Música

Pablo und Destruktion: «El trap es interesante porque juega mucho con la mentira»

Pablo und Destruktion, uno de los cantautores -o trovadores- con un discurso más rico del país, vuelve esta semana con un álbum llamado ‘Futuros valores’, en el que deslumbra desde el principio el enorme single de presentación, ‘Gijón’. Los ocho cortes restantes son más calmados, austeros, incluso acústicos, versando sobre el amor y la actualidad política y social. El disco se complementa con un texto promocional escrito por Pablo realmente incendiario, que nos sitúa ya después de un apocalipsis social. En el lodo, pero hambriento por la nueva etapa. El artista me atiende en el Café Pavón de Madrid, por alguna razón que se me escapa totalmente de moda pese a su espantosa acústica para una conversación, y después de comerse una ensaladilla -rusa- en tiempo récord, habla animadamente del auge de VOX, el fin del capitalismo, el modelo económico chino y el trap. Lo peor es que entre sus veloces palabras no hay arrogancia ni intenciones aleccionadoras. Su discurso es relajado y hasta simpático, aunque no comulgues con él. De vez en cuando sonríe y sabe hacer sonreír. Siendo para colmo guapo, desconozco por qué todavía no le han dado un espacio en algún programa televisivo del tipo Al Rojo Vivo o laSexta Noche. Foto: Samuel Fonseca.

¿Te defines como una persona nostálgica? Esta canción de ‘Gijón’ lo es un rato…
Sí, sí. De pequeño tenía esta extraña enfermedad de la «nostalgia por lo no vivido». De los 50, los 60, del siglo XIX por cuadros de asturianos que veía… Desde hace un par de años tengo un tipo de nostalgia nueva. Tengo peor relación con el mundo moderno de la que he tenido jamás y eso me genera otro tipo de nostalgia. Soy consciente de que idealizo el pasado. Las canciones por supuesto no son prospectos o medicamentos, en ellas hago idealizaciones, esperpentos, modificaciones de las cosas para que sean interesantes… pero mi incomodidad con el mundo moderno hace que me refugie más en ese tipo de nostalgia.

¿Seguro de que en el futuro no vas a tener nostalgia de 2019?
Nunca se sabe, siempre se puede ir a peor y las cosas cambian (risas). A ver qué me espera como persona y qué nos espera como sociedad.

«Tengo peor relación con el mundo moderno de la que he tenido jamás»

El disco no es que sea apocalíptico, es que parte de «después del apocalipsis». Has mandado un texto a la prensa con un montón de cosas sobre las que te vas a aburrir de contestar preguntas. Por ejemplo, tienes una visión bastante negativa del presente…
El disco de ‘Predación’ fue un pozo, luego hice el libro de ‘La bestia colmena’, que me ayudó a analizar un problema personal y colectivo. Porque no estoy aislado: intento que sea personal pero inevitablemente al hacerlo es colectivo. Y este disco ya es luminoso porque mira mucho al futuro. En el texto sí que tengo cero esperanza del momento presente de nuestra sociedad occidental, pero el hecho de perder esperanza paradójicamente me hace tener esperanza en lo siguiente. Ya sé que esto no se salva, que es una época de degeneración total: por lo tanto sé que este modelo va a ser sustituido por otro modelo, y tengo ganas de ver ese modelo, que está aquí. Viene de mano de Rusia, de China, de otras sociedades que son prósperas, imperios generadores que están creciendo y que llega un momento en que intervienen en la cultura. Y ahí es cuando más afectarán a la vida de la gente. Ahora están atando cosas en corto, digamos en el mundo real: la producción, las cosas importantes en un primer momento… pero luego afectarán a lo cotidiano y tengo ganas de ver qué ocurre ahí.

