El editor Ted Kessler ha explicado en Twitter que el cierre de la revista se debe a la pandemia: “Hemos realizado una operación eficiente durante toda mi gestión, llevando a cabo una gran diversidad de ideas para mantener la cabeza fuera del agua en un mercado de la prensa impresa extremadamente desafiante. La covid-19 ha acabado con todo eso. Debo disculparme profusamente por mi fracaso al intentar mantener Q Magazine a flote”.
Como explica The Guardian, desde mayo, debido a la bajada de ventas y de los beneficios publicitarios, se ha acelerado la tendencia que ya estaba afectando al negocio editorial de las revistas impresas. Si en el año 2001 se editaban más de 200.000 ejemplares de Q, su circulación había descendido hasta los 28.000. Alexis Petridis ha escrito una columna aparte en el mismo medio titulando con el “fin de la vieja prensa musical”. Allí habla sobre cómo desde el NME se reían de que en la revista pudiera aparecer un reportaje llamado “está OK que te gusten Dire Straits”, cómo se acogió a grupos «apestados» como The Corrs y cómo últimamente se había renovado situando en portada a gente como Waxahatchee, US Girls, Lapsley y Mad Professor.
Son varios los artistas que han comentado en Instagram cuánto lamentan su pérdida, como ha sido el caso de Foals y James Bay. Lo poco que tienen en común estos dos nos da una pista sobre lo que fue la línea editorial de Q, mucho menos esnob durante los 90 que el NME y el hace rato difunto Melody Maker. En 1997 por ejemplo no se cortaban en situar entre sus discos del año lo mismo a Texas y Lighthouse Family que a Spiritualized y Radiohead, a Paul McCartney y Bob Dylan, tratando de encontrar un equilibrio entre underground, mainstream y artistas clásicos de décadas pasadas: Neil Young estuvo entre lo mejor del año para la revista en 1988, 1989, 1990, 1991, 1992, 1993 y 1994, en ocasiones tirando de discos en directo, por poner un ejemplo. En su año de nacimiento, 1986, fueron quizá el único medio del mundo que lo mismo reconoció entre lo mejor del año ‘The Queen Is Dead’ de los Smiths que ‘True Blue’ de Madonna. Lo mismo la banda sonora de ‘La misión’ de Ennio Morricone que ‘Please’ de Pet Shop Boys. Lo mismo ‘Tutu’ de Miles Davis que ‘Control’ de Janet Jackson.
No en vano, en su lista con lo mejor de 2019 encontramos lo mismo a Lana del Rey que a Nick Cave, un disco al que no se ha hecho mucho caso de Fat White Family y a la omnipresente Billie Eilish. Este ha sido su último top 10, pues sí, después de optar durante sus inicios y durante los 90 por una clasificación en orden alfabético, a principios de siglo pasaron a publicar un top ordenado como el de otras publicaciones similares. Podéis echar la tarde con todos sus «tops» con lo mejor del año en Rocklist… lo cual nos dice algo también sobre su cierre. ¿Era tan difícil mantener una web oficial que estuviera a la altura de lo que fue la revista?
1. Lana Del Rey – Norman Fucking Rockwell!
2. Michael Kiwanuka – Kiwanuka
3. Aldous Harding – Designer
4. Little Simz – Grey Area
5. Nick Cave And The Bad Seeds – Ghosteen
6. Fat White Family – Serfs Up!
7. Weyes Blood – Titanic Rising
8. Fontaines D.C. – Dogrel
9. Billie Eilish – When We Fall Asleep, Where Do We Go?
10. Angel Olsen – All Mirrors