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Kidd Keo asciende pese a las críticas por su representación del «obrero machista y homófobo»

Kidd Keo ha sido uno de los últimos invitados de La Resistencia, programa en el que ha promocionado su nuevo single, ‘Olvídate’, que acaba de entrar en el top 100 de la lista de singles española (en el número 92). El trapero valenciano ha protagonizado un memorable momento en el programa al animarse a coser el pantalón roto de un asistente, pues posee esta habilidad después de pedirle a su abuela que se la enseñara para coser sus propios diseños.

Si parece que Kidd Keo está más en boca de todos que nunca, no está de más recordar una serie de datos, por ejemplo, que su actuación de ‘Foreign’ en la plataforma alemana COLORS, en la que parece totalmente fumado (no lo decimos nosotros, sino los comentarios de Youtube), es la segunda más vista de su canal solo por detrás de la de Billie Eilish (!!!), o que su single de 2017 ‘DRACUKEO’ acumula casi 70 millones de reproducciones solo en Spotify. Ya habíamos comentado, a raíz de la polémica suscitada por el single ‘Lollypop’, que gran parte del público de Kidd Keo es latinoamericano (México DF es la ciudad que más le escucha del mundo), por lo que sus altas cifras no sorprenden demasiado, y además no es la primera vez que Kidd Keo visita la tabla de Promusicae: su mixtape de 2020 ‘BACK TO BOCKPORT’ (la primera en la multinacional Warner) entró en el número 89.

El éxito de Padua Keoma Salas Sánchez, demostrable también en las cifras millonarias alcanzadas por singles como ‘Ma vie’, ‘Kikiki’, ‘Superstars’, ‘Touchdown’ o ‘Serpiente Veneno’, es indisociable de las críticas por machismo, misoginia y homofobia que ha recibido por algunas de sus letras, como la de la mencionada ‘Lollypop’, que incluye frases como «chúpala, puta». Las críticas le han costado la cancelación de conciertos en Móstoles o Alcalá de Henares. En uno de los episodios más polémicos de su carrera, Kidd Keo realizaba una serie de declaraciones homófobas

a raíz de la admiración que su peinado había suscitado en otro hombre. En dichas declaraciones, el rapero se veía obligado a subrayar de manera insistente su heterosexualidad, hacía un uso despectivo del término «gay» e incluso insinuaba a sus seguidores homosexuales que volvieran al armario.

Al discurso en torno a la figura de Kidd Keo hay que sumar también la idea de clase. Padua procede de una familia obrera: criado por su madre, con su padre posiblemente en la cárcel a día de hoy, ha dormido en casas okupas o incluso en la calle. A raíz de unas declaraciones de la autora trans Elizabeth Duval en las que argumenta que «el obrero misógino, racista y machista» merece no ser demonizado, hay quien opina que la clase no exime a Kidd Keo de su comportamiento. «Cuidado con romantizar la conducta del obrero que quiere ser Kidd Keo porque es clase obrera y ya», argumenta un tuitero. «El obrero homófobo o tránsfobo no es ejemplo moral de nada, por muy obrero que sea. Cuidado con el buenismo obrerista que no es otra que el mismo clasismo de siempre disfrazado de permisividad y mitificación de la miseria».

Mucho más cerca de Eminem que de cualquier rapero actual mínimamente familiarizado con los discursos anti-machistas y anti-homófobos que plagan las redes sociales, Kidd Keo es otro personaje complicado que puede caer bien (La Resistencia) o mal (algunos vídeos o declaraciones) dependiendo del contexto en que te lo encuentres. Quizá lo peor de todo es que nadie parece detenerse en la calidad misma de su música para justificar sus actos: todo lo externo que la rodea parece ser mucho más interesante.


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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: kidd keo