«Ya sé que esto no se salva, que es una época de degeneración total, y que este modelo va a ser sustituido por otro que viene de mano de Rusia, de China…»

En el texto promocional creía que estabas criticando internet, pero estás hablando de capitalismo, realmente.
Sí, lo que pasa es que el capitalismo tiene distintas dimensiones. Por eso trato de hablar de todas las dimensiones a la vez. Por eso creo que hay que utilizar un lenguaje más o menos poético para poder analizarlo. Poético y paranoide, porque el capitalismo tiene una fase de ficción y de paranoia, por lo que solo se comprende desde la paranoia y desde la ficción. Tratar de reducirlo a una cuestión política o económica, como muchas veces se hace, a una dicotomía maniquea de izquierda/derecha, buenos/malos, ricos/pobres, es quedarte muy corto porque el capitalismo tiene una envergadura mucho mayor. Es una era de la humanidad, también cada vez con más tintes religiosos. El poder está en peligro, y entonces se enmascara con ficciones pseudoreligiosas. Por eso creo que hay que ser breve, como en ese texto que he escrito. Es más apropiado usar un lenguaje simbólico, poético y breve.

¿Qué crees que nos aguarda esta década?
Yo creo que va a haber un cambio completo de las reglas del juego y de los actores. No sé mucho más, tampoco es algo ni pitoniso ni profético. Es evidente que China tiene cada vez más poder, y es curioso cómo desde la izquierda occidental se ha despreciado China, cuando China es la única de las opciones del socialismo que ha salido adelante, mejor o peor, nos guste o no nos guste. Hay mucha nostalgia de la Unión Soviética, cuando China ha salido adelante, es un imperio en crecimiento, y desde las tradiciones de izquierda, no sé por qué se abraza el maoísmo que la propia China ha superado ya. Se abraza un maoísmo por la vía de mayo del 68, y se desprecia el sistema actual de Xi Jinping, que es el rey filósofo que tenemos ahora en el mundo. Me da curiosidad cómo vamos a salir de los Brexit, de la reconfiguración de la Unión Europea, qué papel tendrá ahí España y lo hispánico… Yo creo que España fue importante en el siglo XX como precursora de la II Guerra Mundial y ahora está siendo precursora de otro tipo de guerras de baja intensidad, guerras económicas y culturales, que en España están siendo muy acusadas y que se verán en otros países de nuestro entorno.

«Es curioso cómo desde la izquierda occidental se ha despreciado China, cuando China es la única de las opciones del socialismo que ha salido adelante, mejor o peor, nos guste o no nos guste»

¿Qué función crees que pinta la religión, que mencionabas?
Las religiones se tienden a ridiculizar y a tomar como supersticiones, pero son mucho más. Están en un nivel más abstracto y complejo de la realidad. Ahora, como estamos en una época de significación permanente de los discursos… Lo primero que perdimos fue la capacidad de pensamiento religioso, y ahora estamos perdiendo la capacidad de pensamiento político, porque está siendo sustituido por el meme, y por el maniqueísmo. Buenos y malos. Feos y guapos. Pero las religiones son el terreno sobre el que luego crecen las políticas, las economías y en especial el arte. Yo sí creo que China ha hecho un buen ejercicio de sacralización, y es el estado el que se encarga de las competencias que antes tenía la religión. Y lo hacen de cara, sin engañar a nadie. En el capitalismo el encargado de hacer ese trasvase de un poder que antes estaba en lo religioso, lo tienen los publicistas. El nuevo clero son los publicistas. En vez de venderte un código de conducta que lleva a la moral china de trabajo, aquí te lleva a un código de conducta que es el consumo. Todo son objetos de consumo, todo son mercancías. Yo creo que estamos traspasando las últimas fronteras que le quedan al capitalismo de transformar cosas que eran libres de mercancía. Creo que la última frontera que le queda es la sexualidad, algo muy de actualidad ahora mismo, y creo que desde ahí no va a dar más de sí. Después vendrán otras sociedades.

«El nuevo clero son los publicistas»

Siempre has sido muy crítico con el consumismo, y siempre te has conformado con poco.
La austeridad me parece de las mejores virtudes que hay, me jode que con la crisis de 2009 se tomara como algo malo la austeridad. Me gusta que haya esferas de mi vida, antes presentes en la vida de todos, en las que no opera el mercado. Son relaciones antieconómicas. La mayor relación antieconómica que hay es el amor. Bueno, la amistad como tipo de amor es todavía más altruista. No es casualidad que en esta época que tenemos, se trate de poner las relaciones de amor como relaciones represivas, de dominación, perversas… En muchos casos no lo son. Ahí es donde está el cambio de escalas, de pasar de una escala mercantil a una escala de verdadera libertad y convivencia fuera de la dominación.

