Joe Crepúsculo ha publicado estos días su noveno álbum de estudio. ‘Supercrepus II’, el «Disco de la Semana» en nuestras páginas, es un estupendo trabajo de 17 canciones que nunca se hace largo debido a la gran cantidad de estilos que toca, del post-punk a la rumba, del ska a la balada clásica, del reggae a la música disco. Como su propio nombre indica, ‘Supercrepus II’ es la segunda parte del estupendo álbum de Crepúsculo de 2008, el segundo de su carrera, publicado 11 años atrás. Me reúno con Joël Iriarte en el parque de la Biblioteca Nacional de Catalunya, situada en el mismo barrio del Raval de Barcelona donde Crepus grabó su segundo disco muy cerca de donde está situado este lugar. El álbum será presentado el 24 de noviembre en Madrid y el 28 de noviembre en Barcelona. Ojo: nuestro pack especial de camisetas Crepus + JNSP está a punto de agotarse.
¿De dónde viene la idea de hacer una «segunda parte» de ‘Supercrepus’? El primero lo grabaste con primeras tomas, este se nota que es más elaborado, ¿no?
Cuando estás en el proceso primitivo del disco, cuando llevas 4 o 5 canciones, te preguntas sobre qué va a ir, qué título le vas a poner, pero sin estar muy seguro de nada. Una vez tienes el título este te sirve como palanca para empezar a trazar todo lo que te queda. Yo llegué a esta idea porque algunas canciones que tenía escritas se parecían a otras de ‘Supercrepus’ y empezó a rondarme la idea de una segunda versión. A partir de ahi seguí haciendo canciones ya pensando en eso.
¿Qué canciones se parecían?
Todas tienen una relación a nivel temático, y a nivel pop también porque es la música que yo sé hacer. ‘Te brilla la cara’ es una canción que hice antes de ‘Supercrepus’, ‘Calaveras negras’ habla de un momento tipo ‘Terminator’, ‘Hoy no sale el sol’… ‘Supercrepus II’ es un disco de una hora en el que muestro lo que sé hacer y lo que me gusta.
¿Y en qué se diferencian?
Por supuesto en la grabación, en el usar una banda, y también que ‘Supercrepus’ era un trabajo lleno de colaboraciones y este no lo es. Me hubiera gustado meter más colaboraciones en el disco aparte de la de Tomasito, pero cuando lo escuchaba veía que ya me gustaban todas con mi voz.
Me hace gracia ver entre 17 canciones nada menos, perdido el nombre de Tomasito.
Y más en este momento en que hay tantas colaboraciones, y en que cualquier single que ves en las novedades de viernes o en «Ready for the Weekend«, aparecen tres o cuatro personas. Soy consciente de ello. Pensé en hacer más colaboraciones pero llegué a la conclusión de que estaba a gusto como estaba. Sí le propuse a Jorge Martínez de Los Ilegales cantar en ‘Destruir la sociedad’ pero él no lo vio claro. Y yo encantado: ya habrá tiempo de colaborar.
No te voy a preguntar si este te parece tu mejor disco, porque ya has dicho que todos te gustan, pero me pregunto si no te parece el que más te representa, incluso a nivel global, si lo ves como una cumbre…
Esta es una pregunta a la que debería responder un crítico, más bien. Yo diría que ‘Supercrepus II’ es el disco que más me representa ahora mismo. Imagino que, quien conozca a Joe Crepúsculo por ‘Mi fábrica de baile‘ o por canciones mas electrónicas, dirá que no tiene nada que ver. Pero ‘Supercrepus II’ sí aporta un prisma más a mi lista de discos y una visión diferente que casa muy bien con todas. A quien lleve siguiendo mi música desde hace tiempo, no le parecerá descabellado que yo haya hecho este disco. O que haya baladas, por ejemplo, que yo ya las había hecho en casi todos mis discos, pero en este se hace más patente la presencia de canciones como ‘Luna estúpida’, por ejemplo…
«Nunca he sido fan de ‘Pretty Woman’ pero ‘It Must Have Been Love’ de Roxette siempre me ha encantado»
El disco es muy variado. Dura una hora, pero se hace súper ameno, es como escuchar una playlist. ¿Te apetecía especialmente presentar un trabajo tan ecléctico?
