The Weeknd ha ofrecido, como estaba anunciado, su esperada actuación musical en el intermedio de la Super Bowl. No, Rosalía no ha actuado. Aclarado este dato, que ya estaba desmentido, pero por si quedaba alguna duda, Abel Tesfaye ha dado un show correcto, obviamente mucho más moderado que el ofrecido por Shakira y Jennifer Lopez el año pasado, en el que tampoco ha habido grandes golpes de efecto como el salto al vacío de Lady Gaga o los desafíos coreografiados de Beyoncè y Bruno Mars. Abel se ha limitado a ponerse en el papel de ese personaje con ecos al Joker que ha interpretado durante toda la era de ‘After Hours’, y vocalmente ha estado sobresaliente.
El artista canadiense ha empezado el show sentado en un coche como recién llegado a Las Vegas, rodeado de luces de neón. Con The Weeknd cantando en un escenario decorado con rascacielos nocturnos, ‘Starboy’ y ‘The Hills’ han sido las primeras canciones en sonar. Después ha cantado ‘Can’t Feel My Face’ en una habitación de espejos llena de dobles de él con la cabeza vendada, para inmediatamente después volver al escenario e interpretar ‘Feel it Coming’. Durante esta canción, lógicamente las voces de Daft Punk han sonado de fondo, pero no, el dúo francés tampoco ha participado en el evento. Las siguientes canciones del setlist han sido ‘Save Your Tears’ y ‘Earned It’, en la que se ha cedido cierto protagonismo a la presencia de una orquesta de cuerda. Abel ha tenido tiempo de recordar dos de sus canciones más antiguas, ‘House of Balloons’ y ‘Glass Table Girls’. Eso significa que una composición de Siouxsie and the Banshees ha sonado en el evento, pues ‘Happy House’ era la base de ‘House of Balloons’.
El final del show de The Weeknd en el intermedio de la Super Bowl ha tenido lugar ya a pie de campo y lo ha marcado, como era de esperar, ‘Blinding Lights’. Antes, un ejército de bailarines ha realizado una espectacular coreografía conjunta, a espera de la llegada de Abel. Sin embargo, la euforia de esta canción no ha terminado de transmitirse al otro lado de la pantalla. Quizá preso de los nervios o del perfeccionismo, The Weeknd no ha terminado de hacer historia y ha ofrecido un show entretenido, en el que ha mostrado la potencia de su repertorio, pero sin demasiados «highlights«, por citar el título de su recién publicado recopilatorio. 13 minutos algo planos en los que el mejor momento puede haber sido… ¿¡el interludio de baile!?