En el disco hay un tema llamado ‘El Cortejo’, una palabra antigua, mal vista.
Me mola que Rodrigo Cuevas la haya usado en su disco ‘Manual del Cortejo’, también ha hecho una canción a Rambal, y también es asturiano. Su cara es más amable. Somos como «poli bueno y poli malo», pero tenemos un discurso parecido (sonríe).

Tú eres el poli malo.
Sí. A veces soy más cortante. ¡Pero a lo mejor no!

«Me gusta que una canción conmueva, no que imponga. Para conmover no hacen falta medios»

Has hablado de austeridad, y el disco no puede ser más austero, musicalmente.
Sí, tenía distintas opciones en producción, podía escoger… pero la sobrecarga de arreglos y el barroquismo tiene que ver con el signo de los tiempos: que se note que hay dinero, que haya máquinas, presupuesto para vídeos, para músicos… Y eso no tiene nada que ver con hacer una buena canción. Soy de la escuela de Paco Ibáñez que se negó a meter orquestaciones porque decía que las orquestaciones son la anti-música, desde el punto de vista del folclore. De lo que se trata es de conmover. Que intérprete y oyente conecten con determinadas fibras sensibles. Me gusta que una canción conmueva, no que imponga. No quiero epatar. En otra época sí lo quería, pero ahora no. Para conmover no hacen falta medios. Lo que más me gusta son las grabaciones de campo, las primeras grabaciones de Violeta Parra, ella sola, son realmente conmovedoras. No pretende conmover, conmueve. Quería hacer eso, no sé si lo habré conseguido, pero era el objetivo.

Has hablado del amor, el disco termina con un tema de amor llamado ‘Bastante’, y dice «Nunca he tenido tanto amor, ni tanta alegría». Pero no lo parece por el tono…
Es el contraste que quería crear, que tuviera una melodía de fondo más o menos triste, y ver el rayo de luz que viene de la propia trayectoria. Quería que estuviera presente esa luz que viene, pero porque ya estaba antes.

Hay partes en las letras donde no se sabe si estás siendo irónico o no. En ‘Soy Profesor’ parece que quieres transmitir conocimientos, pero ahora que el paternalismo es visto como algo tan negativo, no sé si te estás cachondeando de eso.
Me cachondeo de la posibilidad de hacer eso en un momento como el actual, de creer en valores como los del profesorado antiguo y ponerlos en el presente. Es como traer un cavernícola y ponerlo aquí. Realmente la educación tiene que ver con el futuro de la nación, tiene que ver con elevarse sobre nuestra miserable condición de partida. Yo no creo que el niño tenga una virtud de por sí. Creo que nos formamos con el paso del tiempo, lo que implica la intervención de otras personas y de la sociedad organizada, vía estatal, de una educación pública. Quería llevar al extremo esa situación, para así generar algo de ironía y de ridículo sin perder la verdad. El estar hablando en serio. El tipo de humor que uso siempre es hablar tan, tan, tan en serio que provoque risa.

«El tipo de humor que uso siempre es hablar tan, tan, tan en serio que provoque risa»

¿Crees, como se dice, que la nueva generación que viene es la más tolerante?
Para nada. Para nada. A la vista están los datos. Acabo de oír en RNE que entre los menores de 18 años se ha incrementado un 60% la violencia. Hay mucho mito. No hay nada nuevo bajo el sol. No tengo una visión ni utópica ni distópica de la juventud en concreto porque todavía están a medio cocer. Ya se verá cuando se desarrolle. Esas imágenes utopistas del presente, la juventud y el progreso… la cara oculta es que están denostando el pasado. Y ser desagradecido con los ancestros me parece bastante chungo.

¿Cómo llegaste a la historia de Rambal?
Hace tiempo porque forma parte de la cultura de Gijón. Él era pintor, todavía quedan bares antiguos. Pocos. Pero algunos son cuadros suyos, autorretratos… y llamaban mucho la atención. Mi tío era pianista, tocaba en Cimadevilla, lo conocía, había tocado con él y me llamaba mucho la atención por la valentía. Bueno, una valentía que le llevó a su propia muerte.

