La solista femenina británica con más números uno de la historia de Reino Unido era en efecto noticia después de haber acusado a un restaurante londinense de haberla «discriminado» cuando ella y una amiga intentaron acceder al local para cenar. La artista acudía a este restaurante de lujo vistiendo ropa deportiva y, en sus redes, se ha quejado de que el local no la dejó entrar por este motivo a pesar de que en ese momento se encontraba «vacío». «Nos hicieron esperar y dos empleados tomaron una decisión basándose en nuestro aspecto», señalaba. «Creo que la actitud de vuestro personal debería cambiar porque esto ha sido pura discriminación».
El restaurante en cuestión, Sexy Fish, no respondía a Jess Glynne, pero los seguidores de la cantante sí le han informado de que el restaurante cuenta con código de vestimenta, como puede comprobarse a golpe de clic
, y que este impide a la clientela expresamente acceder al establecimiento con dicha ropa deportiva como la que llevaba Glynne en el momento del incidente. Algunos se preguntan si Glynne no conocería ya esta información e intentaría entrar en el restaurante simplemente gracias a su condición de celebridad… a pesar de que parecía ir vestida para pasar desapercibida. Otros iban más allá al cuestionar el hecho de que una mujer blanca y adinerada como Jess Glynne, quien se diera a conocer hace unos años como intérprete de la premiada ‘Rather Be’ de Clean Bandit, para después editar un par de exitosos álbumes, se presente a sí misma públicamente como víctima de una «discriminación» en pleno resurgimiento del movimiento Black Lives Matter, y cuando la mayor parte del mundo sigue sufriendo las consecuencias de una pandemia global que está afectando a la población con menos recursos de manera desproporcionada, pero también a negocios que dependen de asistencia física para subsistir como los restaurantes. De ahí, por supuesto, su aclaración, tan solo 24 horas más tarde.