No estamos ante la mejor entrega de Roca, ni tampoco la peor: la velocidad de crucero alcanzada por el valenciano vuelve a mostrar su consolidación, sin apenas resentirse. En ‘Regreso al Edén’ el punto de partida es una foto de la familia de su madre, una instantánea en la playa que sirve para conectar el periplo de tres generaciones. Un gancho tan fascinante como el descubrimiento, hace ya algunos años, de Los Modlin, un testimonio que partía de las fotografías que Paco Gómez encontraba en la basura, en una calle del madrileño barrio de Malasaña, plasmando en un libro cómo se puede ir hilvanando recuerdos y recomponiendo un pasado olvidado a partir de ellas. Un planteamiento que Paco Roca comparte, desde el silencio de una única foto, para conocimiento de nosotros mismos. 8,3.
Rosie, junto a su perro, trafica con drogas, pero este tema no tiene tanta relevancia por culpa de una braga parlanchina sin escrúpulos. Con un deslumbrante toque manga, la obra plantea varios juicios a consideración: el nudismo, la codicia, el asesinato, la lealtad entre amigos, la violencia, los celos… Todos estos componentes en escena, además de una vagina casual, para burlarse de todo con una energía increíble, y un prodigio incluso superior a cualquier mensaje. 8
.Son comunes en ambas trayectorias -aunque Reynolds haya perdido la apetencia por continuar trabajando- la pasión por el misterio, el detalle en las imágenes arquitectónicas de edificios, el intensivo rotulado negro de las ilustraciones, los personajes con un elevado mundo interior, las conexiones de estos con un pasado a veces difuso, que la acción transcurra en una balsa de aceite bajo la ausencia de grandes conflictos, que el tiempo se mueva hacia detrás y hacia adelante… Pero que no cunda el pánico: los parecidos similares son para bien, porque son lo suficientemente atípicos para distinguirlos ya en un primer contacto el uno del otro. Como punto de distinción, en estas 22 historias cortas que componen ‘Este era el lugar’, Reynolds hace magia al introducir la ciencia ficción como hechizo narrativo, llevando la imaginación del lector por conclusiones erróneas, sin pesimismo, mostrando que la realidad del mundo está cambiando.
Es una pena que el mundo no haya reconocido esta carrera que se inicia a mitad de los 80. Libros Walden intenta, lanzando su primera referencia de cómic, abrir una nueva oportunidad traduciendo al español a este autor británico que estimula universos llevando a lecturas desiguales. 8,5.
El aliciente en cualquiera de las extensas obras de Walden es el estilo limpio del dibujo, los colores cálidos y armoniosos en sintonía narrativa, o en el caso de ‘¿Me estás escuchando?’, las simpáticas formas redondeadas del coche y la caravana donde que viajan las protagonistas Bea y Lou. Las leyes de acción y reacción se quedan para la relación que ambas entablan en un paisaje en constante cambio, una por ser una joven de apenas 18 años sin apenas experiencia, y la otra una casi treintañera con las ideas más canalizadas. El valor de la amistad, la posibilidad de curar heridas y la ilusión de generar perspectiva se ponen sobre la mesa. 8,2.