«Se ha creado una ruptura social que lleva casi inevitablemente a ideologías reaccionarias»

¿Ni siquiera eres optimista con el avance en cuestión de género no binario, «fluid»…? Si vas a una fiesta de trap con gente joven, sí parece que se ha avanzado mucho en el terreno de los roles de género, por ejemplo.
Hay gente más tolerante, pero todavía hay gente mucho más intolerante. Hemos pecado de onanismo, de creer que el mundo ha nacido con nosotros, cuando la historia de la humanidad es larga y han pasado muchas cosas. Y también hemos pecado de falta de previsión, vivimos en el presente absoluto. Y eso, pese a lo que digan los gurús del new-age, es pésimo. Las acciones tienen reacción. Hay acciones que son tolerantes pero acaban generando una intolerancia mayor que la tolerancia conseguida en un corto período de tiempo. Por eso el auge de todos los movimientos reaccionarios en Occidente, que se llaman ultraderecha, pero es muy difícil definirlos como ultraderecha políticamente porque es una ultraderecha sociológica, cultural, que es una reacción a ciertas aperturas, implícita al tipo de apertura creada. No se corresponde con algo sólido tipo: «hemos superado un problema y ya está». Ahí se ha pecado de ambición y de falta de previsión, sobre todo política. No los chavales que están en una fiesta provocando, y además creo que la juventud tiene que provocar. Sino los políticos que se han aprovechado de esos fenómenos sociales. El rock’n’roll provocaba, el cabaret provocaba, el cuplé… ¿habrá género más provocador, más transformista, y que más cuestione los roles de género que el cuplé? Pero no. Hemos creído que ha llegado un mundo nuevo que lo cambia todo, cuando no, solo ha cogido cosas que ya existían de generaciones previas. Y se ha creado un clima de utilización política de enfrentamiento, de ruptura social. Insisto, no los chavales, sino los políticos. Y se ha creado una ruptura que lleva casi inevitablemente a ideologías reaccionarias. Parece que hay una apertura, vía «transecofeminismo,» resumiendo mucho, y luego acaba gobernando Trump, Boris Johnson, Marine Le Pen que está cerca, VOX creciendo… Cuando uno lanza un pelotazo, tiene que prever cuál es el contraataque. Y cuando uno lanza un puñetazo a uno mucho más fuerte que él, es infantil. Eso lo hacen los niños con la esperanza de que no te lo devuelvan. Pero cuando somos adultos, los puñetazos se devuelven.

¿Tú te esperabas, entonces, el auge de VOX?
Totalmente, lo llevo diciendo mucho tiempo. Sobre todo desde que se hizo una utilización política con la Manada. Ahí me metí en un berenjenal, pero es que por lo que se estaba diciendo, por lógica dialéctica, lo siguiente es una reacción. El fenómenos Manada fue seguido de una supuesta crisis migratoria, todo desde un capitalismo de ficción, una deformación de la realidad para utilizarla por intereses políticos, y después VOX lo peta en Andalucía, luego tenemos lo de Cataluña también deformado mediáticamente, y al final VOX lo peta en las generales. ¿Qué está ocurriendo en el caso español? La soberanía popular de los estados y la posibilidad de aplicar políticas de izquierda reales, lo que planteaba Podemos al principio, en un momento en que a mí realmente me ilusionaban, cuando planteaban negociar con la UE, aplicar medidas realmente de izquierda, realmente sociales… eso solo se puede hacer desde el Estado. Y los estados sociales se atacan por un lado, desde arriba, con estructuras supraestatales, con ideologías globalistas, y con organizaciones como la Unión Europea, Fondo Monetario. Y por otro lado, por problemas infraestatales, independentismo, Guerras Civiles…. En España tenemos las dos cosas. Estaba ocurriendo en otros países con el mismo procedimiento.

¿Tú estás seguro de que tu lugar está en la música?
No (risas).

