El tema ha chiflado al ya de por sí siempre engorilado Santiago Abascal, líder de VOX, que ha escrito en Twitter: «Yo también brindo por todos los artistas libres, los que se atreven a disentir, los que no escriben ni cantan al dictado de nadie». Taburete, adalides de la libertad según el líder de la ultra-ultraderecha española, se han atrevido aquí a ofrecer otro batiburrillo de referencias incasables, de ‘V’ a ‘Truffaut’ (‘Los 400 golpes’) pasando por -me atrevo a apuntar- ‘Rebelión en la granja’ y ‘The Wall’. Lo cual no es ningún disparate si atendemos a lo más interesante que pasa en esta canción, que no son los metales ni los vientos, sino la voz de Willy Bárcenas, cada vez más empeñado en acercar su timbre a la canción melódica de los años 70, sonando de manera bizarra -en su acepción anglo y castellana- como un cantautor anti-franquista de aquella década.
La canción ‘Brindo’ no se puede disociar de cierta intencionalidad política, como en un signo u otro ‘La casa de papel‘, pues por algo se ha estrenado al mismo tiempo y no antes que un videoclip en el que los buenos tratan de salvar el mundo, pero la canción es lo suficientemente ambigua, cuando no vaga, como para no ser desechada de ninguna inocua playlist de Spotify. Cual letra de Izal un tanto impenetrable, tanto que al final te quedas más o menos igual de lo que estabas, ‘Brindo’ «mira al mundo desde su balcón» para brindar «por la luz al amanecer en cualquier ciudad» y matar «al león del vacío que nos falte hoy», sea lo que fuere esto último. Su pasaje más claro es aquel en el que defiende su manera de hacer música («brindo por todos los hijos del soul / y por el vecino que nos denunció / por nuestra manera de hacer rock and roll»). Por lo demás, un cúmulo de sintagmas insignificantes desperdigados, de «besos» a «mesas para dos», cuando no contradicciones deliberadas del tipo intenso: «Si probablemente no soy abstemio, hoy lo seré más». ¿De verdad tiene algo que ver esta letra con la presentación del tema en Instagram
? Dice así e insiste el mismo texto en la descripción de Youtube: «Peones en el tablero, titiriteros de los que moldean a su gusto las circunstancias, presos de la telaraña esperando escuchar el sonido que hace la fiera cuando intuye cerca a su presa, jugadores sin un as bajo la manga. Así nos ven quienes juegan, así nos brindan quienes nos bailan; jaque mate por la escuadra».El vídeo en cambio es más nítido: está hasta subrayado. Sitúa a los protagonistas -disfrazados de músicos- en una misión, la de librar al mundo de unos reptiles que quieren «extinguir la especie humana». La escena en la que se descubren los verdaderos planes de los malos es digna de atender usando el “pause”: los planes de los malos son, además de “extinguir la especie humana”, “hacer las naciones desaparecer”, “asustar con una catástrofe”, faltar a “la verdad porque no importa” o crear “un nuevo orden mundial para la crisis del clima pacíficamente o con violencia”.
¿Qué opinará esta persona de haberse convertido en un referente para VOX? En 2019, Willy Bárcenas contó en el programa de Risto Mejide que nunca había votado al PP ni tampoco a VOX, como recoge la COPE: “No he votado al PP, nunca he votado al PP. Y soy de derechas”. Respecto a Abascal, indicó: “No voto a VOX, creo que es un partido que tiene sentido por cómo ha salido por lo de Cataluña, por la corrupción, por la irrupción de Podemos. No me parece mal”. Su rencor hacia el PP por el trato a Bárcenas, padre, es evidente en muchas de sus frases («Nos han usado como una pelota, tanto desde el PP como desde la Oposición, pero no sólo a mi padre, sino a toda mi familia. Mi madre salió de la cárcel gracias a la fianza que reuní con mis amigos, y mi madre es inocente al 100%”», decía el año pasado). En noviembre de 2019, fecha de las últimas elecciones, se negaban a revelar su voto en Vanity Fair y preguntados por la diversidad de voto en el mundo Taburete respondían con una pulla a Ciudadanos:
Willy: «Sí, aquí hay de todo, de Podemos, del PP, de Vox…»
Antón: «Creo que también del PSOE».
Willy: «Menos de Ciudadanos, en Taburete hay de todo».