Desde el principio ‘Blinding Lights’ nos ha recordado mucho al pop alrededor de 1983. Tanto que hubiera molado recomendar el ‘Boom’ de aquel año, pero no se editó el primero hasta 1985. En muchos casos, los artistas referenciados se libraron por los pelos de ser vistos como “one hit wonders”, así que habida cuenta de la vocación cinematográfica pero hedonista de ‘After Hours’, recomiendo una banda sonora. La de ‘Flashdance’ se cerraba con ‘Maniac’ de Michael Sembello, pero también incluía varios temas de Giorgio Moroder (como el icónico ‘What a Feeling’), el dramático «Love Theme», ‘Lady, Lady, Lady’, el robotizado ‘Romeo’ de Donna Summer y un tema que podría haber sido sampleado perfectamente por The Weeknd, ‘I’ll Be There Where The Heart Is’. Este disco vendió 20 millones de copias. Intenta eso, Abel Tesfaye.
Ya que ‘After Hours’ basa toda su estética en películas como ‘Joker’ y ‘Casino’ y en cierta forma tuvo como punto de partida ‘Uncut Gems’ (allí conoció a Oneohtrix Point Never y Abel Tesfaye hizo un cameo), continuamos con las bandas sonoras. La más evidente referencia, entre neones y carreras de coches, es ‘Drive’. El italo disco es una inspiración en canciones como ‘In Your Eyes’ y ‘Save Your Tears’ y el sello Italians Do It Better es uno de los que mejor ha traído ese sonido al nuevo siglo, con gente como Chromatics y Desire. Por otro lado, The Weeknd llegó a colaborar con Kavinsky en el tema ‘Odd Look’, ¿alguien lo recordaba?
No hay más película de terror en ‘After Hours’ que la de enfrentarte a tus propios miedos y soledad, pero si hablamos de «películas» y de Abel Tesfaye, hay que hablar de su inspiración en John Carpenter como músico, aunque solo sea porque el primer nombre dado a su canción ‘Kiss Land’ fue precisamente ‘John Carpenter’. En este disco se nota aún el influjo de bandas sonoras como ‘Halloween’ en las ambientaciones oscurísimas dadas a algunos temas como el corte titular y en la parte más pesadillesca de ‘Faith’. Intro y pasajes instrumentales contribuyen a que entendamos ‘After Hours’ como esa historia en Las Vegas sobre dinero, fama, desamor y, finalmente, arrepentimiento.
Si hay una canción en ‘After Hours’ cuyas influencias son excitantes y algo indescifrables es ‘Save Your Tears’. ¿Balada italiana? ¿Disco-Abba? ¿Daft Punk (Kraftwerk) en el tratamiento de las voces al final? ¿Synth-pop? La E.L.O. era conocida por su versatilidad y ‘Discovery’ es la interpretación de Jeff Lynne de la música disco (‘Last Train to London’): a pesar de las concesiones a otros estilos en su minutaje, el teclista Richard Tandy rebautizó el álbum como «Disco Very». En este álbum de 1979 lo mismo caben las baladas más grandes que la vida, que las voces a lo crooner, que las robotizadas, todo ello dentro incluso del mismo tema, como sucede con ‘Confusion’, una canción construida a partir del descubrimiento de un sintetizador, el Yamaha CS-80.
Otra de las sorpresas de este disco es su entrega a algunos ritmos UK Garage y drum&bass, más que nada porque The Weeknd procede del otro lado del charco. Entre todas las propuestas imaginables recomendables para aquellos que tengan ‘Too Late’ y ‘Hardest to Love’ entre sus canciones favoritas de ‘After Hours’, me quedo con el debut de Katy B por su vocación pop y comercialota, y porque también contiene algo de R&B.
Si ‘Off the Wall’ era un discazo en el que Michael Jackson se beneficiaba de sus conocimientos de la Motown adquiridos al frente de los Jackson 5, en ‘Thriller’ y ‘Bad’, sus discos más millonarios, se abría a otros estilos. En ‘Bad’ ahondaba en las guitarras eléctricas de ‘Beat It’, ofreciendo pistas tan agresivas como ‘Smooth Criminal’, pero sin abandonar la sensualidad de la balada ‘Liberian Girl’. Ante todo Michael Jackson es un artista que no se conforma con quedarse en un nicho de mercado sino que sigue queriendo conquistar el globo terráqueo, como se percibe en canciones tan universales como ‘The Way You Make Me Feel’ o ‘Man in the Mirror’. The Weeknd, tan fan de ‘Bad’ que sampleó ‘Dirty Diana’ en su primer año de carrera, es exactamente eso en sus últimos discos: un artista que no teme abandonar sus raíces en el R&B, que quiere conquistar cada emisora de radio (cada playlist) por encima de cualquier género musical.
¿Qué artista de los 80 mezcló también R&B, synth-pop, soul, etcétera? George Michael, que en ‘After Hours’ parece una referencia concreta en ‘Scared to Live’. Por mucho que esta cuente con un sample de ‘Your Song’ de Elton John, su tipo de instrumentación como balada sintetizada remite más bien a canciones como ‘Father Figure’, ‘One More Try’ y ‘Hand to Mouth’. Puede que no veas a Abel Tesfaye en el pseudo-country de ‘Faith’ concretamente, pero nos lo imaginamos tanto sampleando el órgano de iglesia con que comenzaba aquella canción… Aunque igual solo estamos sugestionados porque en ‘After Hours’ hay un tema que se llama -ejem- ‘Faith’.
Es verdad que The Weeknd ha reivindicado al Elton John de los 70, pero quizá sus fans no comulguen mucho con álbumes como ‘Goodbye Yellow Brick Road’. Hay una manera más moderna de acercarse al catálogo de Elton John que no puede ser pasada por alto, aunque sea a modo de pie de página. El dúo australiano Pnau publicaba en 2012 un disco de remezclas de Elton John llamado ‘Good Morning to the Night‘. Publicado en plena moda chillwave, no tiene casi nada que ver con el entorno de The Weeknd, salvo en el interludio psicotrópico aportado por Tame Impala (‘Repeat After Me’) y cuando ‘Telegraph to the Afterlife’ suena un poquito a sus adorados Portishead.