Tienes un discurso intenso…
Pero se tiene que hacer desde la música. Tiene que haber música que hable de trabajo. Parece que todo el mundo tiene trabajos maravillosos con esa cultura del petarlo. Me gustan las canciones que hablan de anhelos de trabajo. También he escrito un poquito.

El disco no transmite tanto esto como ‘Resituación’ de Nacho Vegas.
Es muy obvio. Una cosa es una entrevista y otra las canciones.

Pero es que tu discurso político, económico, aniquila totalmente el disco. Se quejaba Nacho Vegas de que le ponen titulares políticos, pero es que con este discurso, no me apetece tanto preguntarte por el disco.
Puede ser (risas) Para mí el discurso que yo puedo tener es más filosófico que político y es una filosofía popular, no basada en los textos. Hay mucho problema de academicismo en la política y en la filosofía es necesario, pero también hace falta la figura del filósofo popular, y eso han sido los trovadores, que por un lado cantan y por otro hablan. Por eso yo en los conciertos hablo mucho, y después, y antes (risas). Las canciones son una excusa para que yo reflexione, y en el mejor de los casos, que también reflexione el oyente.

En el texto promocional mencionas las «putas y camellos que salen en los vídeos».
Toda la cultura popular contemporánea está basada en el arquetipo de la diosa sexual.

¿Pero estamos hablando solo de música?
De MTV, en cualquier momento. Hay distintos arquetipos que funcionan en el mapa simbólico actual. Son bastante eternos, por eso son arquetipos, y se utilizan. Y hay artistas que los utilizan con mucha inteligencia porque esos arquetipos tienen poder. El arquetipo de la afrodita y el del macarra, que es el mismo arquetipo que el del vaquero, el del hombre emancipado… funciona muy bien en la lógica ultraliberal. Si no se usan desde el victimismo, especialmente el de la mujer, funcionan muy bien con el capitalismo en el que estamos. El trap juega con ese arquetipo permanentemente, las mujeres son «bitches» y se lo atribuyen. Y me parece muy interesante ese discurso. Me pasa con La Zowi lo que tú dices que pasa conmigo, no me gustan sus canciones pero sí sus entrevistas. Con Yvng Beef, igual. Puedo escuchar dos canciones suyas, no más, pero me mola el discurso que mete. Usa unas armas que el propio sistema le da. Las usa contra el propio sistema, pero desde dentro.

«El trap es interesante porque juega mucho con la mentira, el «fake it until you make it», por eso representa tanto el momento presente, de apariencias, de mentiras y de ficciones, pero yo, como aborrezco tanto el momento presente, no puedo hacer esa música»

¿A nivel musical, no te interesa del trap la creación de ganchos, cómo la canción se está reestructurando un poco, a nivel «hooks»…?
Sí. A nivel producción y estructural hay elementos que me gustan, pero están muy condicionados por la tecnología que los pare. El medio es el mensaje y de determinados polvos surgen unos lodos concretos y no otros. Es muy difícil salir y conmover con este tipo de canción, aunque a veces ocurre. Por ejemplo me mola One Path. ‘Koala’ me parece una obra maestra, de algo tan cotidiano como estar en la cama con que tu pareja ha hecho una canción, y a partir de ahí hace otra cosa. Yo no me puedo poner a hacer trap porque sería mentira. El trap es interesante porque juega mucho con la mentira, el «fake it until you make it», por eso representa tanto el momento presente, de apariencias, de mentiras y de ficciones, pero yo, como aborrezco tanto el momento presente, no puedo hacer esa música (risas).

Se me ocurre que tienes en común con ellos el gusto por la austeridad sonora.
Tienen un rollo «do it yourself», como el disco de ‘Ama de casa’ de La Zowi, que está hecho en casa. Me mola. Me siento más cercano a la escena trapera que a la indie, aunque musicalmente sea más cercano a lo indie. Pero ideológicamente podría tener mejores conversaciones con esa escenilla.

