‘Kyoto’ es la composición que mejor resiste el hype de un álbum que se había presentado con la balada ‘Garden Song’ y que lo mismo recuerda a los Coldplay producidos por Jon Hopkins (‘Punisher’) que se entrega a las sonoridades country (‘Graceland Too’) y finalmente a la catarsis tipo Sufjan Stevens (‘I Know the End’). Entre cajas de ritmo y la incursión de instrumentos de viento a cargo de Nathaniel Walcott de Bright Eyes
, ‘Kyoto’ es la canción que mejor equilibra la amalgama de estilos, con un estribillo que amenaza: «voy a matarte / si tú no lo haces antes».La canción habla desde la primera línea y de manera muy explícita sobre su primer viaje a Japón, pasando al «síndrome del impostor» que sintió al ver a la gente querer escuchar su música. «Quería ver el mundo y atravesé todo el océano, y ahora he cambiado de idea», dice la letra, explicando después en declaraciones recogidas por Genius: «Sentía como si estuviera viviendo la vida de otra persona. Siento una disociación cuando pasan cosas malas, pero también cuando pasan las buenas». La canción, que primero era una balada, se convirtió en un pequeño número de rock en el que también retrata la relación con su padre y su hermano pequeño.
Al vídeo que ya os presentamos en el que, por obra y gracia de la covid-19, ha de simular que vuela y acariciar los árboles en lugar de hacerlo de hecho, hay que sumar una actuación en vivo realizada desde su bañera para la televisión americana.