es un álbum que pueda pincharse en misa, pues el corte sería inmediato tras su ramplona intro llamada ‘Every Hour’, en la que Kanye ni siquiera aparece, no se sabe si para bien o para mal. Nada en la música de este artista debería dejar así de indiferente.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Closed on Sunday’, ‘Selah’, ‘Follow God’, ‘On God’, ‘God Is’
Si te gustará: si aún estabas escuchando ‘ye’ en bucle