Música

Por qué el término «música urbana» se ha pasado de moda

La organización de los Grammy ha anunciado cambios en la denominación de algunas de sus categorías de nominaciones con el propósito de adaptarse a los nuevos tiempos y de mejorar su imagen de cara a las nuevas generaciones (esto segundo lo decimos nosotros). El más destacable es que la categoría de «Mejor álbum de urban contemporáneo» pasa a llamarse «Mejor álbum de R&B progresivo». La decisión de los Grammy llega un día después que el sello Republic Records declarara su propósito de dejar de usar el término «urbano» para describir a artistas o géneros, al considerarlo racista y anticuado.

El término de música urbana fue acuñado en los años 70 por un DJ de Nueva York que buscaba aglomerar en una sola categoría todos los estilos de la denominada «música negra» contemporánea, como el hip-hop o el nuevo R&B. A día de hoy es un término que incomoda a muchos artistas por promover estereotipos hacia las personas negras relacionados con su estatus social o su educación frente a los de las personas blancas. «Urbano» significa procedente «de la ciudad», de la calle, e históricamente ha sido sinónimo de música que ha solido estar asociada a la población negra, como el hip-hop o el trap, y actualmente de música hecha por personas latinas como el reggaetón, otro género venido del underground. Pero incluso estas subcategorías están racializadas: memorables fueron aquellas declaraciones de FKA twigs en las que atacaba a los medios por hablar de su música en términos de «R&B alternativo» solo por ser negra, cuando ella no se considera una artista de R&B en absoluto. Y el mismo Tyler, the Creator no se cortaba un pelo en denunciar el racismo inherente en el término «música urbana» al mismo tiempo que recogía un premio por esta categoría, frente a un montón de periodistas.

El supuesto género «urbano» admite música que fusiona todos estos estilos (el R&B contemporáneo ya es una fusión de este género con el hip-hop, el trap u otros estilos electrónicos), pero no comunica nada sobre el contenido de la música en sí mismo. Muchos artistas de pop electrónico o de rock también viven en las grandes ciudades y no por ello se dice que hacen pop urbano o rock urbano. Hoy en día el hip-hop no ha de estar asociado al «street cred», ni el R&B al blues clásico, ni ninguno de estos estilos a las personas negras sin más: Chance the Rapper ha triunfado

con sus «mixtapes» hechas en su casa, Jessie Ware ha llevado el R&B a nuevos lugares y es blanca, y Kanye West grabó su disco ‘ye‘ en su rancho de Wyoming sin que a nadie se le ocurriera decir que es un disco de «hip-hop rural». Si ya las etiquetas son un caos, hablar de música empleando términos geográficos es simplemente inútil. ¿Acaso se dice que Post Malone hace pop y Rihanna simplemente música urbana? ¿O que Ed Sheeran hace pop blanco solo por ser blanco? Bueno, se compara su música con el pan blanco por ser blanda y sosa, pero ese es otro tema.

El término de música urbana es racista hasta el punto que es mucho más probable que Kelly Clarkson reciba una nominación en una categoría de pop que Beyoncé, por mucho que la segunda venda más y la primera haya sacado discos de música soul o experimentado con el hip-hop. La mayoría de artistas ganadores en la categoría de «Mejor álbum de pop vocal» son blancos y la mayoría de artistas ganadores en la categoría de «Mejor álbum de urban contemporáneo» son negros, cuando por ejemplo un disco ganador de la primera categoría, ‘Sweetener‘ de Ariana Grande, por estilo encajaría más en el segundo. Otro tema es la categoría de Álbum del año en los Grammys: la que se armó cuando Adele supuestamente le «arrebató» este Grammy a Beyoncé fue buena, la misma Adele salió a recoger el premio avergonzada, pero con las cifras de ventas sobre la mesa, nadie puede discutir esta decisión. En todo caso habría que sentarse a averiguar qué factores impiden a Beyoncé vender la misma cantidad de discos que Adele con un álbum que habla sobre racismo y que ha sido mejor valorado por la critica que el de la británica.

Cuando antaño se hablaba de músicas del mundo o de música exótica para describir la existencia de música popular (no culta o religiosa) que no era típicamente occidental, es decir, que estaba hecha por «otros» que no éramos nosotros, los blancos, como si Asia no cubriera el 60% de la población de todo el mundo; se reincidía en el mismo error de analizar la música popular desde una perspectiva blanca y anglocentrista, y con la música urbana pasa lo mismo: con esta categoría, toda música hecha por personas blancas pasa a ser pop, y toda música hecha por personas no blancas pasa a ser urbana. Es una categoría racista desde su fundamento que nos impide hacernos ver más allá del origen geográfico de los artistas, como si eso fuera relevante en absoluto a la hora de analizar ciertas músicas. Pero si hay un artista popular hoy en día es Bad Bunny. ¿Y quién merece más a día de hoy una nominación a Mejor álbum de pop vocal, Lewis Capaldi o el conejo malo? Al final las etiquetas son lenguaje y el lenguaje, por su propia naturaleza, muta con el sentir del pueblo.

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Publicado por
Jordi Bardají