Sí, me apetecía mucho y me hubiera aburrido hacer todo igual y tampoco nunca lo he hecho, todos los discos han tenido un punto así. También las canciones han ido creciendo dependiendo de la metodología que hemos usado, que ha sido la siguiente: yo hacía una maqueta en casa, en Madrid, luego se la mandaba a Sergio Pérez de SVPER, y él en Barcelona grababa las baterías con Marc López de Medalla, entonces esa maqueta se mandaba a Pontevedra donde Alberto Martinez del Río tocaba las guitarras. De esta triangulación ha nacido el disco y el hecho de que sea tan variado a nivel de canciones y estilos. Por ejemplo, fue idea de Sergio que ‘Discoteca en ruinas’ podía tener un toque a los Smiths, y de Alberto meter en ‘Chococristos’ esas guitarras funky que remiten a los primeros discos de Prince. Sergio y yo llevamos mucho tiempo trabajando, y él sabe que si una canción como ‘Destruir la sociedad’ tira hacia armónicas tipo Dr Feelgood más que a las trompetas, a mí me va a encantar.
El disco incluye una adaptación de ‘It Must Have Been Love’ de Roxette al español y en clave de rumba.
Empezar diciendo que ‘It Must Have Been Love’ es una canción que he adaptado con mucho amor y cariño a la original. Esta canción me lleva a los tiempos en que, de pequeño, la escuchaba en el autocar del colegio con mi «walkman» durante una excursión, y flipaba con los sonidos. Yo nunca he sido fan de ‘Pretty Woman’ pero la canción siempre me ha encantado. Una cosa muy curiosa de ‘It Must Have Been Love’ en la que no había reparado hasta que hice la versión es que, hacia la mitad de la canción, hay un cambio de tono que se produce justo después de la salida del primer estribillo. Entonces cuando entra el solo de guitarra, este entra con el tono ya cambiado. Y no te das ni cuenta… Es una composición totalmente magistral.
¿De dónde sale la idea de versionar esta canción?
Un día estaba yo paseando por la Puerta del Sol y vi tocando a unos rumberos. A mí me pareció que estaban tocando ‘It Must Have Been Love’, pero conforme me fui acercando a ellos, me di cuenta de que no era esa canción. Así que decidí hacerla yo, pero para que quedara bien tenia que hacerla con Tomasito y con Victor Iniesta. Ha sido un placer trabajar con ellos y que una idea tan loca que tenía yo en mi cabeza haya quedado tan bien.
En el disco también hay un ska.
Tenía ganas de hacer algo divertido que tuviera un punto rockero. Me salió así sin comerlo ni beberlo. ¿Te gusta o te parece muy rara?
Me gusta. En general el disco es súper entretenido. Otra de mis favoritas es ‘Comiendo shawarmas’, ¿qué me puedes contar de esta canción?
Tienes las referencias muy claras en tu cabeza.
Las voy cogiendo después, en el momento de crearlas no. A los músicos nos gusta pensar que somos muy originales pero llevamos 100 años de historia de música pop y es complicado que las cosas no suenen a otras.
«A los músicos nos gusta pensar que somos muy originales pero llevamos 100 años de historia de música pop y es complicado que las cosas no suenen a otras»
Cómo has afrontado la secuencia de un disco tan variado en estilos?
He pensado mucho la secuencia. No quería dejar ningún hilo fuera. Quería que funcionara bien en los vinilos -estamos hablando de cuatro caras- pero que también sonaran bien escuchadas todas de golpe, en Spotify o en otro sitio. Para las cuatro caras quería que cada una de ellas empezara con una canción marchosa y que acabara con una balada. Un amigo dice, aunque no sé si es verdad, que en los vinilos se suele dejar las baladas para la última pista de la cara porque, en la distribución del audio, los graves suenan mejor al principio que al final. Yo quería esa cosa antigua. Y lo de poner juntas al principio ‘Calaveras negras’ y ‘Hoy no sale el sol’, que son muy parecidas, lo hice aposta para transmitir que esto es un disco de rock. Si ponía ‘Serenata’ arriba me daba sensación de muermazo… Luego quité tres canciones del disco, tenía 20 en total, pero me funcionaba mejor con esas canciones fuera que dentro.
¿De las tres canciones que has quitado puedes decir algo?
Una de ellas era ‘Todo se corrompe‘, que salió el año pasado. Pero dentro de la secuencia, bajaba mucho la intensidad así que la quité. Las otras dos me las reservo para cuando las saque más adelante, así guardo el misterio.
¿De qué canción del disco estás más orgulloso?
