Un proyecto personal en el que además de exhibir su preciosa voz –con unos giros que remiten al clasicismo de Maria del Mar Bonet– la de Sant Quirze del Vallès se revela, para empezar, como una interesante guitarrista, con un sonido eléctrico delicado y sugerente. Y, para seguir, como una letrista más personal, que se lanza a exponer cierta intimidad cantando en su lengua, el catalán. Todo ello se exhibe en ‘Els mals costums‘, álbum debut producido por uno de los nombres enseña de la casa Hidden Track, Jordi Matas (El Petit de Cal Eril, Ferran Palau), que se publica el 17 de abril.
Y para muestra un botón… o, mejor aún, una canción. Antes de que llegue a plataformas el próximo viernes, hoy en JENESAISPOP estrenamos ‘Torrent sanguini’, el corte que abre ‘Els mals costums’ de manera poderosa y llamativa. Una canción que por sonido conecta incluso con artistas foráneos como Kurt Vile (esos arpegios) y que posee un peculiar embrujo sin llegar a tener una estructura pop al uso. Respecto a su enigmática letra –una lid en la que en su sello ven similitudes con Joan Miquel Oliver–, Anna nos comenta que ‘Torrent sanguini’ «no deja de ser una canción de amor. En un principio caí en la tentación de complicarla más de la cuenta y pensarla demasiado, hasta que me di cuenta de que, como el amor mismo, suele funcionar mejor cuando lo tomas tal y como viene».
Mención aparte merece el imperdible clip oficial que Carles Pons Altimira (que recientemente dirigía vídeos para Carla o Sandré) ha ideado para la canción. Una fábula cotidiana, entre la comedia y el misterio, co-protagonizado por la propia Anna y… un extraño y persistente viento. Esto nos cuenta él sobre cómo surgió la idea para el imperdible vídeo:
«Anna y yo nos conocemos de ya hace bastantes años así que la idea de colaborar en un videoclip surgió de forma natural, ya habíamos trabajado juntos en el videoclip de ‘In a Vision or in None‘ de Cálido Home y el resultado fue muy guay. Esta vez se presentaba con un caramelo de apenas dos minutos, un tema muy bonito y redondo. El reto fue adaptar este grito de color y vitalidad a lo que a mí más me interesa del cine, aquello oscuro, introspectivo y misterioso. El tema habla sobre encontrar aquello que hace que todo encaje y de lo maravilloso que eso es, así que lo tuve claro, ¡el videoclip tenía que hablar de todo aquello que hay antes! Busqué un elemento mágico, que finalmente sería el viento, para que la pieza pudiese ser simpática manteniendo el tono misterioso y oscuro. Con esto lo siguiente salió de forma natural. Nos juntamos con el equipo humano de siempre, colegas que con mucha pasión y dedicación hacen que todo sea muy fácil, y en un fin de semana rodamos el videoclip».