«A mí el mercado me la suda. Me importa qué consigues con la canción, y aquí hay otro problema filosófico de nuestra época, que es confundir riqueza con dinero»

El indie no sé si está desapareciendo…
Las cosas desaparecen cuando dicen mentiras, por eso estoy obsesionado con la mentira. Cuando el indie deja de ser independiente, no tiene sentido y desaparece. Desde que el indie no es indie, desaparece. Me sigue gustando mucho el rollo «do it yourself» y por eso comulgo con Yvng Beef. Se puede explicar mejor que en la famosa charla del Primavera con C. Tangana y Bad Gyal, pero la importancia del «do it yourself» sobre todo es espiritual, no es económica. A mí el mercado me la suda. Me importa qué consigues con la canción, y aquí hay otro problema filosófico de nuestra época, que es confundir riqueza con dinero. Poder no es lo mismo que dinero: Italia tiene más PiB que Rusia, pero todos sabemos que Rusia es más poderosa. Y así pasa con los artistas y con las personas. Por eso el trap no me acaba de convencer, porque está demasiado dentro del dinero como para poder criticarlo desde fuera. Por eso me interesa tanto ver qué ocurrirá en la siguiente pantalla.

En las letras del disco salen el Valle de los Caídos, Nôtre Dame… ¿no tienes esta tentación de sacar las canciones según las escribes, por miedo a que pierdan vigencia?
Sí, pero también me mola que las canciones tengan vida fuera de internet. ‘Gijón’ la toqué en verano de 2018 en Gijón, en la Plaza Mayor, y hubo versiones de esa canción antes de que se publicara. Me mola que no todo opere por medio de internet.

Si tuviste versiones sería porque alguien la subió a Youtube, y Youtube también es internet…
No, fue de gente que la escuchó de Gijón, de mi círculo. No amigos, aunque con Mario fui al instituto, sino de mi círculo.

«Se le estaba dando al Valle de los Caídos más poder del que tenía, y se puede volver en contra del que pretende exorcizar»

La mención al Valle de los Caídos de una de las nuevas letras, ¿parte de algo de admiración por la majestuosidad del sitio?
No… era mentar un poco al demonio para ponerlo en su lugar. Esas lógicas exorcistas están muy presentes hoy en día. Y tú cuando quieres exorcizar a un demonio, tienes que hacerlo más pequeñito, no hacerlo más grande. Si haces al demonio más grande, te come. Y como había tanto ejercicio de necromancia, de profanación… se ha hecho la mayor invocación del maligno que se puede hacer, y del miedo. Y queriendo utilizarlo. Además, como todas mis canciones tienen parte de verdad, tengo unos amigos que cantaron en la Escolanía del Valle de los Caídos, en el Angelorum, un coro de niños que cantaba en el Valle. Y fui a pillarme el CD: Rufino y Víctor Herrero, que toca con Josephine Foster, están ahí. Y Rufino sale con una camiseta de Public Enemy. Eso también es el Valle de los Caídos. Creo se le estaba dando más poder del que tenía, y que se puede volver en contra del que pretende exorcizar.

Finalmente, antes de empezar la entrevista, me has dicho que estabas trabajando de profesor de técnico de sonido. A nivel de masterización, se están haciendo muchos vinilos que suenan muy mal, incluso en equipos de alta fidelidad muy buenos. Se debería hacer una masterización especial para vinilo, ¿pero no se está haciendo, verdad?
Muchas veces no, el problema con el vinilo es que si todo el proceso es digital, al pasarlo a un soporte analógico en realidad hay pérdida de calidad. Tiene sentido desde el punto de vista de fetichismo de la mercancía del vinilo, pero desde lo técnico, no. Los vinilos suenan «mejor» que lo digital, entre comillas, cuando el proceso ha sido analógico. Y aunque lo hagas digital, hace falta un corte distinto de la masterización para vinilo, que normalmente tiene que estar menos comprimido. Ahora mismo está todo muy comprimido, para competir en radios y demás. Es otra de mis luchas. Por eso mi disco está poco comprimido, aunque eso exige una responsabilidad en el oyente. Pero si mi oyente no tiene paciencia ni para subir el volumen del tocadiscos… Para vinilo hay que mandarlo lo menos comprimido posible, y que el oyente después suba el volumen de su tocadiscos como él quiera.

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Publicado por
Sebas E. Alonso