Música

Fiona Apple / Tidal

Un buen día un joven llamado Tyson está en la cama de su colegio mayor enrollándose con una chica cuando de repente su ex novia Fiona Apple aparece en un vídeo en la tele, como «mirándole a los ojos». La joven, de 19 años, había hecho un disco en parte sobre él. Tyson se reconocería en varios apuntes de las letras, identificando en ‘Sleep to Dream’ más o menos lo que ella le había dicho en su última conversación. Después, ambos volverían a tratar amistosamente, como amistoso fue el encuentro entre Fiona y la chica por la que este muchacho se alejó de ella. Es una de las primeras historias atípicas de una artista que sería famosa por su atipicidad.

Corre el año 1996. Artistas como PJ Harvey y Björk acaban de publicar obras maestras como ‘To Bring You My Love’ y ‘Post’, Tori Amos ronda niveles multiplatino con ‘Little Earthquakes’ y ‘Under the Pink’ y Alanis no para de vender millones de copias al mes (sic) con ‘Jagged Little Pill’. Van a salir cantantes femeninas de debajo de las piedras, de Anouk a Meredith Brooks, y Fiona Apple es descrita oficiosamente «como la respuesta de Sony al éxito de Morissette». La propia Fiona, en un amplio perfil realizado por Rolling Stone en 1998, un mes antes de hacerse con su primer y único Grammy hasta la fecha por ‘Criminal’ en la subcategoría de Rock, lo reconoce: «Alanis abrió el camino, yo llegué a la oficina y dijeron: «¿chica? ¿joven? ¿autora?: firma aquí».

Aparte de por su tendencia a los títulos de disco imposibles de recordar que ambas desarrollarían a lo largo de sus carreras, Alanis y Fiona se parecen como un huevo a una castaña. Apple ha estudiado piano desde pequeña, sus grandes ídolos proceden del jazz como es el caso de Ella Fitzgerald -que fallece un mes antes de que salga este álbum- y en ‘Tidal’ no hay rastro ni de las extrañas cajas de ritmos con que se decidió producir ‘Jagged Little Pill’, ni guitarras eléctricas fieras aportadas por un Jane’s Addiction, ni bajos de un Flea de Red Hot Chili Peppers. Puede haber algo de la misma rabia, pero la contención predomina sobre la palabrota y el azote. A día de hoy hasta extraña que ‘Tidal’ termine convertido en un éxito comercial en América y sea el mayor logro en las listas de Fiona: las canciones carecen de inmediatez, algunos singles se extienden hasta los casi 6 minutos requiriendo de «radio edits», y para muestra el minuto final de ‘Criminal’, una canción inquietante sin prisa alguna por acabar. El álbum jamás se pasará ni a saludar por las listas británicas y muchos menos por las españolas.

‘Criminal’ será por mérito propio el gran clásico de la carrera de Apple, llamativo desde la primera línea «he sido una chica mala», tratando un tema espinoso como el uso de la sexualidad femenina -tan sobre la mesa en la era de las riot-grrrls- y acompañado de un vídeo de Mark Romanek más polémico todavía por mostrar a la cantante en paños menores en «honor» a la canción. Conflictiva y ambigua, décadas después consentirá una nueva lectura cuando sus beneficios sean donados a la causa de los refugiados. Otros «criminales» necesitados de una «buena defensa».

Es recurrente meter a Fiona Apple en el saco de otras cantantes de rock femenino y es verdad que en los 90 hay más autoras que escriben solas su propia música que en los artificiosos años 80. Menos recordadas son su vinculación con la escena trip-hop en el uso de alguna base y ambientaciones (sucede en ‘Slow Like Honey’); la conexión con los ritmos latinos en el estribillo de ‘The First Taste’, que suena paradisíaco y bailable como un hit de Sade; con la americana en la «steel guitar» de ‘Sullen Girl’ y también con el underground. Aunque no lo parezca, ‘Criminal’ melódicamente no está tan lejos de ‘Just’, un single de Radiohead del año anterior, y las melodías angulosas y las estructuras libres producen que la cumbre del álbum, ‘Carrion’, sea tan catárquica como lo había sido ‘Blow Out’ en ‘Pablo Honey’. Sin tener nada que ver, los pequeños detalles explican que Apple encaje en la MTV de la época cuando la cadena carece de poso jazz alguno en el verano en que se premia a Smashing Pumpkins, Foo Fighters y Beck. Un año después será su propio turno y Fiona hará su famoso «speech» recordando que el mundo es una buena mierda y que no debemos amoldarnos a lo que los demás piensen que es «guay».

Antes de revelarse las aristas de Fiona, ‘Tidal’ es un álbum quedo -en su segunda mitad algo de más- que, parafraseando ‘Shadowboxer’, no tiene por qué decidirse entre la «dulzura» y el «peligro». La cantante ni tiene nada que ver con las cantantes jóvenes que tarde o temprano colaboran con Disney ni era todo el día Courtney Love. Sus letras nos hablan sobre cosas como crecer (‘The Child Is Gone’) y la muerte del amor (‘Carrion’), con el reto amoroso sonando desafiante como una amenaza: Fiona no es pura candidez cuando en ‘Slow Like Honey’ advierte que quiere «cazar tu mundo interior». Los pianos suenan tan embriagadores como en el inicio de ‘Sullen Girl’ o ‘Pale September’, pero sobre ellos nunca se deshará ni una sola pastillita de sacarina.

Fetch the Bolt Cutters‘ es nuestro «Disco de la Semana», por lo que estos días continuaremos repasando la discografía de Fiona Apple.

Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Criminal’, ‘Sullen Girl’, ‘Shadowboxer’, ‘Carrion’
Te gustará si te gusta: Tori Amos, Radiohead, Sade, el George Michael de aquel año (‘Older’)
Youtube: ‘Criminal’ en Youtube

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: fiona apple