Las acusaciones implican a empleados del sello y a artistas asociados al mismo, como The Growlers, SWMRS, Cosmonauts o The Buttertones, y son muy graves para algunas de estas bandas: el guitarrista de The Growlers ha sido acusado de violar a una joven hasta en dos ocasiones; Alexander Ahmadi de Cosmonauts de violar a una chica que se encontraba inconsciente en una fiesta, y Sean Redman de The Buttertones de «abuso infantil». Otras acusaciones de abuso sexual y «comportamiento depredador» han sido vertidas contra Joey Armstrong de SWMRS e hijo de Billie Joe Armstrong de Green Day (por parte de Lydia Night, cantante de The Regrettes) o Mikey Carnevale de The Frights.
El citado perfil de Instagram asegura que «Burger Records es responsable de cultivar una cultura construida sobre tendencias pedófilas y un comportamiento de fetichización adolescente, (cultura) que ha dado acceso a los depredadores a miles de chicas adolescentes que han pagado mucho dinero por acudir a sus conciertos, los cuales se celebraban prácticamente a diario». Muchos de estos abusos se habrían producido dentro de la propia tienda de discos de Burger Records en Fullerton, California, y el texto explica que «los hombres de Burger Records seducían a las adolescentes hasta sus furgonetas, el cuarto trasero (de su tienda) o un almacén en el que alguien vivía dentro del mismo establecimiento».
Ante estas acusaciones, Burger Records había tomado varias decisiones estructurales -su co-fundador Lee Rickard dimitía como director; otro co-fundador, Sean Bohrman, pasaba a desempeñar un papel secundario dentro del sello, y Jessa Zapor-Gray asumía el papel de presidenta interina. Además, el sello se cambiaba el nombre a BRGR RECS para dejar las acusaciones en el pasado, estrenaba nuevo subsello de lanzamientos exclusivamente firmados por mujeres, BRGGRRRL; y se comprometía a costear cualquier servicio de ayuda psicológica que las mujeres necesitasen. Sin embargo, el sello finalmente ha decidido cerrar y todos sus lanzamientos desaparecerán de las plataformas de streaming, si bien sus artistas podrán reeditarlos cuando deseen, al poseer los derechos.