‘Sólo queda música’, uno de los temas más rockeros y uptempo, también muy entregado a los sintetizadores, forma parte del primer grupo, como tema de melodía y producción vibrantes, uno de los muchos que a lo largo de la historia nos han hablado propiamente de la música como refugio para los males del mundo. Encerrando más interpretaciones encontramos poco después la agridulce ‘América’, con vocación de musical y de banda sonora. Coque Malla se ha inspirado aquí en ‘Seven Seconds’, una serie que trata sobre un policía que atropella a un chico negro, para cuestionar el sueño americano, con pasajes que suenan maravillosos, hollywoodienses, pero también otros muy sombríos, que cuestionan la existencia de dicho sueño.
El fondo musical deambula entre la sencillez y la ambición, con momentos en la propia ‘¿Revolución?’ que suenan grabados prácticamente en directo, y otros que parecen muy ideados y trabajados, como esos vientos que emergen al final de ‘Mantras en la oscuridad’. El artista indica que se ha inspirado abiertamente en nada menos que ‘Random Access Memories’ de Daft Punk y ‘A Moon Shaped Pool’ de Radiohead. Del primero le fascinaba el modo en que entiende la música disco desde la electrónica y su influencia se nota especialmente en el colorido single ‘Un lazo rojo, un agujero’, de majestuosas cuerdas que sí que resultan muy disco (también aparece Kase.O haciendo un rap). Y el segundo lo ha entendido como un repaso a la historia de la música, lo cual quizá explica por qué ‘¿Revolución?’ es un álbum tanto rockero, como orquestado, como electrónico.
La propuesta de Coque nunca es tan aventurera como sus referentes, pero sí se anota pequeños tantos. Uno de ellos es cómo los campos semánticos de la revolución se incorporan a las canciones de amor. Aunque Coque Malla no es un letrista tan rico ni imaginativo como su compañera de reparto en ‘Todo es mentira’ Christina Rosenvinge, ha hecho aquí un gran trabajo proponiendo «vamos a comernos el mundo» en ‘Extraterrestre’, un tema que recuerda a los Strokes más sintéticos; o hablando de «romper las barreras» en ‘Polvo cósmico’, una canción que incluye un texto de su colega la música y poeta Laura Gómez Palma, en el que recita el gran Jaime Urrutia, a quien Coque dedicaba unas bonitas palabras este año.
Y es que si la primera parte del disco parece la más relevante respecto a su concepto, la cara B es la «bonita», con canciones tan hermosas que parecen todas la composición de cierre del álbum: ‘Un ángel caído’, un tema evocador sobre lo intangible, que podría haber sido un gran dúo con Zahara, quizá porque recuerda un poquito a Maga; ‘Mantras en la oscuridad’, con su falso final y la incorporación de coros femeninos y saxo; ‘El árbol’, de nuevo con majestuosos coristas invitados; ‘Polvo cósmico’ con su ritmo trotón y su emocionante y citada colaboración; o la que realmente es la canción final, la balada ‘Gran viaje a ninguna parte’. Es una pena que casi todas las canciones más escuchadas de Coque Malla sean diferentes versiones de ‘No puedo vivir sin ti’, porque está mostrando ser capaz de mucho más.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Un ángel caído’, ‘América’, ‘Polvo cósmico’, ‘Un lazo rojo, un agujero’
Te gustará si te gusta: Iván Ferreiro, Zahara, Ariel Rot, Julián Maeso
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