No es por quedar bien pero estoy orgulloso de todas. De ‘Comiendo shawarmas’ me gusta mucho cómo ha quedado el sonido, luego siempre tuve predilección por ‘Luna estúpida’… Ahora estoy escuchando muchas las canciones que no son single, sobre todo las baladas. Estoy muy contento con ‘Luces misteriosas’…
‘Calaveras negras’ es muy Jaime Urrutia. Cuéntame algo sobre esta canción, que abre el álbum.
Gabinete Caligari es uno de mis grupos favoritos, pero la influencia no ha sido consciente. ‘Calaveras negras’ antes se llamaba ‘Terminator II’ porque habla de un momento en el que la humanidad está luchando contra los robots y va perdiendo. En la canción, la humanidad lleva mucho tiempo en guerra y está a punto de desaparecer. Entonces, en un día de luna llena, los humanos deciden hacer una fiesta, y durante esta fiesta aparecen unos drones que empiezan a atacar (a la población). El protagonista solo quiere salir de fiesta y en lo único en que está pensando es en besar a una chica. Podría decirse que la canción habla de amor, pero lo importante en este caso es el escenario.
¿Te interesa especialmente la ciencia ficción?
Me encanta, soy muy fan de Isaac Asimov, Philip K. Dick… Ahora estoy leyendo ‘El problema de los tres cuerpos’ de Liu Cixin, es un libro muy interesante. La gente de ‘Juego de Tronos’ trabaja ahora en una adaptación. Cuando leo estos libros no me interesa lo que pasa en la vida real…
¿Cuándo se da esta afición?
Un día que no podía dormir, me fui a la estantería de mi padre y cogí un libro al azar, y era ‘Nemesis’ de Isaac Asimov. No es el mejor de sus libros, pero en su momento me encantó y me introdujo en ese universo. La ciencia ficción me lleva a universos raros.
También plasma lo que la humanidad puede llega a ser, para bien y para mal…
O cosas más perversas, como lo que escribía George Orwell. En realidad no hemos evolucionado nada…
«El bakalao en tiempos de pandemia habría quedado raro, este disco se puede adaptar bien a teatros»
¿Cuál es tu opinión sobre internet ahora mismo?
En el 1999, en uno de mis primeros trabajos, se me asignó la tarea de crear un diario digital. Entonces conocimos el primer internet, yo me pasaba horas mirando webs de conspiraciones que parecían hechas por Homer Simpson, con todos esos GIFs moviéndose de un lado a otro. Era un mundo apasionante. Luego había los chats… Ahora hemos normalizado todo eso y yo últimamente, cuando he buscado información en internet, no la he encontrado porque las búsquedas están enturbiadas por los anuncios.
En estos 12 años que separan ‘Supercrepus’ de su segunda parte, ¿cuál es la mayor lección que has aprendido?
He aprendido que es importante tener un chip imaginario que te diga que siempre puedes hacer algo un poco mejor. Y también que hay que ver las cosas con humildad y que hay que tener respeto a toda la gente que se dedica a la música y nunca ponerse por encima. Hay que tener los pies en la tierra.
¿Cómo afrontas tus próximos conciertos en plena pandemia?
Los afronto de una manera inédita, inhóspita, especial. Hemos montado una banda de rock ‘n roll con la banda de Aaron Rux and the Crying Cowboys. Llevamos unos cuantos ensayos. La idea es tocar el nuevo disco casi entero y luego otras canciones antiguas. Estamos probando ‘Rosas en el mar‘, ‘Mi fábrica de baile’, ‘Pisciburguer’… y esta quedando todo maravilloso. Por un lado, este disco necesitaba un directo con banda, y por el otro, yo personalmente necesitaba apartar las cajas de ritmo. Han sido muchos años muy divertidos con ellas pero ahora las apartamos para retomarlas más adelante con más ganas. El bakalao en tiempos de pandemia habría quedado raro, con toda la gente sentada en sillas, viendo el concierto… El disco se puede adaptar bien a teatros y a que la gente pueda estar en el concierto sentada con su mascarilla.
Hace poco vi a Putilatex en Cruïlla XS y muy bien, la gente al final bailaba…
Yo vi a Baiuca este verano y fue genial hasta que llegó la policía y lo canceló, ya hacia el final, porque había gente bailando en los laterales, apartada… La policía vino ahí como si fuera un acto terrorista. Fue bonito pero el final fue agridulce…. Es un momento diferente y tenemos que tener paciencia.